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Crisis del coronavirus Situación sanitaria en las Islas

"Viva la madre que parió a los médicos canarios"

El Hospital Universitario de Gran Canaria Doctor Negrín abre sus puertas para mostrar el trabajo de sus profesionales ante la pandemia

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Coronavirus en Canarias | Zona Covid en el Hospital Doctor Negrín

El agradecimiento y las emociones se palpan a flor de piel en la planta del Hospital Universitario de Gran Canaria Doctor Negrín donde se recuperan los enfermos contagiados con Covid-19. El optimismo se respira por fin entre el personal sanitario y los pacientes que poco a poco van ganando la batalla al virus, un total de diez en la cuarta planta y otros siete en la Unidad de Medicina Intensiva (UMI). Las largas jornadas de cuidados han forjado relaciones estrechas y vínculos de cariño entre profesionales y enfermos; unos y otros, a buen seguro, recordarán para siempre estas semanas en el hospital. "Viva la madre que parió a los médicos canarios", expresó Zenaida Betancor, de 79 años, de manera espontánea y con el ánimo recargado al conocer que le iban a dar el alta tras diez días en la UMI y otros cinco en la habitación 431. "¡Además de ser buenísimos, son guapos", añadió mientras mostraba al doctor Imanol Pulido las reacciones cutáneas que le ha ocasionado el coronavirus en brazos y piernas. "Y eso que solo nos ha visto vestidos así", respondió a la complicidad de la señora el joven médico que se intuía bajo el equipo de protección individual (EPI) que apenas dejaba entrever sus ojos.

El principal deseo de esta paciente es que todo pase lo antes posible y se vuelva a la normalidad, para poder volver a abrazar a sus hijos y sus nietos, con quienes ha estado en contacto en todo momento gracias a la ayuda de los médicos y enfermeros. Ella desconoce el origen de su contagio, pero sospecha que pudo darse durante un viaje del Imserso a Valladolid, ya que solo tres días después de su regreso empezó a sentir malestar. "Mi hijo me trajo al hospital y después ya no recuerdo nada más, hasta que aparecí en esta habitación", relata con algo de tristeza la mujer, para después asegurar que es incapaz de expresar con palabras el agradecimiento que siente hacia el personal sanitario del hospital. "Ellos me decían que yo tenía que salir adelante y fueron ellos los que me trajeron hasta aquí para yo poder contarlo", concluye.

Su compañera de habitación, Isabel Soto, de 80 años, estaba empezando a asimilar todo lo que había vivido en las últimas semanas. Asegura que paseaba por la calle cuando un médico detectó que se encontraba mal y llamó a una ambulancia. Ese es su último recuerdo, aunque desde entonces ha pasado cuatro semanas bajo los atentos cuidados del equipo de la UMI. "Ya tiene su móvil cargando", le informa con cariño Lorena Morán, enfermera supervisora de la planta Covid del Negrín, ante la alegría en la paciente por recuperar sus pertenencias. Un gesto tan cotidiano como hablar por teléfono con los seres queridos se convierte en algo extraordinario para quienes llevan más de un mes aislados.

Orgullo de equipo

Morán es una de muchas enfermeras que está en primera línea de fuego en el hospital y se muestra orgullosa del trabajo desempeñado por su equipo, que se ha volcado para dar respuesta a una situación inédita para todos. Uno de los temores de los sanitarios era recibir una avalancha de casos en muy poco tiempo, pero en Canarias no se ha registrado una situación tan dramática como en otras comunidades autónomas. El virus dio tiempo al hospital para prepararse. "Estábamos informados de cuál era la situación en urgencias y de los casos pendientes de resultados, esto nos permitía adelantarnos a lo que podía venir", detalla Morán.

Otro de los aspectos más alarmantes de esta pandemia ha sido la falta de protección para los sanitarios. Esta realidad "afortunadamente" no se ha dado en el Negrín, según relata la directora de enfermería del centro, Idafe Jiménez. Quien reconoce que los EPI no son inagotables y hay que administrarlos bien, ya que no hay muchos proveedores dada la alta demanda que existe de estos productos a nivel mundial.

Ante la incertidumbre de desconocer la magnitud de la crisis sanitaria en el Archipiélago, Jiménez admite que el mayor anhelo de todos los profesionales del hospital era poder ser capaces de atender a sus pacientes y no verse desbordados. Deseo que, hasta ahora, se ha cumplido sin cortapisas.

La mayoría de los pacientes contagiados por Covid-19 llegan al hospital por urgencias. Por esto, ha sido clave la organización de esta unidad, cuyo jefe de servicio, Gorka Arcarazo, sostiene que estaban preparados antes de que se produjera el mayor pico de casos, que "no les pilló por sorpresa". Desde el inicio de la pandemia organizaron dos circuí tos independientes, que facilita el triaje de los pacientes sospechosos de estar infectados. Además, como medida de precaución, en la puerta de entrada hay un sanitario que pone a todas las personas que llegan un mascarilla y le lava las manos con gel hidroalcohólico.

De la UMI se sale

Por la Unidad de Medicina Intensiva del Hospital Negrín han pasado 32 pacientes y el momento más crítico se vivió el pasado 4 de abril, cuando hubo hasta 24 personas ingresadas. Ayer solo quedaban siete. "El primer paciente que extubamos salió de aquí entre aplausos", recuerda Juan José Díaz, intensivista responsable de los pacientes con Covid-19. Con este emotivo gesto, que se ha repetido en casi todos los hospitales del territorio nacional, querían transmitir tranquilidad a la sociedad. "La gente tiene miedo a entrar aquí porque piensa que no va a volver salir y eso no es así", garantiza el intensivista.

No fue fácil empezar a trabajar con los pacientes contagiados por el desconocimiento de la enfermedad, reconoce Díaz. Quien explica que al tratarse de un agente patógeno nuevo requiere de mucho esfuerzo personal para estar continuamente actualizado sobre su tratamiento. "Hay que estar pendiente de los cambios en los protocolos y ponerse al día leyendo los estudios que se van publicando". Según el especialista, los más avanzados llegan desde China, dado que el epicentro de la pandemia se sitúa en la región de Wuhan.

El gerente del centro, Jesús Morera, se esforzó en destacar la "labor fantástica" realizada en la red de Atención Primaria, que se encarga del seguimiento de los pacientes infectados que se encuentran aislados en su domicilio. A pesar de que en Canarias hay 534 sanitarios contagiados por coronavirus, en el hospital de referencia del norte de Gran Canaria solo se han visto afectados 18 profesionales, de una plantilla de 4.500 trabajadores.

Uno de los puntos donde estos días se concentra más expectación es en el laboratorio de microbiología, donde cada día se realizan entre 250 y 300 pruebas. Al frente de esta unidad está la doctora Ana Bordes, quien reconoce que su equipo no para durante toda la jornada y se preocupa porque todos estén bien para que puedan seguir desempeñando una labor tan importante como realizar los tests que determinan si un paciente está contagiado. Ante la escasez de algunos reactivos por la elevada demanda que hay en todos los hospitales del país, este laboratorio opta por realizar diferentes técnicas que permiten a los especialistas minimizar esta carencia. Su objetivo es seguir dando respuesta a las pruebas diagnósticas cuyos resultados pueden marcar las decisiones políticas que den pie al inicio de la desescalada del confinamiento de la población.

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