Ángeles Vega Medina, una mujer de 49 años, amante del deporte -había destacado en fisicoculturismo y running-, empadronada en Agaete y que desde hace unos años residía en Arucas con su madre, fue asesinada ayer por su expareja -de 50 años- en el domicilio de la calle Cebrián (Las Palmas de Gran Canaria) donde ella trabajaba como empleada de hogar. El agresor se ensañó con dos cuchillos contra la víctima, según fuentes policiales, antes de suicidarse.

Supuestamente, el hombre acudió al puesto de trabajo de su expareja, que estaba ocupada como empleada del hogar en el domicilio en el que se produjo el suceso y, según los primeros indicios, esta le habría dejado entrar voluntariamente al interior -el pasado viernes ambos habían sido vistos hablando en Arucas-. Según fuentes policiales, "queda claro el ensañamiento" con el que actuó el agresor. Ambos convivieron como pareja hasta el mes de marzo, pero desde entonces se desconocía cuál era su situación. Tampoco constaban denuncias de la víctima contra su presunto asesino en el servicio de vigilancia de la violencia machista que comparten todos los cuerpos de seguridad.

Sobre las 10 de la mañana una vecina de la calle Canalejas, perpendicular a la vía en la que se produjo el crimen machista, escuchó los gritos de auxilio de una mujer. "Estaba en mi terraza y escuché los gritos de una mujer durante bastante tiempo, pero creí que había sido un accidente de tráfico", recordó. Un poco más tarde, el Centro Coordinador de Emergencias y Seguridad (Cecoes) 112 recibió una llamada de la Policía Nacional en la que solicitaba una ambulancia para el número 42 de la calle Cebrián, en el barrio capitalino de Arenales, donde fueron encontrados dos cadáveres: un hombre y una mujer.

Otra vecina del barrio contó que al escuchar los gritos se asomó a una ventana de su vivienda y observó cómo un hombre aporreaba la puerta de entrada del domicilio en el que se produjo el crimen, aunque no se ha podido conocer si tenía que ver o no con el asesinato. Esta persona supone que se trataba de alguien que, al oír las voces, había tratado de ir a socorrer a la víctima pero que no pudo entrar al estar la puerta cerrada. Mientras, otra residente de Arenales lamentó que el barrio está pasando por un mal momento de sobresaltos, ya que, según dijo, hace pocos días hubo una persona que sufrió una puñalada en un bar de las inmediaciones.

Durante gran parte de la mañana, los agentes policiales estuvieron dentro de la vivienda recabando datos y haciendo las primeras pesquisas sobre lo acontecido. El juez que hizo el levantamiento de los cadáveres salió de la vivienda sobre las 12 tras estar más de media hora en su interior. Poco más de una hora después llegó la empresa funeraria a retirar ambos cuerpos para llevarlos al Instituto Anatómico Forense y sobre las 13.40 la calle reabrió al tráfico rodado, aunque el domicilio permaneció precintado.

La mujer, que residía en la urbanización La Guitarrilla del municipio de Arucas, estaba contratada por los dueños de la vivienda en la que fue asesinada como empleada del hogar y se encontraba sola en el lugar en el momento de los hechos. En esta casa residía una familia con dos hijas menores de edad, que en el momento del crimen asistían a clases mientras que sus padres se encontraban en sus puestos de trabajo.

Según fuentes próximas a la mujer asesinada, esta vivía en el municipio del noreste con su madre tras dejar la relación que mantenía con el hombre que ayer le quitó la vida. Las mismas fuentes apuntaron que se activó el Dispositivo de Emergencia para Mujeres Agredidas (DEMA) para tratar a los familiares de la víctima, ya que su hermano se encontraba muy afectado por lo sucedido, hasta el punto que no quería informar a su progenitora.

Vecinos

"Estamos destrozados. La última vez que la vimos fue la noche del domingo mientras paseaba a su perro, pero jamás nos imaginamos que fuera a ser la última". Así de desolado se mostró ayer un grupo de vecinos de la urbanización de La Guitarrilla poco después de conocer la noticia del asesinato de Ángeles Vega. Según comentaron las mismas fuentes, la mujer llevaba "varios años" viviendo con su madre en la citada urbanización, tras haber roto su relación con el autor del crimen. "Era muy reservada para su vida sentimental, pero sabemos que convivió en Agaete con el agresor durante muchos años. Cuando el noviazgo dejó de funcionar, decidió mudarse a Arucas", relató una vecina, que garantizó además haber compartido amistad con la víctima durante décadas.

En base a su testimonio, no era frecuente contemplar el rostro de la expareja de Ángeles por La Guitarrilla. Sin embargo, el pasado viernes pudo ver cómo su amiga mantenía una conversación con el hombre que ayer le arrebató la vida. "Ángeles llevaba ya unas semanas conociendo a otra persona. Cuando la vi charlando con su expareja, me imaginé que se había enterado, pero como no estaban discutiendo no le di importancia", detalló la aruquense.

Por su parte, otra de las vecinas explicó que, a pesar de que Vega nunca hizo comentarios al respecto, su expareja sentimental era un hombre muy celoso. "Ese señor no quería que rehiciera su vida. Estoy segura de que fue eso lo que le impulsó a cometer esta barbaridad", lamentó.

Asimismo, de la figura de Ángeles todos destacaron su amabilidad, su simpatía y su buen trato con todos los vecinos. "Era una mujer muy sana y deportista que siempre tenía una sonrisa en su rostro. No se merece que le haya pasado esto", expresaron compungidos.