En torno al ocio nocturno

Qué ciudad queremos

El paseo de Las Canteras con las terrazas dispuestas

El paseo de Las Canteras con las terrazas dispuestas / juan castro

Najwa María William / Esteban Araña Burdett

Algunos de los locales afectados por la nueva ordenanza del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, que obliga al cierre de sus terrazas a las 22:00 horas, todos los días de la semana, quisiéramos expresar nuestro parecer al respecto, a la vez que plantear la deriva a la que todo este tipo de actuaciones nos lleva.

Primero fue el carnaval de nuestra ciudad, hoy en día una caricatura de lo que fue, luego la noche de Reyes en Triana cada vez más acotada, el fin de año de Vegueta en agosto, el carnaval de día... Sumamos y seguimos.

Todos queremos una ciudad viva y con ambiente, nos encanta, cuando viajamos, ver como otros sitios disfrutan de sus calles y terrazas, con bastante mayor laxitud que nosotros a pesar de no ser ciudades que dependan tanto del turismo y sector hostelero como en nuestro caso, ni mucho menos tienen la suerte de nuestro clima.

A todos nos encanta, hasta que nos lo montan en nuestra calle, entonces ya no nos hace tanta gracia, reclamamos nuestros «derechos fundamentales».

Se hace necesario un análisis profundo de la situación actual, del verdadero alcance de la medidas adoptadas y aún por adoptar, pues podemos estar entrando en un camino de complicada salida, que nos lleve a convertir nuestra ciudad en algo muy distinto a lo que es actualmente y mas aún de lo que en su día fue.

Resulta, cuando menos, triste, que nos hayamos enterado de esta nueva resolución por la prensa, que ni tan siquiera nos hayan convocado a una reunión previa para advertirnos de lo que se nos venía encima.

En su mayoría somos pequeñas empresas familiares cuyos propietarios y empleados viven de la actividad desarrollada en los mismos. No nos parece de recibo el trato dado en este sentido, creemos merecer un mínimo de respeto, más aún cuando venimos de donde venimos.

Podemos llegar a entender que el Ayuntamiento actúa obligado por sentencia judicial. Sin embargo, consideramos que se llega a este punto sin haber hecho todo lo posible por evitarlo.

¿Tan complicado habría sido sentar en una mesa a Vecinos, Administración y Empresas? Igual es una ingenuidad por nuestra parte, pero nada se hubiera perdido intentando al menos intercambiar impresiones y llegar aunque fuera a tan solo unos mínimos puntos en común... Nunca se sabe.

Tampoco se ha hecho nada por evitar el foco del problema, el ruido en la calle. Este lo producen personas, no los establecimientos en sí. Los que trabajamos en el sector no tenemos la autoridad necesaria para mandar a la gente a callar o reducir los decibelios que emiten, aun así lo intentamos sin ningún tipo de apoyo por parte de las autoridades que serían competentes en este sentido.

Las Palmas de Gran Canaria es una ciudad turística, y la zona Puerto-Canteras es el núcleo de dicha actividad. ¿Es compatible ser zona turística sin oferta de ocio para el turista?

La zona afectada se puede decir que habrá muerto de éxito. Todo emprendedor que se lanza a hacer realidad su sueño, renuncia a buena parte de su vida, recursos, esfuerzo, relaciones, familia e incluso a su salud, por la ilusión de su proyecto.

Ahora vemos como nos cambian las reglas del juego a mitad de partida, encontrándonos en un punto de no retorno. El mensaje que se lanza es demoledor: «No compensa emprender ni arriesgarse», incluso si lo haces bien y tienes la suerte de que tu negocio salga adelante al final se va todo al traste.

El precedente que se ha creado es muy peligroso. ¿Qué ocurrirá cuando lleguen denuncias de otras zonas? ¿Quitaremos también las terrazas del Paseo de Las Canteras?

Insistimos: se hace necesaria una reflexión del modelo de ciudad que queremos. Una vez tengamos éste claro, blindar una legislación clara y asumible por todas las partes para así poder compatibilizar todos los usos que entre todos damos a una ciudad como la Las Palmas de Gran Canaria que queremos.

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