Cartas a Gregorio

De pares y nones

Querido amigo, con los años va uno simplificándose las cosas. Como, por ejemplo, el que desde hace mucho tiempo solo use calcetines de la misma marca porque tienen el tirante lo suficientemente suave para que no me dejen marcas y lo suficientemente fuerte para que no se me caigan cuando voy caminando. Siempre son de color negro o azul marino, según sea gris o azul los pantalones que me ponga.

Mi mujer los va colocando en una gaveta del dormitorio junto al resto de la ropa interior, y resulta que, a veces, veo que quedan tres, lo que no quiere decir que haya salido a la calle con un solo calcetín ni que me haya puesto dos en el mismo pie, sino que, cuando veo que alguno tiene un agujerito, lo tiro directamente a la cesta de la basura.

No pasa lo mismo con los zapatos, que si se te rompe uno no te queda más remedio que tirar también el otro.

Perico «El cojo», era un personaje muy popular en el Telde de los años sesenta, donde parece que, de más joven, había trabajado en el servicio de limpieza del ayuntamiento. En aquel entonces fue que, por un accidente, tuvieron que amputarle la pierna izquierda.

Luego se dedicaba a vender almendras tostadas y otras golosinas que llevaba en una bandeja colgada al cuello con la que se paseaba por las fiestas, los cines o los partidos de futbol.

Era un poco cascarrabias, y cuando los chiquillos querían provocarlo, le preguntaban lo que hacía con el otro zapato…, y el pobre Perico les amenazaba con la muleta levantada diciéndoles: «Como te coja te rompo la cabeza, malcriao. A tu madre se lo voy a decir».

Los seres humanos estamos más por los pares que por los nones, Gregorio, y la mayoría de los miembros los tenemos a pares, como los pies y las manos. Será por eso que formamos parejas, porque dos nones hacen un par.

Y si los pares son para las personas, los tríos son más bien para las divinidades, como la Santísima Trinidad o Los Tres Reyes Magos, aunque si se trata de políticos, basta con que dos se pongan de acuerdo para que venga un tercero y lo mande todo a hacer puñetas.

También es verdad que, si se suman pares y nones, siempre ganan los nones, y eso es lo que complica los gobiernos tripartitos, que no suelen durar mucho porque les cuesta llegar a un acuerdo…

La vida es complicada para unos y para otros, Gregorio, y no tienes más que ver cómo el Rey Emérito se enredó hasta la coronilla, y nunca mejor dicho, por repartir sus comisiones con una tercera persona; una rubia perniciosa llamada Corina. Ese sí que pierde hasta los calcetines por cualquier cosa que lleve falda. No me la jugaría yo con él, aunque fuera un experto en juegos de mano…

Un abrazo, amigo, y hasta el martes que viene.

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