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CRISIS DEL CORONAVIRUS Entrevista

"Ejercí la Medicina durante 40 años y vuelvo por vocación y obligación moral"

"No creo que sea una enfermedad peligrosa por sí misma, sino por la capacidad tan rápida que tiene de contagio", asevera el especialista en radiodiagnóstico Ricardo Reyes

El especialista en Radiodiagnóstico Ricardo Reyes, uno los profesionales jubilados inscritos en la bolsa de voluntariado impulsada por el Colegio de Médicos. LP/DLP

Después de haberse jubilado el pasado año, ¿qué le ha impulsado a inscribirse en la bolsa de voluntariado habilitada por el Colegio Oficial de Médicos de Las Palmas?

En realidad, ha sido como una especie de obligación moral y desde que vi el llamamiento, no dudé en inscribirme. Los médicos tenemos que prestar ayuda a todas las personas que lo necesiten y ahora estamos viviendo una crisis que requiere la intervención de muchos profesionales. Soy consciente de que tengo 66 años y, aunque no padezco enfermedades crónicas, formo parte de la población de riesgo. Sin embargo, considero que se pueden hacer muchísimas acciones sin tener que estar en primera línea. En concreto, a través del radiodiagnóstico, podré contribuir a revelar resultados que posteriormente servirán para seguir la terapia adecuada. Además, es fundamental pensar en el futuro. En este sentido, tenemos que tener en cuenta que el personal que ahora dedica todos sus esfuerzos a tratar a estos pacientes quedará extenuado, y a lo mejor entonces también será necesario echar una mano para lograr que los hospitales vuelvan a funcionar con normalidad. Ejercí la Medicina durante 40 años y el poder de la vocación es muy grande.

¿Esta decisión va a suponer que realice cambios importantes en su vida personal para evitar poner en riesgo a las personas con las que convive?

Por su puesto. Desde el momento en el que comience a trabajar voy a tener que estar aislado, en cierto modo, de mi familia. Estaré solo en una habitación, dispondré de un baño exclusivo para mí y comeré de forma individual. Sin duda, todas estas acciones evitarán que ponga en riesgo a mis familiares. Además, tengo pensado hacer uso de mascarillas. No obstante, confío en que en el hospital en el que tenga que realizar mis funciones nos den las instrucciones necesarias para saber cómo tenemos que comportarnos en casa. Hay que tener en cuenta que nunca nos hemos enfrentado a una pandemia de esta categoría.

¿Tiene experiencia en el manejo de otras epidemias?

Personalmente, viví un poco a distancia la epidemia de gripe A. Mi servicio atiende a pacientes oncológicos y crónicos, por lo que no tuve contacto directo con el área de Urgencias ni con los pacientes infectados por este virus. No obstante, hay que decir que en el Hospital Universitario de Gran Canaria Doctor Negrín, que es donde yo trabajaba, se manejó muy bien la situación porque se aislaron las Urgencias y algunos ascensores. En resumen, estábamos alerta, extremábamos las precauciones, pero no estábamos preocupados. De hecho, nuestra actividad diaria se realizaba con total normalidad y sin grandes problemas.

¿Qué balance realiza de la situación actual, teniendo en cuenta el rápido crecimiento de las personas afectadas por esta patología?

No me gusta ser pesimista, pero es normal que estemos alarmados porque el brote continúa y cada vez es mayor el aumento. El panorama no es positivo. Sin embargo, lo que más preocupa son todas aquellas personas que se creen que esta situación no va con ellos y que las pequeñas aportaciones que podamos realizar, a nivel individual, no van a servir de nada en el futuro. Un ejemplo lo pone la gente que sale a la calle sin necesidad y que no es consciente de que con esta clase de acciones, no solo están poniendo en riesgo su salud, sino la de las demás personas.

Teniendo en cuenta esto, ¿cree que la sociedad es realmente consciente de lo que está sucediendo?

En general, creo que sí. No obstante, siempre hay grupos descontrolados y que carecen de solidaridad. No estamos hablando de un hecho puntual, sino que suelen ser así en su vida cotidiana. Es fundamental que asumamos que, ahora mismo, la mejor opción es quedarnos en casa.

¿Cree que Canarias está manejando bien la situación?

Sí. Sin duda la labor del personal sanitario y el cierre casi completo de los aeropuertos y los puertos nos va a ayudar a controlar esto. Si bien es cierto, que también preocupa el hecho de que queden turistas en el Archipiélago que puedan estar infectados.

¿Cómo valora la fusión de la sanidad privada con la pública?

Me parece una idea excelente y completamente necesaria. Por suerte, en las Islas quizá no haga falta todavía hacer uso de esos recursos, pero hay que estar prevenidos. Además, muchos hospitales privados están tan bien preparados como los públicos. Estos recursos tienen un valor inestimable en estas circunstancias.

¿Considera que la declaración del estado de alarma ha sido una medida extremista o una decisión totalmente necesaria?

Sin lugar a dudas, ha sido una medida completamente necesaria. Estoy totalmente de acuerdo con esa declaración y debemos cumplirla con seriedad.

¿Cuándo estima que comenzaremos a notar una reducción en el número de contagios?

Los expertos no se atreven a poner fechas y, por supuesto, yo tampoco. Es difícil fijar un tiempo cuando observamos la situación que se está viviendo en países como Italia, por ejemplo. En este sentido, hay incertidumbre,

A su juicio, ¿piensa que estamos ante una enfermedad peligrosa o pesa más el desconocimiento que se tiene sobre ella?

No creo que sea una enfermedad peligrosa por sí misma, sino por la capacidad tan rápida que tiene de contagio y que está haciendo que los servicios sanitarios se saturen. Si no hubiera derivado en un pico asistencial tan elevado, se podría abordar sin tantos problemas. No estamos ante una patología que revista gravedad para un gran número poblacional, pero al incrementar cada día el número de personas infectadas se produce el colapso de los servicios. En mi opinión, este es el peligro real de la enfermedad.

¿Recomendaría a otros profesionales jubilados que se inscriban a esta bolsa de voluntariado?

Creo que es una decisión muy personal. En mi caso, la decisión fue rápida y clara. Sin embargo, cada uno tendrá que obrar como considere y según le dicte su conciencia.

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