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Crisis del coronavirus La opinión de los expertos

Óscar Sanz: "No merecemos que nos traten como héroes, es nuestro trabajo"

"En el hospital hemos tenido tiempo para prepararnos y nunca se ha sobrepasado nuestra capacidad", miembro de la Unidad de Enfermedades Infecciosas del Hospital Doctor Negrín

Óscar Sanz en el Hospital Universitario de Gran Canaria Doctor Negrín. LA PROVINCIA / DLP

¿Cómo es el día a día de alguien que trabaja en primera línea con los pacientes con Covid

Cuando llegamos, un poco antes de las ocho de la mañana, los compañeros de guardia nos cuentan las incidencias. Después hacemos un pase de planta, que es un poco atípico porque tenemos que llevar los equipos de protección individual (EPI) para ver a los pacientes. A algunos les informamos directamente sobre su situación y en otros casos tenemos que hablar con las familias, debido a su estado de salud. Con esta enfermedad lo que intentamos es adelantarnos en aquellos pacientes que percibimos que pueden ir mal, según lo que vemos en las analíticas, ya que el virus hace que empeoren muy rápidamente. Cuando detectamos a estos pacientes les prestamos más atención y avisamos a los compañeros de cuidados intensivos por si necesitaran una intubación.

¿Qué diferencias hay con otras plantas?

Que atendemos a los pacientes a través de unas gafas, una mascarilla y una bata. Esto hace que no podamos ver a los pacientes con tanta asiduidad como a los de otras plantas. También es complicado el momento en el que te tienes que relacionar con la familia, porque la comunicación exclusivamente verbal, sin poder mirarnos a los ojos, sin poder empatizar con ellas, sin poder trasmitirles otras cosas que no se pueden transmitir con las palabras. Además, ellos no pueden venir a verlos, por lo que la única vía de información que tienen es lo que les contamos nosotros por teléfono.

¿Cuánto tiempo tardan en ponerse y quitarse el EPI?

Ponérselo es fácil. Lo complicado es retirárselo, que es cuando tienes que tener cuidado. Hay que estar muy atento, seguir los pasos que nos han enseñado y lavarnos las manos entre paso y paso.

¿Cuando vuelve a casa piensa en el riesgo que puede correr su familia al estar en contacto con usted?

Lo que hacen muchos compañeros es ducharse en el hospital. Llegamos nos ponemos el pijama de trabajo y cuando salimos nos ponemos la ropa de calle, que solo hemos usado para venir y que después la ponemos a lavar. Creo que podemos estar tranquilos de que no nos llevamos ningún regalo a casa.

¿Pensó alguna vez que viviría una situación similar a esta?

Vivimos con miedo el ébola, aunque al final no tuvimos ningún caso, y también vivimos con incertidumbre el cambio antigénico a la gripe A. Pero el aislamiento social, la forma de tratar a los enfermos, la cantidad de pacientes que fallece... todas estas cosas que estamos viviendo como profesionales y que sabemos que van a durar un tiempo, nadie lo esperaba. Si bien, es lo que toca, es nuestro trabajo.

¿Qué tipo de tratamientos aplican a los contagiados?

El hospital tiene un protocolo de tratamiento que se va modificando. Esta enfermedad tiene tres meses y vamos recibiendo y descubriendo información nueva. El Ministerio de Sanidad ha elegido una serie de fármacos que son los que mayores evidencias tienen hasta el momento, aunque esto puede cambiar. Todos utilizamos los mismo fármacos, pero vamos adaptando las dosis y los tiempo de tratamiento. Además, vamos añadiendo fármacos que igual no sirven para controlar la infección vírica, pero controlan la inflamación o la hipercoagulabilidad. Entre más tiempo pasa, más sabemos y mejor tratamiento podemos ofrecer a los pacientes. Al tener más experiencia, sabremos qué es realmente útil y qué no sirve para nada o es dañino.

¿Cuántas personas del hospital trabajan directamente con los pacientes con Covid-19 y cuáles son sus perfiles profesionales?

