La Provincia - Diario de Las Palmas

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Apuntes

El clima es de todos, el petróleo no

Hay un dicho masái, esa inteligente tribu africana que vive entre Kenia y Tanzania, que tanto cita el profesor Federico Mayor Zaragoza, que dice algo tan sensato, sobre todo en estos tiempos desbordados de insensatez y tontuna y gobernados por la avaricia, como "nosotros no heredamos la Tierra de nuestros padres, sino que la pedimos prestada a nuestros hijos".

Pero, ante la enormidad del trabajo que los humanos, llamados científicamente Homo sapiens sapiens, una reiteración que ahora mismo suena a vacilón antropológico, tenemos por delante con la emergencia climática, esta frase debe completarse con una famosa cita de Eduardo Galeano: "Mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, puede cambiar el mundo".

Este es el fundamento del fenómeno de masas creado por el activismo efervescente de Greta Thumberg: una niña, pequeña, 15 años cuando comenzó, en un lugar relativamente pequeño, Estocolmo (Suecia), haciendo una cosa pequeña como una manifestación ante el Parlamento, ha movilizado a millones de jóvenes en todo el mundo, portada de Time, ha hablado en la ONU (2018), ha sido recibida por jefes de Estado y reyes, es invitada a los más importantes foros sobre el futuro del planeta y, con un gesto también pequeño, pero enorme por su simbolismo, decide viajar desde EE UU a España, para participar en la Cumbre del Clima, a bordo del catamarán a vela de una familia australiana para no hacerlo en avión, cuyos motores son fábricas de contaminación aérea.

Los negacionistas, los neoliberales petrolíferos y antiprogres, la ultraderecha cabestra y los monopolios que trafican con los combustibles fósiles, abanderados por Donald Trump y otros que tal bailan, así como los envidiosos de todo pelaje, incluidos ecologistas profesionales y profetas de la izquierda redentorista molestos por la competencia, tratan de desprestigiarla: ¿qué pretende?, se preguntan tan tonta como demagógicamente, ¿acabar con el turismo de masas que nos alimenta, que no vuelen aviones ni naveguen trasatlánticos? ¿Qué más da lo que diga esta cría?

Pues mucho. El valor del ejemplo y la toma de conciencia juvenil no tienen precio. En este caso se trata de mentalizar a la raza humana de que el esfuerzo no es estéril y de que, aunque haya tontos o embaucadores al más alto nivel, por ejemplo en la Casa Blanca, que nieguen las evidencias, cada uno tiene que hacer un pequeño esfuerzo personal. Nos va el futuro en ello.

El martes 12 de noviembre estuvo en Las Palmas de Gran Canaria Robert Kennedy jr. Denunció las trapisondas de las multinacionales para seguir haciendo suculentos negocios con el petróleo, unos chanchullos que también reveló hace unos años en el Auditorio Alfredo Kraus Al Gore, vicepresidente de Bill Clinton y Premio Nobel de la Paz. "Hay que seguir trabajando", me dijo delante de Jerónimo Saavedra y un coro de empresariosm "nos va mucho en ello". Mientras, los oligopolios petroleros y energéticos desarrollan una fortísima acción neutralizadora, mediante la compra pura y dura de científicos o por medio de poderosos lobbies.

Estados Unidos pagará, sin duda, las consecuencias de su retirada del Acuerdo de París, porque, además, su unilateralismo y su apuesta contra el globalismo y el libre comercio le aíslan cada día más. Y una superpotencia aislada pierde el prefijo súper por la ley de la gravedad, y si esta no existiera, por su propio peso.

"Canarias debe sacar más partido al sol durante el día y al viento durante la noche", dijo Robert Kennedy jr. en el Hotel Santa Catalina. El Hierro es un lugar pequeño, pero el proyecto Garona del Viento es una gran cosa que sirve de modelo y esperanza a otros muchos lugares. Como en su día lo será el complejo Soria-Chira, cuya demora levanta naturales sospechas de boicot y enredos. Otra acción casi doméstica, el empeño del Ayuntamiento de LPGC de reciclar miles de litros de aceite de cocina y que el mar no se convierta en una gigantesca y contaminante sartén, veneno para la fauna y la flora marinas, es otro escalón hacia arriba, y no hacia abajo.

Claro que por otra parte ese espíritu de "ah, aquí nunca pasa nada y hay mucho exagerado y noísta" aprovecha cualquier oportunidad para poner chimeneas, sea de plantas de biomasa, en una isla donde no hay, o de gas, en La Isleta, justo en la dirección de los alisios, para respirar mierda. O las trabas municipales increíbles en San Bartolomé de Tirajana, aparte de los obstáculos dejados por el ex ministro Soria, para que los hoteleros puedan desalar agua de mar con aerogeneradores, rebajar costes, abaratar precios, ser más competitivos y rebajar el consumo de petróleo.

El Gobierno de Canarias tiene un consejero, el arquitecto José Antonio Valbuena, que entiende de verdad de cambio climático, y que tiene la valentía, o la osadía, de declarar que muchas infraestructuras del viejo modelo que no se han hecho no se harán por innecesarias. Y un presidente, Ángel Víctor Torres, que ha declarado esta guerra al calentamiento como una "máxima prioridad". La última vez, el pasado jueves en el acuario Poema del Mar mientras detrás de él iban y venían los tiburones. Pero también era consciente de que había otros escualos fuera de la pecera acechando una oportunidad.

A ver.

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