OBITUARIO

El fundador del colegio Marpe Herminio Marrero, un trabajador incansable

Familiares y amigos reconocen su tesón en la labor educativa y empresarial

Herminio Marrero Santana.

Herminio Marrero Santana.

La escuela concertada no religiosa de Gran Canaria perdió este miércoles a uno de sus pioneros: Herminio Marrero Santana, fundador y director del colegio Marpe. El empresario, natural de Vega de San Mateo, formó junto a su mujer María Luisa Peñate Peñate, maestra también de profesión, un tándem perfecto al crear a mediados de los años sesenta del siglo pasado en la capital el centro, en un momento histórico en el que escaseaban las plazas escolares y en el que la oferta de enseñanza de calidad era mínima.

El centro privado es hoy en día una empresa familiar consolidada en Las Palmas de Gran Canaria con unos 1.000 alumnos, de 1 a 16 años, y una plantilla con cerca de 100 personas entre docentes, monitores y personal de mantenimiento entre su sede de Altavista y Ciudad Jardín. En la actualidad, las etapas de Primaria y Secundaria están concertadas. 

Herminio Marrero Santana, fundador del colegio Marpe.

Herminio Marrero Santana, fundador del colegio Marpe. / LA PROVINCIA/DLP

Herminio Marrero Santana, que falleció a los 79 años de edad, fue profesor de Matemáticas, primero en la escuela pública, hasta que se sumó al proyecto educativo que había emprendido su mujer María Luisa Peñate Peñate en unos locales en Las Chumberas. El matrimonio tuvo dos hijos Mónica y Herminio y simultáneo sus tareas docentes y directivas con las familiares, mientras el colegio crecía a medida que el éxito les sonreía. 

El nombre del colegio, que hoy está bajo la dirección de su hija Mónica y su yerno Idelfonso Bello, proviene precisamente de la unión de las primeras letras de los apellidos de ambos. 

Gestionó también las Escuelas Infantiles Municipales, en su primera etapa, y el centro deportivo Las Rehoyas

Familiares y amigos describieron ayer a Herminio Marrero como una persona «muy trabajadora» que además tenía una “personalidad arrolladora». Prueba de ello son las muestras de cariño que sus más allegados han recibido en las horas previas a su incineración, este jueves en el tanatorio de San Miguel.

«Comenzaron en 1964 en Miller, en un local de la urbanización La Gaviota, frente a los paracaidistas, y fueron alquilando un local tras otro de forma natural a medida que el colegio iba creciendo en necesidades. Luego se trasladaron a Altavista en 1979 y más tarde, en los ochenta, compraron un edificio adyacente. En 2005 adquirieron el colegio Pueris de Ciudad Jardín que atravesaba por una situación difícil», explicaba este jueves Ildefonso Bello sobre el camino recorrido por este matrimonio singular.

En estas cinco décadas, el colegio Marpe se ha consolidado como un referente en el sector de la escuela privada laica; tanto es así que los exalumnos llevan hoy en día al colegio a sus hijos. En la actualidad, el centro Marpe ofrece en Altavista clases desde Educación Infantil (de O a 3 años) hasta cuarto de Secundaria, mientras que en Ciudad Jardín oferta Infantil y Primaria. 

Su yerno reconocía este jueves que Herminio Marrero Santana fue un emprendedor toda su vida. No en vano llegó a gestionar las Escuelas Infantiles Municipales en la primera etapa, así como el Polideportivo de Las Rehoyas; entre otras empresas y actividades.

Precisamente, la educación deportiva ha sido un elemento clave en la historia del centro, que en los últimos años ha aprendido una importante labor de modernización al incluir las nuevas tecnologías en sus aulas.

El deporte, clave

Clásicas son las jornadas deportivas del centro y la participación de la entidad en diversos campeonatos. Entre ellos, el conocido Festival Joaquim Blume, en el que recibieron una insignia de oro.

El nombre del centro figura en los campeonatos regionales y nacionales de disciplinas deportivas como el tenis mesa, el ajedrez, el voleibol o la gimnasia rítmica. En los últimos años han creado el Club Deportivo de Fútbol Marpe, cuyos miembros consiguieron competir en las ligas federadas del fútbol base antes de la pandemia.

«Era una persona que vivía la vida con mucha intensidad, tenía una personalidad arrolladora», añadía Ildefonso, sorprendido por las muestras de cariño que les está demostrando la gente en estos momentos tan difíciles. «Siempre estaba trabajando y muy pendiente de su entorno; no solo de su familia sino de la gran familia que era la escuela», apuntó.

De su dedicación y esfuerzo da testimonio también Juan Francisco Rodríguez Herrera, profesor del centro desde hace más de treinta años. “Herminio empezó desde cero en unos locales comerciales y poco a poco fue creciendo con su constancia, su gran labor y empeño en ofrecer una enseñanza de calidad. Era un trabajador nato”, confesaba este docente de quinto de Primaria a quien Herminio encargó el primer club de tenis de mesa y ajedrez del colegio.

«Ha sido una gran pérdida. Era un puntual en el centro y un trabajador incansable. Lo suyo era trabajo, trabajo y trabajo», comentaba Juan Francisco, que recordaba que se metía en tantas aventuras empresariales que en broma le llamaban «el contratista de obra». «Eso sí; las terminaba todas bien».

De su buen hacer da también fe Raquel Jaimez, maestra en el centro y que curiosamente fue ex alumna del Marpe. «Para la plantilla del Pueris fue un salvavidas. Compro el centro y asumió toda la plantilla. Ha dado trabajo a mucha, mucha gente», dijo sobre el buen hacer del empresario Herminio Marrero Santana, que ha estado activo hasta el final de su vida. Esa estabilidad laboral de la plantilla es también una seña de identidad del colegio Marpe, que espera pronto ofrecer un homenaje a su fundador.