Somos muchos. Por un lado está todo el servicio de urgencias del hospital, que tratan a todos los pacientes con clínica respiratoria como si tuvieran Covid-19 hasta que se demuestre lo contrario. Y, por otro, en cada una de las dos plantas en las que hay contagiados, hay cuatro médicos y cinco turnos semanales de cuatro enfermeros, cuatro auxiliares y un celador. Aquí se ha reforzado el personal, porque al tener que ponernos el EPI hay gente que se cansa y si hay más personas en el equipo, el tiempo de trabajo es más corto, se agotan menos y cometen menos errores.

¿Cómo se está viviendo la crisis sanitaria en el hospital?

Hemos tenido suerte. Nos ha dado tiempo a prepararnos y no se ha sobrepasado nuestra capacidad. Si comparamos nuestra situación con la de otras comunidades, estamos estupendamente. Tenemos mucho trabajo y hemos tenido que modificar toda la organización del hospital, abrir plantas nuevas para atender a los pacientes contagiados, cambiar el trabajo de los servicios y dividir el servicio de urgencias en dos partes diferentes. Imagino que hemos podido hacer esto porque se nos ha dado tiempo, pero hay compañeros a los que se les ha venido la ola encima y no se han podido adaptar.

¿Ha notado mejoría en la saturación del hospital en el últimos días?

Sí. Ahora estamos teniendo muy pocos ingresos diarios por Covid-19, pero estamos dando muchas altas cada día. Nuestra capacidad está al 48%, las dos plantas que usamos están casi a la mitad. Es posible que en unos días podamos juntar a todos en una planta. Hay que tener en cuenta es que el virus no se va a reducir hasta desaparecer, en cuanto se empiece a recuperar la actividad van a aparecer más casos. La cuestión es que sean casos que el sistema pueda asumir y podamos tratar.

¿Considera que las administraciones han infravalorado la gravedad de esta epidemia?

En una epidemia hay dos tipos de personas. Están los alarmistas que, si no pasa nada, quedan como que se han gastado un montón de dinero para nada; y los que dicen "ya lo dije yo, que nos teníamos que preparar". A toro pasado es sencillo tomar decisiones. Nosotros estamos satisfechos con las medidas que hemos tomado en el hospital, en parte porque el virus nos ha dejado trabajar y planificar.

¿Cree que, cuando pase todo y llegue el momento de la reflexión, habrá protocolos que cambien?

Esta crisis sanitaria nos va a cambiar mucho, estamos aprendiendo muchas cosas. Por ejemplo, estamos llamando a los pacientes, porque no están viniendo a la consulta, y nos estamos dando cuenta de que hay personas que para determinadas patologías se pueden ahorrar venir y solucionar sus dudas a través de una consulta telefónica. Hay veces que viene solo para ajustar un fármaco en función de unos resultados analíticos y se puede solucionar por teléfono o por mail. Este es un cambio asistencial. Sabíamos que en otros sitios se hacía y ahora nos hemos visto obligados a implantarlo. Las situaciones de crisis son momentos de cambio y oportunidades de mejora. Esta crisis nos ha obligado a optimizar recursos y seguramente será algo que continúe una vez superada.

Uno de los asuntos que más preocupa a los especialistas son los contagios de los sanitarios. ¿Cómo han vivido la falta de material de protección?

Nos hemos asustado por la posible falta de material, pero a día de hoy no nos ha faltado. Eso sí, el material solo lo usan las personas que trata directamente con pacientes con coronavirus, para este personal sí hay suficiente material de protección.

¿Cómo les sienta que se les trate de héroes?

No nos lo merecemos, es nuestro trabajo. Ni somos unos héroes, ni espero que en cuatro meses seamos unos villanos. Somos personas que hemos decidido trabajar en la sanidad y ahora nos ha tocado vivir esto. La gran mayoría, lo asume como algo que forma parte de nuestro trabajo. Yo sabía lo que elegía cuando elegí esta carrera. Yo me dedico a las enfermedades infecciosas, quién va a estar aquí si no soy yo.

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