El Arsenal Militar de Las Palmas de Gran Canaria fue el escenario donde se llevó a cabo el tradicional homenaje de la Armada a la Virgen del Carmen y a los caídos. Un acto que estuvo marcado por el retorno al formato prepandémico, lo que fue subrayado durante el discurso ofrecido por el almirante comandante del Mando Naval en Canarias, José Lago Ochoa.
El homenaje también contó con la presencia del delegado del Gobierno de España en Canarias, Anselmo Pestana;la subdelegada del Gobierno en Las Palmas, Teresa Mayans;la consejera de Economía del Gobierno de Canarias, Elena Mañez; el presidente de la Autoridad Portuaria de Las Palmas, Luis Ibarra; la tercera teniente alcalde del Ayuntamiento capitalino, Inmaculada Medina, y el obispo de la diócesis de Canarias, José Mazuelos -que fue el encargado de oficiar la misa en honor a la virgen, anterior al acto castrense-, entre otros.
Dentro del evento, se celebró el homenaje a los caídos, que en esta edición hizo especial mención al teniente coronel Pedro Alfonso Casado, jefe de la Unidad Especial de Intervención de la Guardia Civil, que falleció recientemente en Valladolid, en acto de servicio, durante una misión rutinaria.
Ceremonia de condecoraciones
Además, también se realizó la ceremonia de imposición de condecoraciones, reconociendo públicamente los méritos asociados a cada una de ellas. De esta forma, se entregaron las de la Real Militar Orden de San Hermenegildo, que premian la conducta intachable a través de una dilatada trayectoria profesional, así como las Cruces del Mérito Naval, que se conceden por haber destacado en la prestación de servicios y en el cumplimiento de los deberes militares.
José Lugo Ochoa hizo un repaso de las intervenciones en las que colaboraron diferentes efectivos de la Armada, durante el periodo de emergencia por la erupción del volcán en La Palma, así como las numerosas acciones realizadas en cooperación con distintas unidades del ejército.
El almirante coronel del Mando Naval de Canarias recalcó que «es una alegría, ver a las familias con sus hijos, así como a muchos invitados civiles», que han podido presenciar el acto «sin restricciones, pero con precaución».
Tres años sin normalidad
En un día tan significativo para todos los que viven «en la mar y por la mar», José Lugo Ochoa, comentó que los miembros de la Armada «estaban muy expectantes», porque no sabía qué iba a pasar este año con el homenaje a la Virgen del Carmen.
Llevaban «tres años sin poder celebrar este acto en el formato habitual: con su ceremonia religiosa, la castrense y con la parte social», manifestó Lugo Ochoa.
El almirante coronel recordó que «los componentes de la Armada está muy mentalizada» del trabajo que se desarrolla en la Base Naval, que «hay que esforzarse», para conseguir el objetivo, que no es otro, sino el de «servir a España y a los españoles».
Por último, José Lugo Ochoa hizo mención al buque Tornado, que actualmente «se encuentran de vigilancia en las Islas», pero al que el almirante coronel permitió «entrar esta mañana (del sábado) porque no quería» que pasaran el día de la patrona navegando, aunque ya mañana (hoy) «continúa su patrulla por las aguas del Archipiélago».
El acto finalizó con el desfile de la sección de Gastadores, seguidos por la Banda de Música del Mando Aéreo de Canarias, así como por la primera escuadra de Marinería y la segunda de Infantería de Marina, esta última fue la encargada de realizar la salva, disparando con sus fusiles al aire.
Luego, tiempo para el apartado social y fue ahí donde se pudo comprobar el hermanamiento entre el grupo de Veteranos de Infantería Marina de Canarias, y el Gruppo Anmi Tenerife-Canarias Fortuna Novella Riudavetz, formado por militares retirados de Italia, que no dudaron en asistir a presenciar el evento.
