Opinión | Reseteando

Derretir 500.000 euracos

La alcaldesa de San Bartolomé de Tirajana, Conchi Narváez, junto a los ediles Antonio Pérez y Nélida García.

La alcaldesa de San Bartolomé de Tirajana, Conchi Narváez, junto a los ediles Antonio Pérez y Nélida García. / LP/DLP

La moderación se opone al ejercicio pantagruélico del estómago, la libación sin tino, la carne perfumada o la danza. Nada que ver con los banquetes de romanos, cuya hartura los llevaba a devolver por el buche lo acumulado, y así seguir dándole a los molares. El sureño San Bartolomé de Tirajana, que no formaba parte del imperio de Calígula, tuvo en 2022, bajo el mandato de la socialista Conchi Narváez, un agasajo de largo recorrido, tanto que ha acabado en querella de la Fiscalía. Entre la primera edila y Francisco García, con bastón de mando en tierras de Santa Lucía de Tirajana, derritieron como la cera unos 500.000 euracos. Secretarios generales, interventores, tesoreros, funcionarios de los ministerios de Hacienda y Función Pública y adscritos al Tribunal de Cuentas, venidos de otras provincias peninsulares, se vieron inmersos en una inmensa mil y una noche. Perdieron la cabeza con la música de Dani Martín y el grupo de rock latino Café Quijano, fiestas exuberantes, platos exquisitos, carnestolendas y fuegos artificiales. Una bacanal en la que a ningún alto funcionario de los presentes, dedicados a menesteres fiscalizadores, le dio por preguntar dónde estaba el origen del maná. Los muñidores de esta salvajada tienen encima de sus cogotes los presuntos delitos de malversación de caudales públicos, falsedad documental y prevaricación. En relación al interés de estas jornadas, cabe deducir que el mismo subió o bajo según la resaca de los ponentes inscritos. Tanta fiesta, se mire por donde se mire, no es compatible con ninguna sustancia de los soporíferos procedimientos que cuajan el derecho administrativo del Estado de Pedro Sánchez. Seguro que estos escribientes de las covachas administrativas recuerdan mejor el color del paragüitas de su copa, que cualquier comunicación de las jornadas sobre la dichosa excepcionalidad en el pago de una tasa, si es que existe, por amarrar el perro en la calle. Espero que esta provocación vaya a juicio oral, nunca se sabe, para enterarnos al detalle de los consumos, bebedizos, pago de intervenciones, ocio, bengalas, sorpresas, ramos de flores...

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