La última gala de Supervivientes ha sido una de las más complicadas de toda su historia.

Ainhoa Cantalapiedra, Kiko Matamoros, Juan Muñoz y Charo Vega se jugaban la expulsión y, finalmente, fue la íntima amiga de Carmina Ordoñez la elegida por la audiencia para abandonar el concurso.

Tras esta decisión, Vega se convirtió en la segunda eliminada de concurso y pasaba a convertirse en 'parásita' junto con Rubén Sánchez y uno de ellos dos se convertirá en el primer expulsado oficial del programa de supervivencia de Telecinco.

La alegría de la mujer tras conocer la decisión del público no duró mucho porque, al darse cuenta de que su estancia en Honduras se prolongaría hasta este domingo, Charo Vega entró en shock y el programa tuvo que hacer uso de su nieto para darle un empujón y que Vega no se rindiese antes de tiempo.

El impacto de la mujer fue tan grande que, ni las palabras de su nieto ni los ánimos de Jorge Javier Vázquez, consiguieron hacer que remontase. De hecho, en una de las conexiones que el catalán hace con los concursantes eliminados, Charo Vega sufrió un inédito ataque de pánico en pleno directo que asustó mucho a la organización y a los familiares de la participante.

"¡Me ahogo!"

Al verse en la especie de palafito que este año ha levantado la organización, Charo Vega comenzó a encontrarse mal y, lo que en un principio pareció un ataque de ansiedad, derivó e un fortísimo ataque de pánico por el que Vega precisó de la intervención del equipo médico del programa.

"No quiero esto, por favor. No me quedo aquí, por favor os lo pido. Te lo juro que no. Que alguien me ayuda, no puedo hablar, me ahogo. ¡Por favor", decía mientras se llevaba las manos a la garganta.

Para tranquilizar a Charo, Jorge Javier le aseguró que "El equipo médico va para allá. Charo, no te vas a ahogar. Tranquila se va a acabar todo. Lo vamos a solucionar. En el estado que estás no se te va a poder dejar ahí", le dijo.