Reseteando

La frikada del Borja Sémper

Rueda de prensa Borja Sémper

Rueda de prensa Borja Sémper / Juan Carlos Hidalgo

Javier Durán

Javier Durán

La nevera de Feijóo no hace nada más que acumular ovnis, uno detrás de otro. ¿No será uno de esos seres extraterrestres que anda entre nosotros? El último objeto extraño que acaba de explosionar a sus pies ha sido la frikada de su portavoz Borja Sémper, uno de los peperos que más soporto y que por su talante no debería pastar en Génova. Una prueba es que se lanzó a decir algunas palabras en euskera en el pleno de los pinganillos y las lenguas. Anatema que puede acabar con sus carnes en una parrilla ardiente, tal como si se hubiese expresado con el rotoka de Papúa Nueva Guinea. Se lo van a comer vivo. Así es la intolerancia. Todavía el agua de la charca sigue turbia. Dado el ejerciente galleguismo del líder camino de la desinvestidura, probablemente nunca se sabrá si él y Cuca eran conocedores de que el portavoz hablaría en euskera. En apariencia, la orden era no hacer «el canelo» en un pleno donde, precisamente, la oposición conservadora se oponía a la cooficialidad de los idiomas históricos. El infractor, por su parte, atribuye un origen confuso a su liberalidad: mostrar así su no a una reforma nada necesaria ni urgente, pues el uso de las lenguas ya está regulado en el Congreso. Un galimatías. Sémper creyó que su idea era «brillante», quizás demasiado brillante o alambicada para un partido cada vez más contagiado por la furia de Vox. Me ha dado hasta pena verlo airear sus credenciales de amenazado por ETA para calmar los instintos perrunos de la derechona, mientras su jefe anda entretenido poniendo orden en el estante de los misterios. La adjunta, por su parte, pasa una bayeta para recoger los pelos que sueltan las cocorotas de los marcianos. Quizás ese moteado de euskera, achicharrante para los suyos, sea un ataque de dignidad de un político que retornó al aparato del PP para abrir horizontes. O no. De pronto me he acordado de otra de sus frikadas: su polémica campaña Verano azul, en cuya presentación apareció sobre la arena de la playa rodeado de sombrillas con el logo. Aparte del magreo a la mítica serie, el Borja dejó claro que es de derrapes.

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