Elena Acosta (Las Palmas de Gran Canaria, 1953) es licencia en Geografía e Historia por la Universidad de La Laguna. Sus investigaciones se han centrado en la gestión cultural, la museología y la historia de Canarias en sus relaciones con América. Conservadora de profesión, en 1991 es designada directora de la Casa de Colón. En 2017 recibió un reconocimiento en el Día Mundial del Turismo y fue pregonera de las Fiestas Fundacionales.

En el pregón de 2017 hablaba de Las Palmas de Gran Canaria como una ciudad cosmopolita y abierta. ¿Cómo le ha marcado la capital a lo largo de su vida?

Me ha marcado totalmente. He nacido aquí en esta ciudad, he desarrollado mi profesión aquí. Esta es una ciudad con la que me siento totalmente identificada. A lo largo de toda mi vida el conocer la historia, lo que somos, el por qué de esta ciudad ha sido una preocupación. También difundirla, que todo el mundo ame a la ciudad a través del conocimiento. Es fundamental para comprender las cosas bellas y las malas de esta ciudad invertebrada. Singular. Aquí ha venido gente de todos lados, en ese tipo de ciudad es importante que el sentido de pertenencia tratemos de arraigarlo para sentirnos ciudadanos y dueños de ella.

¿Identificada en qué sentido?

La ciudad tiene unas característica peculiares y únicas en las Islas. Una ciudad que es abierta a las nuevas tendencias, que en los 60 vivió la presencia del turismo; imagínate lo que significaba en el franquismo lo que era ser ciudadana de Las Palmas. Aunque sea algo muy dicho que es cosmopolita, es algo cierto. Con ese puerto con gente de todas partes. Ver ese movimiento de gentes de todas partes fue mi infancia. Una ciudad que además crece a partir de una historia propia, donde realmente estamos más cercanos a América que a la historia de España. Con un pueblo aborigen, una conquista tras la que nace una sociedad nueva; lo mismo que pasaría al otro lado. Morales Padrón decía «Canarias, una modesta y pequeña América». Al final es una sociedad de aluvión, por eso veo tan necesario la centralidad de la cultura y su difusión. El arraigo asociado a la apertura, eso es lo que me identifica.

¿Qué le llevó a estudiar Geografía e Historia?

El preguntarte porqué. Eso es la historia. Porqué esta ciudad tiene estas heridas. Porqué el Puerto es otra ciudad. Porqué el casco histórico no es una centralidad. Todo eso nos lleva a preguntarnos cosas y vas hacia el pasado.

¿Cómo llega a esta casa?

Empecé dando clases en un instituto, hasta que me contrataron en la Casa León y Castillo para catalogar el museo. Luego hice las oposiciones y me quedé con la plaza de conservadora. Vine a trabajar a la Casa de Colón, el director era entonces Alfonso Armas Ayala. Empecé a llevar temas de coloquios, seminario y conferencias, así hasta llegar a la dirección.

Elena Acosta, a las puertas de la Casa de Colón. Juan Castro

¿Qué se siente al venir a trabajar cada día a este lugar?

Todo el que entra dice «qué maravilla para trabajar». Es un privilegio y un lujo. Pero la burocracia te envuelve. Al final uno se olvida de dónde está. Aún así, es un puesto privilegiado, sirve para palpar la actividad cultural de la ciudad.

Precisamente, es el museo más visitado de Canarias.

Tiene una situación en plena Vegueta y un personaje que todos saben quién es. Es una visita obligada. El gran reto que tenemos es el del público canario. El papel que debemos tener los museos es hacer que se identifiquen con su patrimonio, que los usen, los asalten como a la Bastilla. Que vengan y los encuentren como propios. El fondo pictórico que tenemos es de todos y de todas. Sirve para transmitir valores comunitarios.

No es solo una mera atracción turística.

Cumplen un papel muy importante en el turismo cultural, pero realmente los museos, son comunitarios o no son. Tenemos que contar y difundir lo nuestro. Cuando entras tienes que ver que tu patrimonio está bien guardado.

Una asignatura pendiente en los museos de Canarias, ¿No?

En todos lo importante debe ser el diálogo y la transparencia con el público. Las nuevas tecnologías pueden ser una buena herramienta, sin sustituir la emoción de ver una obra de arte en directo. Pero estas lo hacen más accesible. Nos han llamado de Perú para hacer visitas virtuales. Es un reto, encontrar nuevos canales de difusión.

Tienen la mejor colección de arte flamenco de Canarias.

Es algo que va unido a la historia. En el siglo XVI la caña de azúcar era como el oro. Y al buscar terreno, cuando el Archipiélago se incorpora a Castilla vienen a hacer ingenios aquí. Ese comercio era sobre todo con los Países Bajos. Venían y hacían sus haciendas; por eso vas a Agaete y ves un Van Cleve en la ermita de Las Nieves.

No queda tanto para abrir el Museo de Bellas Artes. ¿Una vez sea una realidad enfocarán la Casa más hacia América?

A la historia de Canarias en sus relaciones con América. Las Islas en clave estratégica, comercio, esclavitud, inquisición. Todo lo que significó nuestra historia atlántica como Archipiélago.

¿El Museo despierta interés en América?

Por aquí pasaron en los años 50 personalidades de las que más de uno quedaría impresionado, en pleno franquismo. La Casa de Colón ha adquirido prestigio por medio de grandes americanistas españoles que eran canarios.

¿El vínculo entre Canarias y América en la sociedad sigue fuerte o se ha diluido con el paso del tiempo?

Esto era un país de migración hacia América. Era raro que en una familia en los 60 no tuvieran un mueble de Cuba. Ese vínculo era familiar, había una persona, un tío, un padre que estaba allá. Ahora recibimos la migración, son los cuidadores de nuestros padres. Ha cambiado la relación. Tenemos un mismo acento, un mismo pueblo aborigen, conquista. Tres siglos de historia común. Una cultura atlántica de ida y vuelta. Canarias es esa plataforma. Quizá ahora eso está diluido, hay que enseñarlo. Ojo, está el fenómeno de la música urbana que viene de allá y lo exportamos a la Península. Es otro sentido, fenómenos contemporáneos, pero al final es lo mismo.