Sol y sombra

Podemos y el imposible

Archivo - La ministra de Igualdad, Irene Montero

Archivo - La ministra de Igualdad, Irene Montero / Alberto Ortega - Europa Press - Archivo

Luis M. Alonso

Luis M. Alonso

Últimamente me invade la zozobra del veto a Irene Montero convertida por obra y magia de la necesidad electoral en una apestada para los suyos. Hasta ayer, al menos, no la aceptaban en las listas de Sumar, porque se ha llegado a la conclusión de que simplemente resta. Por decirlo de otra manera, concita animadversión, espanta al rebaño y aburre a las ovejas. Pobre mujer, perseguida por sus obsesiones sectarias no deja de recibir malas noticias debido a sus medidas en favor de las víctimas del maltrato, que curiosamente no han hecho otra cosa que favorecer a los agresores como demuestran las rebajas en cadena de las penas por la calamitosa ley del sí es sí. Montero es excluida por la izquierda populista y extrema, y el Tribunal Supremo la condena a pagar 18.000 euros de indemnización al exmarido de la expresidenta de la asociación Infancia Libre, al que acusó infundadamente de maltratador. Es lo que tiene no saber gestionar como es debido la rabia, o lo que es igual mostrarse incapaz de modular el ruido y la furia.

A Ione Belarra, en cambio, sí la aceptan con tal de garantizar la suma electoral en la izquierda de Sánchez. La secretaria general de Podemos se da por satisfecha con la representación morada en las listas pero, seguramente para no desairar a su compañera, añade que seguirá insistiendo hasta que se levante el veto electoral. Hay quienes piensan que Belarra tendría que haberse plantado: si a Montero no la quieren, conmigo que no cuenten. Por algo se han exhibido hasta ahora como si fueran siamesas. Pero a los que irrumpieron en la vida política asegurando que iban a tomar el Palacio de Invierno lo que les queda es luchar por unos cuantos escaños miserables. Creo, y preferiría no equivocarme, que asistimos a un final decepcionante más. Antes de la desbandada toca Sumar, pero los dirigentes de esta izquierda inconsistente y demagógica hace tiempo que han convertido Podemos en un imposible.

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