Reseteando
¿Qué ocurrió en el comité de la pandemia?
Evacuaciones de ciudades enteras, confinamientos, toques de queda, sospechas de sabotaje bacteriológico, temor al vandalismo, caída en picado del sistema económico, impotencia del Estado, militarización, colapso sanitario... A estas y otras incertidumbres, algunas llegaron a convertirse en realidad, se enfrentaron los gobiernos en la pandemia. El efecto pánico hizo que las decisiones y debates de políticos y expertos al respecto alcanzasen de inmediato la categoría de secretas. Una democracia estrujada por los males pandémicos evolucionaría, por tanto, hacia la concentración de poder y a no dejar huellas para evitar filtraciones indeseadas. En lo que atañe al Archipiélago canario con el caso Koldo, el cerco al informe, resolución o cribado de las adquisiciones multimillonarias de los convoyes de mascarillas, con presuntas mordidas en investigación judicial, radica en la existencia de uno o varios comités. Nada se sabe de sus miembros, no se levantaron actas de sus reuniones, ni tampoco si en sus encuentros se habló o hubo alguna manifestación referente a las elevadas comisiones que podían estar en juego. Ello se podía deducir de los precios que se pagaban. Entiendo que el comité o los comités, apellidados de «emergencia», estaban compuestos por eminencias académicas o epidemiólogos extraordinarios incapaces de confundir el mercado negro con una lonja de pescado. Eso piensa uno. La perversión democrática del abuso del secretismo, del blindaje de la información, suele dar para sus ejecutantes resultados óptimos que sólo el trabajo de los historiadores desentrañará. En Canarias, sin embargo, no ha resultado así: el reconocimiento por parte de un viceconsejero de la etapa de Torres de la existencia de un comité o comités a la sombra en las compras de mascarillas fija, con filigranas, la fotografía del uso torticero del poder. El declarante desvía la atención hacia los comisionados. Ahora hace falta que estos salgan de sus confortables madrigueras y digan si estaban o no en el ajo, o están tan estupefactos como la vulgar ciudadanía.
Suscríbete para seguir leyendo
- Las familias de los menores desaparecidos en El Confital viven en vilo casi dos meses después
- ¿Eres de los que no hace la cama? Los expertos recomiendan hacerla para conseguir estos beneficios
- Así es el espectacular despegue en Gran Canaria de la bestia con alas del Ejército de Estados Unidos
- Grison, un enamorado de Las Palmas de Gran Canaria
- Miguel Ángel Rodríguez: «Nunca se debió permitir el libre mercado en el alquiler turístico»
- ¿Qué distancia separa Gran Canaria de Tenerife?: los cálculos de un canario que revolucionan las redes sociales
- El Ayuntamiento descataloga una vivienda de Bravo Murillo por orden judicial
- Amanece la bandera de las siete estrellas verdes en distintos puntos de Gran Canaria