Reseteando

Ultrarricos, milmillonarios y evasores

¿Tienes ahorros? Así puedes rentabilizar tu dinero.

¿Tienes ahorros? Así puedes rentabilizar tu dinero. / iAhorro

Javier Durán

Javier Durán

Mafia, organización criminal, camorra, hampa... Evasores fiscales me parece demasiado blando, dado el volumen disparatado y la metodología utilizada (legal, por supuesto) para colocar 140.000 millones a buen recaudo en paraísos fiscales, fuera del control de Hacienda, según el Observatorio Fiscal de la Unión Europea. Los ultrarricos o los milmillonarios son una amenaza para el Estado del bienestar, tan dañinos como los funcionarios que cometen cohecho, los malversadores del fondos públicos o los políticos corruptos. Tener a tiro de piedra una banca que no pregunta por el origen del dinero socava, con clara premeditación, la estabilidad del país donde se fabricó dicha riqueza. Crece la pobreza con todos sus matices y se detrae de la masa impositiva una liquidez imprescindible para afrontar políticas sanitarias, educativas o de infraestructuras. Todo esto tiene que ver con la negativa de las grandes fortunas a pagar más impuestos, que buscan cobijo en el trato favorable que recibirán en una determinada autonomía, y en último extremo, en los Países Bajos o en Suiza. A tenor del subidón de efectivo en estos depósitos, donde uno se puede identificar con nombre supuesto, de poco ha servido a efectos moralizantes la regularización llevada a cabo por el rey emérito con los millones que escondió en territorio helvético. La última utopía de Bruselas sería llegar a la verdadera unificación de las prácticas bancarias, verdadero talón de Aquiles de la Europa común. Algunos estados no están dispuestos, ni por asomo, a abrir sus balances para una fluidez informativa sobre la procedencia de sus fondos. Los datos escabrosos desvelados por la autoridad fiscal de la UE demuestran, de manera fehaciente, que estos individuos o sociedades son ágiles y sabios para evadir sus capitales. Los mecanismos de control no dan abasto, pero también se reconfirma la idea de que hay un importante segmento social absolutamente egoísta, que exige sin contribuir. Nos quedaríamos más que sorprendidos si se pudiese acceder a la lista de los clientes de los paraísos fiscales.

Suscríbete para seguir leyendo