Historias que huyen de las páginas

Una iniciativa acerca realidades sociales a la población para eliminar prejuicios

Las Bibliotecas Humanas son una iniciativa para eliminar prejuicios que procede de Dinamarca. Voluntarios con diferentes realidades charlaron ayer con oyentes sobre sus vivencias. 

Hay historias que se salen de las páginas de los libros. En la biblioteca Josefina de la Torre nueve personas se dispusieron a contar su vida para luchar contra los prejuicios que en su día a día tienen que tolerar. Las Bibliotecas Humanas, son un proyecto de origen danés que ha conseguido internacionalizarse y en el que cada uno de los voluntarios charla durante media hora con las personas que van llegando con la premisa de que se puede preguntar lo que sea. De esta forma se pretende acercar diferentes realidades en primera persona.

Cada voluntario tiene un título que resume la realidad en la que vive, los voluntarios se convierten en libros y los oyentes en lectores de la palabra oral. De esta forma, en esta edición se reunieron para conversar sobre las enfermedades mentales; inmigrar; salir de la cárcel; definir la orientación sexual; el autismo; la discapacidad; sobrevivir sin hogar siendo un hombre y una mujer y sobre convivir con una enfermedad crónica. 

Desde la primera vez que pusieron en marcha el proyecto en 2019 han realizado cinco ediciones. Una de las coordinadoras, Celia Doneire asegura que pretenden llevar a cabo la actividad con una periodicidad de dos meses e incluso en centros educativos. 

La voluntaria que explicaba su experiencia personal al descubrir que pertenecía al colectivo LGTB, ya había asistido al proyecto realizado hace dos meses en el Obelisco. En las charlas cuenta su experiencia al descubrir su orientación sexual como lesbiana, en aquella edición un profesor le pidió consejo para tratar el tema en el aula de una forma respetuosa con el colectivo. Para ella, es una forma de acompañar a los familiares o a aquellas personas que están pasando por su misma situación, ya que indica que puede llegar a ser una fase confusa.

Amaia habla sobre el autismo, condición de la cual fue diagnosticada con 12 años. Las tres mujeres con las que conversó llegaron pensando que los niños autistas “hacen lo que les da la gana” y terminaron entendiendo que estas personas pueden tener trabajo y aspirar a puestos de dirección aunque a veces “sea necesario un poco de ayuda para ello”, como explicó Amaia que es veterinaria. “Me alegro mucho porque me da esperanzas para los niños que conozco que están en la misma situación”, comentó una de las oyentes al término de la sesión

Uno de los participantes explicó el complicado proceso de reinserción al salir de la cárcel. El hombre está actualmente en tercer grado de condena, con lo que asiste a la cárcel solo para dormir y por las mañanas trabaja. Entró en la cárcel hace cinco años por problemas financieros con su empresa. “Hay que tener mucho cuidado en prisión porque no pueden notar que eres débil, se aprovechan de eso”, ratifica el empresario que en cierta medida es como en las películas. 

A los quince años quedarse sin hogar parece impensable, una historia que no sale de la ficción encerrada entre las páginas de un libro. Por esa razón, cuando una de las voluntarias contó que sus padres, una tarde lluviosa, le dejaron una maleta frente a la puerta, las dos oyentes no pudieron hacer otra cosa que llevarse las manos a la boca en un cúmulo de sentimientos entre tristeza y asombro. “La gente piensa que llegas a la calle por las drogas pero hay muchas otras razones”, comentaba. Estuvo hasta los 24 años en situación de indigencia y ahora se encuentra en un centro donde está intentando formarse para conseguir trabajo. “Quedarse en la calle no es inusual, una vez un empresario no me dejaba entrar a su bar porque sabía que yo pedía dinero y años más tarde lo vi en la calle preguntando cómo se colocaban los cartones para dormir”, recuerda. 

En el caso de la salud física, la voluntaria explicó cómo es vivir con dermatitis atópica grave. El brote más duro que sufrió fue en 2013 cuando quedó un mes encamada porque tenía la piel herida por todo el cuerpo y le dolía estirar las piernas o incluso el viento podía llegar a hacerle daño. Tan solo cuando fue a terapia psicológica pudo lograr calmar su patología.

Durante tres horas los participantes y curiosos llegaban al exterior de la biblioteca para escuchar y preguntar. Pero sobre todo, desmentir los prejuicios que dificultan la vida de muchas personas.

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