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Puerto

Cuatro años a la espera del gas

La Autoridad Portuaria aprobó la concesión del proyecto a Totisa Holdings en 2018. La Consejería de Transición Ecológica está evaluando el impacto ambiental

Explanada donde se instalará la planta de gas en el Puerto de Las Palmas. tony hernández

El rechazo mostrado por la Federación Ecologista Ben Magec al proyecto de implantación de una planta de gas en el Puerto de Las Palmas, ha reabierto el debate sobre las posibles consecuencias económicas y medioambientales que tendrá que afrontar la capital grancanaria de construirse definitivamente esta instalación.

Tras el trámite de competencia abierto por la Autoridad Portuaria de Las Palmas en 2018, al que se presentaron tres propuestas, finalmente fue la empresa Totisa Holdings la que obtuvo la concesión para el desarrollo del proyecto denominado Almacenamiento de GNL, regasificación y producción de energía en el Puerto de Las Palmas. La sociedad ha transferido la solicitud a una de sus entidades, Totisa Energía, previa autorización del gestor portuario.

Detalles del proyecto

En lo que al planeamiento se refiere, la compañía solicita una superficie de dominio público de 15.440 metros cuadrados en los rellenos de la dársena de La Esfinge, así como una lámina de agua de 38.226 metros cuadrados en la misma zona, y unos 2.312 metros cuadrados de canalizaciones subterráneas. En la zona terrestre, por lo tanto, se construirá una planta de regasificación, que incluye dos equipos de bombeo y el sistema boil-off (vapor de gas natural que se produce en las instalaciones de gas natural licuado (GNL) de las plantas de regasificación); una central de generación de energía eléctrica, con cuatro motores de 18,4 megavatios (MW) de potencia y una subestación.

En el área marítima, se plantean dos zonas: una, destinada al almacenaje, donde destaca una barcaza especialmente diseñada para el almacenamiento de GNL (con capacidad para 30.000 metros cúbicos); y otra, para carga y descarga.

El proyecto de Totisa Holding, que tendría un coste de 84 millones de euros aproximadamente, apunta también que la planta de almacenamiento y suministro de GNL no es rentable por sí sola, y que la alternativa viable reside en la generación de energía eléctrica de 73,9 MW mediante el proceso de regasificación, de los que 2,78 MW serán destinados al abastecimiento eléctrico de la propia concesión.

Evaluación del impacto ambiental

En la actualidad, la propuesta, que según fuentes de la Autoridad Portuaria ya ha superado el estudio de seguridad, se encuentran en el proceso de evaluación de impacto ambiental simplificado, en la Consejería de Transición Ecológica, Lucha contra el Cambio Climático y Planificación Territorial. Una vez supere este trámite, el proyecto se remite al órgano sustantivo, la Dirección General de Energía, para que autorice la actividad y seguidamente enviar la comunicación correspondiente para que la empresa siga con los trámites preceptivos indicados por el gestor portuario.

El presidente de la Autoridad Portuaria, Luis Ibarra, en varias ocasiones ha salido al paso de las críticas por apoyar esta iniciativa, argumentando que la misma responde al cumplimiento de la Directiva Europea sobre uso de Combustibles Alternativos en el Transporte, de octubre de 2014, que establece la creación de infraestructuras en los Estados miembros, para que exista un número adecuado de puntos de repostaje de gas natural licuado en los puertos marítimos, a fin de que las embarcaciones de GNL, puedan circular a través de una red básica que debe estar disponible antes de 2030.

El Estudio de Implantación de GNL en el Puerto de La Luz y Las Palmas, que realizó el propio ente portuario en 2017, se remarca que la GNL es, dentro de las diferentes alternativas, la más efectiva en la reducción y/o eliminación de los diferentes contaminantes a la atmósfera, tales como los óxidos de azufre (100% de reducción); óxidos de nitrógeno (80-85% de reducción); dióxido de carbono (al menos 20%) y la eliminación de las partículas sólidas.

El mismo estudio hace un resumen general de la demanda estimada en La Luz para el periodo que va desde el año 2025 hasta el 2050, en el que se prevé que evolucionará desde las 150.663 metros cúbicos previstos en 2025, hasta los 1,7 millones de metros cúbicos en 2050.

Críticas ecologistas

Tanto Ben Magec como diferentes especialistas en materia de ingeniería y economía, advierten de que el impacto medioambiental de esta iniciativa podría ser muy perjudicial para el clima de Las Palmas de Gran Canaria. Según los cálculos de la federación ecologista, la planta de generación eléctrica emitiría anualmente un millón de toneladas de dióxido de carbono a la atmósfera.

Otro argumento es el relativo a la demanda, puesto que consideran que los cálculos de la Autoridad Portuaria no son acertados, puesto que el gas natural ya no es más barato y que la perspectiva en cuanto a la estabilidad tanto en los precios como en su suministro es impredecible.

Desde el punto de vista del impacto medioambiental, pese a que la contaminación producida por el GNL es entre un 70 y un 80% inferior a la de los combustibles fósiles, hay estudios realizados por consultores medioambientales internacionales que demuestran que el GNL como combustible de propulsión puede ser más contaminante que el fuel oil, debido a que el metano que se escapa a la atmósfera durante el proceso, produce un efecto invernadero, un 80% superior al del CO2.

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