La historia se desarrolla en un convento que se encuentra justo al lado de un centro de entrenamiento de futbolistas. Allí permanece la Madre Superiora, una mujer muy estricta con las reglas y normas que impera en la Iglesia Católica, y que inculca en el resto de las monjas de la congregación. Sin embargo, entre sus religiosas, se encuentra Sor Jazmín y Sor Violeta, cansadas de la vida monástica acogidas al celibato, la obediencia, la castidad y la clausura.