Debería estar prohibido que la naturaleza imite al arte, pero ocurre sin parar. El arte, en este caso, sería el dichoso libreto de Podemos sobre la casta, tan rudimentario como efectista, y la naturaleza, el manifiesto de expolíticos de tronío del PP, UCD y el PSOE en defensa de una gran coalición, encarnando así la teoría de Podemos, o llevando a escena el libreto con un plantel de viejos actores castizos. Hablo de esto con un amigo y me dice que es que no saben envejecer. Yo le respondo que es al revés, envejecen bien, o sea, envejecen, como le pasa por ejemplo a Robert De Niro en el filme Joy, en un papel patético no querido. En esto no hay arte alguno, sólo tiempo sobre células vivas. El arte, añado a mi amigo, es hacerse viejo sin dejarse envejecer, un trabajo que, como todos, va a contra corriente de la ley natural, y pide esfuerzo. Desde luego, igual que todo arte, no sirve para nada.
Dos veces breve