SERVICIOS SOCIALES

Un refugio en los soportales de Mas de Gaminde

Vecinas de la calle exigen al Ayuntamiento medidas contra las peleas y la suciedad que generan las personas que duermen en el porche de su edificio

Personas sin techo duermen en los soportales de Mas de Gaminde

Personas sin techo duermen en los soportales de Mas de Gaminde / Andrés Cruz

Los soportales del edificio de la calle Mas de Gaminde esquina con la calle Barcelona se han convertido desde hace años en una especie de refugio en el que varias personas sin techo pasan el día y duermen por la noche. Uno de ellos ha llegado a colocar una cama. Los vecinos de la zona están hartos de aguantar la suciedad que generan los orines y excrementos y la inseguridad que provocan las continuas peleas. Por la noche pernoctan unas ocho personas, aunque desde el mediodía hay gente sentada o acostada en los pórticos.

«Yo sé que tienen problemas de adicciones y necesitan atención sociosanitaria, de la que se deben encargar el ayuntamiento y el gobierno, pero para ellos es más cómodo mirar para otro lado y que los vecinos aguanten el problema. ¿Por qué tenemos que aguantar nosotros la peste a orines y a excrementos y las peleas constantes», pregunta Conchy Sosa, quien se queja de que Limpieza «pasa una vez a la semana a baldear, con un poco de suerte. Ellos tienen que ser atendidos, pero por las instituciones, no por los vecinos. ¿Por qué no se ponen en los soportales de Mesa y López y aquí sí? Estoy segura de que allí no duran ni una noche».

La gota que les ha agotado su paciencia, añade Masu Hernández -quien al igual que Conchy regenta un comercio en el lugar- es el incidente registrado con una de la personas sin techo, que esta semana se desnudó de cintura para abajo y se «plantó delante de la panadería a hacerse una paja. Normalmente va desnudo, pero esto ya es el colmo».

«¿Por qué tenemos que aguantar las peleas constantesy la peste a orines y excrementos?», se queja una vecina

«Vinieron cuatro coches de policía, pero no le hicieron nada, porque se puso una manta por encima. Mean cagan, escarban en los contenedores y echan la basura fuera», se queja Sosa, que añade que el tramo de calle se ha convertido en el retrete del barrio. Aunque es el más grave, este no es el único problema que sufre el vecindario.

Cama instalada por una persona sin techo en Mas de Gaminde

Cama instalada por una persona sin techo en Mas de Gaminde

Los fines de semana tienen que aguantar el botellón que se forma con la gente que compra las bebidas en el 24 horas. «Dejan todo esto lleno con los envases, restos de alcohol, de comida, orines, vomitonas. El Martes de Carnaval hubo fiesta aquí y tuvimos que salir a baldear con lejía, porque las cubas municipales por aquí no pasaron. ¿Por qué tenemos que hacer nosotros el trabajo del ayuntamiento? ¿Es que no pagamos los impuestos?», se pregunta Hernández. A todo ello se suma la colocación delante del edificio de los contenedores de toda la calle y Néstor de la Torre. 

«Antes estaban repartidos entre esta calle y Néstor de la Torre, pero debe ser que le molestaban a alguien y los trajeron para acá. Los contenedores son insuficientes para los residuos que genera toda la población que vive en estas calles y la basura termina por fuera, porque los contenedores se rebosan y porque algunos vecinos la tiran directamente en la calle para no pisar el río de orines que se forma por la noche», entre los soportales y los depósitos de basura. Advierten que la presencia de estas personas ahuyenta a su clientela. «Está poniendo en peligro un negocio del que viven seis personas». 

Por su parte, desde la Concejalía de Servicios Sociales, que dirige Carmen Luz Vargas, indicaron que el servicio de intervención de calle actúa con estas personas cada semana.

 «En la actualidad», añadieron las fuentes, «se interviene con tres personas que pernoctan en la calle. Con dos personas se está haciendo una gestión de prestaciones básicas, motivación para el cambio y asesoramiento para que entren en el circuito de inserción. Una de estas personas tiene una pensión contributiva, que supera el baremo de servicios sociales, por lo que la intervención va orientada a buscar un alojamiento sufragado con su dinero. Son personas que están ahí porque no quieren salir de la calle».

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