Seguridad | XXX Aniversario de la creación de la UIP en Canarias

UIP: la familia del ‘dragón’

La unidad de la Policía Nacional celebra sus primeros treinta años en el Archipiélago

v Su jefe en las Islas desmonta un mito: «Sólo el 0,7% del trabajo es de antidisturbios»

Foto de familia de los componentes de la UIP el pasado jueves durante el homenaje celebrado en la Comisaría Norte por los 30 años de la creación de su unidad en las Islas.  | | LP

Foto de familia de los componentes de la UIP el pasado jueves durante el homenaje celebrado en la Comisaría Norte por los 30 años de la creación de su unidad en las Islas. | | LP / A. Castellano

Los 185 componentes de la Unidad de Intervención Policial (UIP) de la Policía Nacional están de celebración. El identificativo dragón, como se le denomina a la décima unidad, cumple treinta años en el Archipiélago con la premisa de garantizar la seguridad en el día a día de los canarios, especialmente durante los grandes eventos políticos, deportivos y culturales encargándose de que todo salga a la perfección.

El trabajo en equipo, el sentimiento de pertenencia y la entrega al servicio público. Esos son los tres pilares sobre los que se sostiene la Unidad de Intervención Policial, más conocida como UIP por sus iniciales, que el pasado jueves celebró treinta años desde la creación de la X unidad para el Archipiélago. Su indicativo es dragón, un animal fabuloso que expulsaba fuego por la boca por la relación que tienen los volcanes con la formación de las Islas . Y, precisamente, uno de sus últimos grandes servicios para la comunidad fue garantizar la seguridad durante los tres meses que duró la erupción del Tajogaite en La Palma.

Su inspector jefe en las Islas, Pedro Cuesta, desmiente uno de los mitos de esta unidad. «Sí, somos antidisturbios», admite, «pero no es un calificativo que nos define realmente porque solamente el 0,7% de nuestro trabajo consiste en el restablecimiento del orden público». Y es que su presencia en las calles de las ciudades canarias es más habitual de lo que pueda parecer. «Todos los días estamos en la calle» con servicios más cotidianos «como una pequeña concentración o manifestación» o el crimen ocurrido el pasado viernes en la calle Joaquín Costa de Las Palmas de Gran Canaria, que no tienen tanta importancia como los grandes eventos, como partidos de fútbol, conciertos o cumbres políticas, donde su presencia es más notable. «Servicios hacemos muchos y de manera continua», añade.

Salvas al aire durante el homenaje por el XXX aniversario de la creación de la UIP en Canarias. | | LP/DLP

Salvas al aire durante el homenaje por el XXX aniversario de la creación de la UIP en Canarias. | | LP/DLP / A. Castellano

Esto no quita para que cuando ocurren hechos extraordinarios donde se prevé una alta afluencia de personas se esfuercen al máximo desde semanas antes. «Una de las claves de la UIP es la planificación», contaba Cuesta el pasado viernes, un día antes del posible ascenso de la UD Las Palmas a Primera División que se podría dar ayer, en su enfrentamiento contra el Cartagena, o el próximo sábado cuando juegue contra el Deportivo Alavés en el Estadio de Gran Canaria. «Estamos trabajando en ello desde hace semanas e incluso meses antes porque para nosotros es importante que los dispositivos discurran como hemos planteados», con los problemas que pueden originarse y las medidas que se deben de tomar para evitarlos, explica.

Para ello, la UIP se organiza mediante equipos con estructuras orgánicas donde se intenta que estén formados siempre por los mismos agentes «de tal modo que simplemente con mirarse a los ojos o mirar al jefe ya saben lo que tienen que hacer». Esto convierte a los componentes de esta unidad en «una familia». «Es una unidad especial, formada por personas que pasamos muchas horas juntos dentro de un mismo vehículo o fuera de nuestras casas y es ahí cuando se genera un sentimiento de ser mucho más que meros compañeros». Es por esa dedicación por lo que siempre muestran un especial agradecimiento a su otra familia, la de sangre, «por el hecho de que sean capaces de entender y asumir que dediquemos tanto tiempo a nuestra profesión». Y es que sus miembros tienen disponibilidad las 24 horas para acudir a la base y tener que intervenir ante cualquier imprevisto que requiera de su participación. «Nos adaptamos a las necesidades de cada circunstancia».

Este sentimiento de pertenencia, que es uno de los pilares de la UIP, también conlleva que sus componentes tienen que estar hechos de una pasta especial, diferente. Primero porque para poder formar parte de la unidad tienen que pasar duros exámenes físicos, teóricos y psicotécnicos. «Si superan esas pruebas», apunta Cuesta, «acceden a la posibilidad de hacer un curso selectivo» en la localidad jienense de Linares. Quien lo supera entra al equipo, pero esto conlleva una formación obligatoria cada año y una reválida cada dos años en la que se comprueba si sus capacidades físicas, psicológicas y teóricas siguen siendo aptas para este duro trabajo.

Y después porque los requisitos que se piden para ser un «uipero», como se autodenominan, exigen unas cualidades determinadas. «Tienes que ser una persona donde la sensatez y la templanza imperan» sobre otras aptitudes. «Vivimos situaciones complicadas, hostiles, y normalmente el ser humano ante estas situaciones toma decisiones guiadas por sus principios». «Aquí», añade, «buscamos gente que cuando el entorno es complicado tome decisiones acertadas y basadas en nuestro protocolo y no en el miedo o la cobardía».

Una formación y una disciplina que permite a sus componentes poder mezclarse con sus compañeros de la Península para aquellos servicios que lo requieran. Como ocurrió en la pasada final de la Copa del Rey de fútbol celebrada en Sevilla entre el Osasuna y el Real Madrid, donde participaron algunos de los 185 agentes de la UIP destinados en Canarias, la mitad de ellos en la provincia de Las Palmas y la otra mitad en la de Santa Cruz de Tenerife. O en los eventos que se desarrollarán en torno a la próxima presidencia de España del Consejo de la Unión Europea a partir del mes de junio.

Y es que, como declaró el jefe superior de la Policía Nacional en Canarias, José María Gómez Martín, el pasado jueves durante su discurso en el acto de homenaje: «Se les ha pedido en ocasiones que desayunaran bien porque esa noche iban a cenar en el infierno». Un infierno desde donde el dragón de la UIP despierta para garantizar la seguridad de los ciudadanos.

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