Un producto químico alivia al Puerto de Las Palmas del mal olor causado por el pescado podrido

La empresa Martínez Cano confía en terminar de limpiar la nave incendiada antes de que llegue el crucero del sábado

Otro producto convierte el líquido de la mercancía descompuesta en gelatina para poder retirarlo con las palas con mayor facilidad

Hedor a pescado podrido en el muelle y parque Santa Catalina

C. T.

La empresa contratada para desalojar y limpiar la nave incendiada en el Puerto de Las Palmas ha comenzado a aplicar un producto químico que elimina o reduce el mal olor causado por el pescado en descomposición, explican desde Frigoríficos Hispano Suizos SA (Frisu), compañía responsable del inmueble calcinado el pasado 20 de julio.

En las cámaras frigoríficas de la nave Frisu IV había almacenadas entre 700 y 800 toneladas de carnaza o cebo, una mercancía que iba a ser destinada principalmente a las labores pesqueras de la flota japonesa con base en el Puerto de Luz.

La descongelación y posterior descomposición del pescado ha causado un intenso olor a podrido en el muelle Pesquero y sus alrededores que preocupa a la Autoridad Portuaria de Las Palmas (APLP).

Desengrasante ecológico

Por ese motivo se ha comenzado a echar en pulverizadores desde el pasado domingo un líquido que neutraliza la pestilencia. Se trata del Bioteman Smell Forte, un desengrasante ecológico con aroma persistente que se comercializa por su eficacia para la limpieza y la eliminación de malos olores, tanto en las calles como en los contenedores.

También se está espolvoreando el inmueble con otro producto que convierte el líquido del pescado descompuesto en una especie de gelatina. Esta solidificación de los desperdicios ayuda a una mejor retirada. El estado líquido de los residuos, los daños estructurales de la nave y la imposibilidad de usar máquinas complican las labores de limpieza, que está siendo ejecutada por la empresa Martínez Cano.

Limpieza a mano

Los trabajos en el interior del edificio quemado se realizan a mano, con la única ayuda de una pala que lleva como puede la mercancía y la deposita en un contenedor situado en el exterior de Frisu IV, justo en la parte trasera del muelle Pesquero. Esta zona da al acuario Poema del Mar, el centro comercial El Muelle y el muelle Santa Catalina

Antes de cada jornada, los bomberos hacen mediciones de los gases para verificar que el entorno es seguro para los operarios, que entran y salen del almacén con monos y marcarillas especiales para evitar posibles intoxicaciones por los patógenos.

Un máquina trabaja en la nave de Frisu del muelle Pesquero.

Un máquina trabaja en la nave de Frisu del muelle Pesquero. / LP / DLP

Todos estos inconvenientes han ralentizado las labores de limpieza. La situación, en cualquier caso, era complicada, porque desde que se apagó el fuego hasta que fue autorizada la entrada al almacén, transcurrieron al menos cinco días, un tiempo en el que dejaron de funcionar las cámaras frigoríficas y, por tanto, empezó a descongelarse la mercancía.

Límites en el vertedero

Martínez Cano se encontró luego con la imposiblidad de llevar la mercancía a los vertederos gestionados por el Cabildo de Gran Canaria, que tenía establecidos límites a la recogida diaria de restos biológicos. Estos límites se ampliaron de forma excepcional, pasando de uno a quince camiones, pero para entonces la mercancía estaba en muy mal estado. Por eso apenas salen cuatro o cinco camiones al día del Puerto de Las Palmas.

A pesar de las dificultades, la empresa ha logrado retirar la mitad del pescado descompuesto y espera rematar la faena en la próxima semana. 

El presidente de la Autoridad Portuaria, Luis Ibarra, confía en que el grueso del trabajo se haga antes de la llegada de los grandes cruceros turísticos. El primero de ellos es el Ventura, previsto para este sábado, seguido el viernes siguiente por el Virtuosa, uno de los pesos fuertes de la naviera Mediterranean Shipping Company (MSC).

Menos olor a salazón

Los productos químicos con los que se ha comenzado a fumigar la nave han logrado reducir el intenso olor a salazón, por lo que las autoridades descartan que la situación empeore y perjudique de manera directa a los cruceristas

El muelle Santa Catalina, que es donde atracan los barcos turísticos, está situado a escasos 200 metros del Pesquero y, por tanto, es el principal perjudicado por la situación.

A finales de julio, poco después de que se iniciaran las labores de limpieza, la Autoridad Portuaria tuvo que desviar un crucero de lujo al muelle de Cambulloneros por el indomable olor a pescado podrido que flotaba en el ambiente. El muelle Santa Catalina fue cerrado al pasaje y los turistas transportados en una guagua especial hasta la ciudad.

 El Puerto espera y confía que esa incidencia no se vuelva a repetir gracias a los productos aplicados esta semana para aliviar el mal olor. El intenso viento del norte también ha contribuido a disipar el hedor de toda esa materia orgánica en descomposición.