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Los problemas del litoral de la ciudad

Una playa de callaos para defender San Cristóbal

El exdirector general de Costas José Fernández cree que lo más efectivo para proteger el barrio es recuperar y ampliar la cala de callaos. Asegura que el muro que hay ahora es la peor solución, aunque advierte que el núcleo terminará inundado por el mar

Temporal de mar en San Cristóbal Andrés Cruz

«Lo que se ha venido haciendo hasta ahora para proteger San Cristóbal, que es colocar un paseo rígido y un muro vertical, es luchar desesperadamente contra la lógica de la naturaleza para perder la batalla», y más en estos momentos, en los que «el mar está subiendo y los temporales son más fuertes». 

José Fernández, ingeniero de Canales, Caminos y Puertos y ex director general de Costas del Gobierno de España, echa por tierra con estas palabras la idoneidad del paseo marítimo de San Cristóbal para defender el barrio marinero y considera que hay otras fórmulas menos costosas y más efectivas, como el recrecimiento de la playa de callaos.

Se trata de una solución, advierte, que no duraría para siempre, pero serviría para proteger las casas hasta dentro de cincuenta años, cuando se calcula que la zona quede engullida por el mar.

Y es que en opinión del experto, «hay que asumir que las zonas que están abiertas al oleaje se van a inundar sí o sí. Mientras llega ese momento se pueden realizar soluciones provisionales, pero dentro de 50 años la gente se va a tener que ir de esas casas. No podrán vivir ahí porque se las va a comer el mar».

En cualquiera de los casos, considera que lo que se ha hecho hasta ahora no funciona porque el mar termina erosionando y engullendo la estructura de hormigón, justo lo que empezó a ocurrir pocos años después de inaugurarse en marzo de 2005 el actual paseo, que costó tres millones de euros.

En estos momentos se están desarrollando unas obras que ha tenido que contratar de emergencia el ayuntamiento para reconstruir la parte del muro resquebrajado, que amenaza con hundirse, y rellenar el socavón que el oleaje ha formado en el interior del paseo, tras minar los cimientos.

Según el razonamiento de Fernández es bastante probable que vuelva a ocurrir lo mismo tras el arreglo, porque «lo que se ha hecho es colocar un muro, un elemento rígido en una playa que, por lógica, es movible. Se ha elegido la solución más inconveniente porque el muro provoca que se refleje la energía» de las olas «y que aumente cada vez más, lo que erosiona más la playa y socava más el muro que se ha hecho. Todo ello va a debilitar el cimiento del muro, que se puede descalzar. Es gastarse dinero inutilmente porque es luchar contra la lógica, lo que siempre va destinado al fracaso. Ydesde luego, eso no frena los rebases del oleaje, a menos que hagamos un muro altísimo, pero entonces las casas quedarían ocultas tras un horrible muro de hormigón».

A su juicio, la solución más lógica, efectiva y barata sería ensanchar la playa delante de las casas, reconstruyéndola mediante el aporte de la cantidad necesaria de callaos para que tenga la anchura suficiente que permita que los rebases de las olas no alcancen las viviendas. 

«Si se calcula bien la anchura sobre la misma cota que tiene ahora, eso disiparía la energía y evitaría que las olas llegaran hasta el fondo. Sería una especie de pequeño cordón litoral por delante de las casas, de muy poca altura, que no superaría la cota 5 y estaría contenido a ambos lados con dos pequeños diques de escollera que acompañarían el perfil de la playa».

Fluctuar con el oleaje

El que fuera también subdirector de la Autoridad Portuaria de Las Palmas aclara que estos diques «serían invisibles al ojo humano y harían que el material estuviera confinado delante de lo que es el barrio. Tendríamos una playa que fluctuaría con el oleaje», que perdería los callaos cuando hay temporales y «recuperaría algo cuando no los hay». Se trata, en su opinión, de «una solución flexible. Cuando haya un gran temporal se quedará muy estrechita, lo suficiente para que las olas no lleguen hasta las casas. Ycuando llegue el buen tiempo, se quedará bastante ancha. Si se calcula bien la anchura, puede funcionar. Sería una solución más acorde con la lógica de funcionamiento que tiene esa playa». No es una solución cara, destaca, porque consiste en aportar callaos y colocar los diques laterales.

«Ello, asegura, «permitiría aguantar sólo unos cuantos años, pero es una solución mucho más barata que todas las burradas que se han hecho ahora». En cuanto a la construcción de diques semisumergidos, un proyecto que anunció en 2019 el concejal de Ciudad de Mar, José Eduardo Ramírez, para lo que se calcula una inversión de 3,5 millones de euros, considera que «no harían falta, salvo que se quiera tener una playa con arena más fina. La mejor manera de proteger» el barrio «es mantener el sistema tal y como funciona. Y eso es una playa de callaos y debería seguir siéndolo, pero como te la has cargado porque les ha puesto el barrio encima, la tienes que hacer por delante».

Prolongación Reina Sofía

El especialista niega que la prolongación del dique Reina Sofía esté aumentando el oleaje en San Cristóbal. «De afectarle, disminuiría la energía», afirma. La prolongación del dique, recalca, "no tiene absolutamente nada que ver. El Reina Sofía está muy lejos. Lo único que hace es reducir la energía dentro del Puerto, pero no tiene la menor incidencia sobre el barrio, porque no hay reflexiones. Si tuviera alguna sería beneficiosa, porque el oleaje se va a difractar y en el caso de que la onda llegara a San Cristóbal sería más pequeña, algo que no ocurre porque el barrio está demasiado lejos".

Replegarse con inteligencia


El ingeniero José Fernández recuerda que San Cristóbal aparece en los mapas de riesgo de inundación costera publicados desde 2014 por el entonces Ministerio de Medio Ambiente y ahora de Transición Ecológica. En la capital grancanaria están además Las Canteras y el istmo de San Catalina.

«Eso está publicado y nadie le hace caso. Si en ese mapa miras el barrio de San Cristóbal verás que esa zona, dentro de unas decenas de años, pocas, va a estar inundada por el mar, hagas lo que hagas». Por ello cree que, «mientras se adoptan soluciones provisionales, habría que pensar qué se hace con las casas. El problema es que no se quiere pensar que el mar va a inundar todo eso». A su juicio, frente a la subida del nivel del mar, lo que habría que hacer es «replegase con inteligencia, no ir a buscar al lobo, cuando va a tener cada vez más energía y más nivel».

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