La obra de la Avenida enfila su última fase con el 50% de las defensas colocadas

La empresa adjudicataria ha instalado ya más de 2.000 bloques de los 4.000 que conforman la nueva escollera. Se prevé que los trabajos concluyan en mayo

La instalación de la nueva escollera, que protegerá la parte de la Avenida Marítima situada entre Lady Harimaguada y el barrio marinero de San Cristóbal, encara en estos momentos su recta final.

La Consejería de Obras Públicas del Gobierno canario, que dirige Sebastián Franquis, espera que los trabajos estén terminados el próximo mes de mayo y seguramente por esas fechas estará concluida, al menos, la totalidad de la obra de abrigo.

Los operarios y técnicos de la empresa Satocan S. A., a la que Obras Públicas adjudicó por la vía de emergencia la obra el pasado mes de julio, trabajan desde hace varios meses en la colocación de las estructuras de hormigón-unos dados gigantes que pesan entre cuatro y siete toneladas-, para formar la nueva escollera

Fuentes de la obra calculan que en estos momentos ya se han instalado algo más de la mitad de los 4.000 cubos de hormigón que se desparramarán por la zona.

La llegada de camiones a la zona de trabajo cargados con los pilones, que han sido previamente construidos en el polígono industrial de La Cazuela, es incesante. En cuanto llegan las moles, dos grandes grúas se encargas de irlas amontonando por la parte exterior del paseo, conformando una estructura que poco a poco va ganando en altura hasta llegar a ras del paseo.

Primero que nada se tuvo que hacer una plataforma, con una pista de tierra, una pequeña carretera que discurre en paralelo al paseo marítimo, un metro por debajo, cuyo objetivo es permitir el paso de los camiones que transportar los materiales. Una vez se vayan instalando las estructuras, la vía de servicio irá desapareciendo, cubierta por los dados. 

Unas vallas impiden a la gente caminar por el tramo de la avenida que discurre entre el barrio marinero de San Cristóbal y poco antes de llegar a Lady Harimaguada, un tramo que ha permanecido cerrado durante más de año y medio, tras producirse un socavón en la Avenida en mayo de 2021. También está cerrado el acceso desde el extremo norte del barrio marinero a la Avenida Marítima.

 Obras Públicas decidió hacer la obra por la vía de emergencia, unos trabajos que se iniciaron en junio pasado, tras un estudio realizado por los técnicos del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria en el que se advertía de que el carril de la GC-1 más cercano al mar, así como el paseo, corrían riesgo de hundirse, debido al  gravísimo deterioro de la estructura por el mal estado de la escollera.

Una vez que se concluya la estructura defensiva, la empresa tendrá que dejar el paseo tal y como lo encontró y entonces le tocará el turno al Ayuntamiento, que se encargará de reformar el pavimento y las balaustradas del malecón. 

Para colocar las nuevas defensas de la Avenida Marítima ha sido preciso destrozar una parte del paseo durante un tramo que tiene una longitud de 500 metros. La financiación de la escollera, que corre a cargo del Gobierno canario, asciende a 6,1 millones.

El coste del arreglo del paseo le corresponderá pagarlo al Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, aunque el concejal de Urbanismo Javier Doreste manifestó en su día que el Cabildo de Gran Canaria participará en la financiación de la actuación.

Paseo de San Cristóbal

Parte reparada del muro del paseo de San Cristóbal

Parte reparada del muro del paseo de San Cristóbal / Juan Castro

Pocos meses después de iniciarse la obra de la escollera de la Avenida Marítima, el ayuntamiento inició en octubre pasado, también por la vía de emergencia, el arreglo de un tramo del paseo marítimo del barrio marinero de San Cristóbal.

El muro que se había descalzado ha sido reconstruido y también el tramo del paseo afectado por socavones y ahora queda pendiente la rehabilitación del conjunto del paseo y el muro de contención, una obra que forma parte de los proyectos de la Estrategia Desarrollo Urbano Sostenible e Integrado (Edusi), aunque aún no ha salido a concurso.

De momento se ha saneado la parte que estaba en riesgo, una actuación que ha sido ejecutada por la empresa Lopesan en algo más de dos meses y que ha sido recibida con opiniones dispares por parte de los vecinos.

El proyecto de rehabilitación, por el que el barrio espera desde hace años, tiene un presupuesto inicial de 260.000 euros y contempla llevar a cabo, según asegura el proyecto publicado en la página digital de Geursa, «un soporte de hormigón saneado y liso», así como el saneamiento de la estructura oxidada, el lavado con agua de la armadura y la aplicación de un revestimiento de cemento anticorrosión y de mortero de reparación.

También se prevé rehabilitar los accesos a la playa del barrio «para hacer frente a los daños producidos en la estructura debido al efecto del mar».

Mientras la rehabilitación del paseo se lleva a cabo, una obra que teoricamente debe estar terminada en diciembre de este año, la avenida marítima es la viva imagen de la degradación, con las baldosas levantadas y rajadas por los embates de la marea arrumbadas por el suelo y el paseo repleto de socavones, debido a la erosión que produce el marote.

Suscríbete para seguir leyendo