El edificio Cachalote se transformará en un centro de actividades acuáticas

El inmueble será rehabilitado y envuelto con paneles de vidrio fotovoltaicos. Urbanismo prepara la licitación del proyecto tras recibir 3,2 millones de fondos europeos

Infografía del futuro Edificio Cachalote

Infografía del futuro Edificio Cachalote / La Provincia

Un gran bloque de tres plantas envuelto con paneles de vidrio que generarán energía solar fotovoltaica. Esa será la nueva imagen que ofrecerá el edificio Cachalote, en el barrio marinero de San Cristóbal, que el próximo año será rehabilitado para convertirse en un centro de economía azul, en el que se podrán instalar empresas y colectivos relacionados con las actividades acuáticas.

Situado en la calle Santiago Tejera Ossavarry,  fue hace años el colegio de Primaria del barrio y en la actualidad acoge los cursos de la Universidad Popular del Cono Sur. El traslado de la institución está pendiente de que terminen las obras de la nueva sede, en el antiguo colegio Carlos Navarro Ruiz, situado entre  los barrios de San José y Zárate.

  El proyecto del nuevo Cachalote, presentado por el ayuntamiento de la capital grancanaria a los fondos Next Generation, ha pasado el filtro y recibirá una financiación de 3,2 millones de euros. El centro albergará escuelas de surf y submarinismo, entre otros deportes náuticos, tiendas, actividades de difusión científica y espacios de trabajos colaborativo a lo largo de sus tres plantas.

En la memoria enviada al Ministerio de Transporte, Movilidad y Agenda Urbana, se explica que el edificio será sometido a una reforma integral, en la que destaca la envoltura de su fachada y cubierta con «una nueva piel» de vidrio, que tendrá captadores solares. 

Ejemplo de sostenibilidad

Los autores esperan que el inmueble se convierta «en un estandarte de la arquitectura sostenible». La edificación mantiene la distribución interior actual, «haciendo ligeros cambios para adaptarlos a los estándares de accesibilidad, seguridad de utilización, y digitalización actual», al tiempo que se envuelve el exterior del edificio «con una piel de vidrio fotovoltaico», que estará separada de «la fachada original», circunstancia que posibilitará ganar «nuevos espacios útiles y ofrece una mayor protección a la edificación».

Los redactores del proyecto pretende generar «un nuevo hito» en el barrio con la imagen que generará la envoltura de cristal, que se levantará a una distancia de la fachada actual que oscilará entre 60 y 150 centímetros. 

En cada planta se instalará «una plataforma de aluminio», que permitirá crear corredores que rodearán la edificación. Los elementos verticales estarán compuestos por «muros cortina conformados de perfiles de aluminio tratados para ambiente marino con vidrios fotovoltaicos y la cubierta contará con una estructura de madera laminada donde se apoyará la subestructura de aluminio con el mismo vidrio fotovoltaico empleado en las fachadas». 

Reducir contaminación

En total, la edificación contará con una superficie de 2.2450 metros cuadrados de vidrios de captación solar, que permiten generar 10.394.186 kilowatios /hora, energía más que suficiente para abastecer la edificación y además rentabilizar el gasto de la envoltura en un plazo de nueve años. Además, el uso de energías limpias permite reducir 2.557 toneladas de CO2.

Según el concejal de Urbanismo Javier Doreste, se trata de «establecer en San Cristóbal una parte de las actividades de economía azul del municipio para potenciar el desarrollo del barrio». Aclara que uno de los objetivos del centro es potenciar la economía privada, mediante la cesión de locales a empresas particulares del sector.

Infografía del edificio Cachalote

Infografía del edificio Cachalote / La Provincia

«El ayuntamiento», explica, «facilitará locales a pequeñas empresas de submarinismo» o de otra actividad acuática, como una forma de potenciar también la economía privada».

El proyecto saldrá a concurso, aclara el edil, en «cuanto el Ministerio de Transporte nos mande la carta de confirmación de compromiso de la subvención».

Urbanismo pretende licitar la obra antes de que se inaugure la nueva sede de la Universidad Popular en el antiguo colegio Carlos Navarro Ruiz, en el que se están rehabilitando dos de los cinco edificios que conforman el centro educativo. «En cuanto dispongamos de los dos edificios del Carlo Navarro, cuya obra está practicamente acabada y pendiente de recepción, se podrá desalojar el edificio Cachalote. Calculamos que en enero o febrero del próximo año pueda trasladarse al Carlos Navarro a la Universidad Popular».

El edificio Cachalote formaba parte inicialmente de los proyectos de la Estrategia de Desarrollo Urbano Sostenible e Integrado (Edusi), pero fue eliminada del listado para presentarlo a los fondos Next Generation.

«Por esta razón se reformó el proyecto original para incluir la eficiencia energética», señala Doreste, que añade que la eliminación del Cachalote del Edusi permitió incluir la renovación de más edificios del Carlos Navarro Ruiz.

También se eliminó del listado del Edusi la pasarela que contemplaba la conexión del barrio marinero de San Cristóbal con la zona hospitalaria, por encima de la Autovía marítima. Según Doreste, la pasarela, que fue vendida en su día como una de las obras más destacadas del Edusi, se eliminó porque carecía de un buen proyecto.

Un año de plazo

Hasta el momento, sólo se han iniciado dos de las 26 actuaciones de la iniciativa, financiada con 15,4 millones con fondos Feder, pese a que fue presentada en 2016.

 El ayuntamiento tiene que terminar todos los proyectos en diciembre de 2023, un plazo que según Doreste se cumplirá en relación a los 16 proyectos, cuyo desarrollo es responsabilidad de su área.

De momento, los cuatro únicos proyectos que se han adjudicado son la primera fase de la remodelación del colegio Carlos Navarro y el ascensor de la calle Blas Cabrera Felipe, a punto de terminar; cambio del alumbrado púbico en varios barrios del Cono Sur y la instalación de energía fotovoltáica en colegios del Cono Sur. 

Acaba de salir a concurso el proyecto de utilización de aguas regeneradas para el riego de zonas verdes del Cono Sur y están pendientes licitarse otros cinco proyectos : reurbanización y puesta en valor del recorrido histórico del paseo de San José, rehabilitación del colegio Rubalcava para servicios sociales, rehabilitación del paseo de San Cristóbal, piscinas de La Laja y accesos y mejora del entorno de La Puntilla.

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La construcción en la Fábrica del Hielo de la residencia para personas que duermen en la calle, de la que se viene hablando desde hace más de siete años, parece que por fin se llevará a cabo con fondos Next Generation. Al menos, el proyecto ha conseguido una financiación de 1,6 millones, con el que se contempla concluir la reforma del edificio, en el que sólo funciona por ahora el servicio de información y valoración de Servicios Sociales.

La intervención se llevará a cabo en las plantas segunda y tercera para convertirlas en centro de atención y pernoctación para personas sin hogar. El proyecto contempla también la mejora de la eficiencia energética del edificio mediante la instalación de una planta fotovoltaica en la cubierta y el aislamiento térmico de la azotea y la fachada, así como «la mejora de la funcionalidad de las plantas para los usos previstos». 

Se calcula que la planta producirá unos 60.000 Kilowatios/ hora al año.

También está prevista la puesta en marcha de un comedor para personas sin hogar y otros servicios de baja exigencia.

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