Educación

Una clase entre tornillos y derrapes

Dos estudiantes del CIFP Cruz de Piedra realizan prácticas en los ‘rallies’ Subida de Tejeda e Isla de Gran Canaria | Los jóvenes esperan competir en el futuro

Los alumnos Pablo Rodríguez e Iker Santana hacen una revisión a un vehículo en el CIFP Cruz de Piedra.

Los alumnos Pablo Rodríguez e Iker Santana hacen una revisión a un vehículo en el CIFP Cruz de Piedra. / Andrés Cruz

El mundo de los rallies puede ser emocionante como temerario a partes iguales, pero ante todo es un hobby que despierta pasiones. Pablo Rodríguez e Iker Santana llevan la mecánica en la sangre, sus familiares tenían talleres y se familiarizaron con el mundillo desde que eran unos niños. Por esa razón, accedieron al ciclo formativo de grado medio en Electromecánica de Vehículos en el CIFP Cruz de Piedra en Las Palmas de Gran Canaria. Lo que no se imaginaban los jóvenes cuando empezaron sus estudios fue que llegarían a cumplir uno de sus sueños: hacer prácticas de asistencia en rallies.

Desde el centro educativo se sienten orgullosos de ser pioneros en ofrecer este tipo de prácticas formativas al alumnado en la Isla. El jefe del departamento de Mantenimiento de Vehículos, Daniel Ramírez, organizó la experiencia de prácticas para los jóvenes a través del equipo TPO Racing. "La experiencia está siendo muy fructífera tanto por parte de los chicos como de los conductores porque reconocen que es la cantera de la competición", asegura.

"Era uno de los sueños que aspiraba desde pequeño, ser mecánico de carrera y tuve la oportunidad gracias al instituto", dice Santana con una sonrisa. Los dos jóvenes están cómodos trabajando en la asistencia, pero les gustaría llegar a competir en el futuro. "El objetivo es competir, a ser posible este año, a ver si se puede hacer algo", tiene la esperanza Rodríguez.

"Te sientes que estás haciendo algo bien en la vida", dice sobre la experiencia el alumno Pablo Rodríguez

"Deja ver si para el próximo año lo organizan con equipo y todo", sugiere Rodríguez a sus profesores. Sin embargo, el precio para competir es astronómico y aunque los docentes recuerdan que en alguna ocasión se han planteado proyectos para crear un equipo desde el mismo instituto, las cuentas no salen. "A lo mejor inscribirte son solo ya 1.000 euros", exclama Rodríguez.

"Empiezan a valorar también el gasto económico que conlleva, no es lo mismo trabajar en una maqueta que comerte las cuatro gomas y saber que valen tantos euros", refleja Ramírez. "Cuando empezamos a darle valor a las cosas las averías pican", suelta Rodríguez ante las risas de su profesor.

Los jóvenes han trabajado en el rally Subida de Tejeda e Isla de Gran Canaria, en las próximas semanas seguirán trabajando en las próximas convocatorias que tengan lugar. La oportunidad les ha ofrecido la posibilidad de afianzar sus conocimientos y probar sus capacidades bajo presión. "Tenemos un tiempo limitado, si viene una avería tienes 30 minutos para solucionarla si quieres seguir corriendo", recalca Santana. "Hay que tener las cosas claras", añade Rodríguez.

Aunque Rodríguez ya estaba habituado al ambiente de los rallies porque varios de sus familiares son pilotos, estar inmerso en el equipo de trabajo le dio una perspectiva más profesional. "Está todo mucho más organizado con una lista, los protocolos que hacen, las cosas que miran y eso es una de las cosas que más me gustó", explica.

"Cuando llega el coche lo levantamos por completo sacamos las ruedas, revisamos todas las marcas, si se ve algo raro o roto, una pérdida de aceite, de agua, gasolina, lo que sea", detallan los jóvenes sus tareas en el circuito.

Los pilotos de las competiciones son, a su vez, mecánicos, ya que es más fácil conducir en este tipo de pruebas porque saben escuchar al vehículo y sus necesidades. "Ellos mismos son los que han hecho sus coches y eso tiene una gran ventaja porque sabes lo que les pasa", incide Rodríguez.

Los profesores, los más orgullosos

"Todo lo que sea que ellos progresen, mejoren como profesionales y disfruten es el mejor estímulo y la mejor recompensa que podemos tener nosotros", expresa Ramírez, el jefe de departamento. El profesor Eduardo Ojeda Maroto también ha estado acompañando a los chicos durante el proceso y no cabe en su orgullo: "No es que sea un trabajo, es una proyección laboral, se les da la oportunidad de que ellos tengan una carrera profesional y la verdad que como proyecto de vida, te quedas satisfecho de haber contribuido a ello", expresa el docente.

De izquierda a derecha, el jefe del Departamento, Daniel Ramírez; el estudiante Pablo Rodríguez e Iker Santana y el profesor Eduardo Ojeda Maroto.

De izquierda a derecha, el jefe del Departamento, Daniel Ramírez; el estudiante Pablo Rodríguez e Iker Santana y el profesor Eduardo Ojeda Maroto. / ANDRES CRUZ

El profesorado escogió a los dos alumnos para vivir la experiencia porque "están vinculados con el motor" además de ser "personas serias, responsables, que les gusta y disfrutan con lo que están haciendo".

"Se siente bien haber sido escogido", agradece Santana. "Te sientes que estás haciendo algo bien en la vida", opina Rodríguez. Ambos estudiantes están finalizando sus prácticas de empresa y esperan seguir su formación educativa y experiencia laboral sin dejar atrás su pasión por los rallies. "Dentro de poco los vemos en la Fórmula 1", bromea Ramírez.

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