Más de 200 años en los que la Lotería de Navidad se ha encargado de repartir alegría, muchos billetes y suerte por toda la geografía española. Buscar el número perfecto es el clásico de todos los años. ¿Tirar por el número de siempre? ¿Arriesgar y buscar los terminados en 13? ¿O elegir algo con valor simbólico?

Voltaire ya demostró que se podía ganar la lotería con un método bastante convencional, pero lo que no contó fue qué había que hacer antes de comprar un décimo. O dónde comprarlo, por ejemplo. Estos más de 200 años han demostrado ser capaces de repartir El Gordo por múltiples lugares de la geografía española. Sin embargo, existen lugares que El Gordo ha preferido visitar más veces que otras, como Canarias.

Canarias: preparadas para el sorteo de El Gordo

Canarias es sinónimo de “Islas Afortunadas”, eso es un hecho. Canarias se ha encargado durante años de repartir El Gordo navideño a lo largo y ancho de sus islas, haciendo que las localidades de San Bartolomé de Tirajana y Telde se conviertan en las más afortunadas de España. 

Millones de españoles -un 76% de la población- esperan anualmente el 22 de diciembre llenos de ilusión y alegría. Con los dedos cruzados o con un amuleto bien guardado en el bolsillo se aguarda con impaciencia el Sorteo Extraordinario de la Lotería de Navidad. Los hay que prefieren guardarse de todo y hacer ese día lo más mundano posible, pero también hay quien no se resiste a hacer todo lo posible por llamar a la diosa de la buenaventura.

Cómo llamar a la buenaventura

Existen múltiples maneras de llamar a la puerta de la suerte: pasando el décimo por la cabeza de un calvo, por la barriga de una embarazada, por el lomo de un gato negro -sí, los gatos negros son símbolo de suerte- o dejándolo al lado de los más preciados amuletos y posesiones. Aunque lo más importante, dicen, es entrar con el pie derecho en la administración de lotería.

Hay rituales más conocidos que otros, como el tradicional trébol de cuatro hojas o la conocida pata de conejo. Canarias, encargada de repartir El Gordo en varias ocasiones -seis en total- conoce muy bien cuáles son las mejores formas de dejarle el camino marcado a la suerte.

Las tradiciones aborígenes de las Canarias han dado lugar a la creación de múltiples leyendas. En ellas, las brujas -o los guirres, un ave carroñera. como protagonistas, son las encargadas de mover los hilos de la buenaventura. Unos hilos que son fáciles de mover si se lleva sal en el bolsillo o si se beben tres sorbos de agua salada, o al menos esos son algunos de los consejos. 

Lo más claro, de momento, es que hace falta, como mínimo, una participación o un décimo. Lo que pase alrededor de él, ya es cuestión de cada jugador. Y del destino.