Una fuerte explosión pasadas las 15.20 horas, seguida de un hongo que se expandió en unos segundos y de una gran columna de ceniza, anunciaron este viernes, en el sexto día de erupción del volcán de La Palma el violento nacimiento de dos nuevas bocas eruptivas a un lado de la principal. La erupción en la zona de Cabeza de Vaca, en el macizo de Cumbre Vieja situado al suroeste de La Palma, entraba de forma brusca en una nueva fase mucho más explosiva y violenta en su sexto día. El episodio, con nuevas coladas de lava más fluidas que las de las últimas jornadas, se producía apenas unos minutos después de que el Plan de Emergencias Volcánicas de Canarias (Pevolca) ordenara la evacuación de 160 personas en tres nuevos núcleos: Tajuya, Tacande de Abajo y Tacande de Arriba, entre Los Llanos de Aridane y El Paso, los municipios más afectados por la erupción del único volcán activo en Canarias, que comenzó el pasado domingo a las 15.13 horas.

Las escenas de vecinos recogiendo lo imprescindible y abandonando sus casas a toda prisa con enorme preocupación se repitieron en esta parte de La Palma situada justo debajo de las bocas que emiten lava y grandes columnas de ceniza, cada vez más altas. Unas horas antes de ordenarse la evacuación obligatoria de estas localidades, las autoridades ya habían pedido a los habitantes de Tajuya, Tacande de Abajo y Tacande de Arriba que se confinaran en sus casas y cerraran puertas y ventanas. Estas medidas se adoptaron ante el peligro de que los piroclastos cayeran sobre las viviendas por la mayor explosividad del volcán, que expulsaba estos fragmentos de lava a mucha más distancia que en los primeros días y de mayor tamaño. También se temía a la mayor fluidez de la lava y a la posibilidad de que el cono principal se desestabilizara.

Con estas nuevas evacuaciones, las personas que han tenido que abandonar sus residencias por la erupción de La Palma se acercan a las 7.000. En el caso de ayer, los 160 vecinos afectados se refugiaron en casas de familiares y amigos o en el campo de fútbol municipal de El Paso. Fueron los tremores –movimientos producidos por la presión del magma en su salida al exterior– registrados ayer los que pusieron en alerta a los científicos y confirmaban la nueva fase más explosiva en la que ha entrado la crisis volcánica de La Palma. De ahí que en las horas previas a la irrupción de las nuevas bocas se adoptaran nuevas medidas de protección para las poblaciones más próximas a los focos eruptivos. Itahiza Domínguez, sismólogo del Instituto Geográfico Nacional (IGN), explicó que este proceso se produce por la mayor acción de los gases que empujan al magma a la superficie.

Dos nuevas bocas de la misma fisura

Domínguez, que aseguró que las dos nuevas bocas ha surgido en la misma fisura que emite lava y ceniza desde el domingo, manejaba dos teorías sobre el gran estallido de las 15.20 horas, que vino precedido de otros menos intensos. «O bien se produjo por el desplazamiento de la presión a otro punto cercano al obstruirse algunas de las bocas ya existentes o bien el magma pudo toparse con un reservorio de agua, lo que aumentó la presión de los gases». Sobre la gran onda expansiva generada por la explosión, filmada desde varias perspectivas, el Instituto Vulcanológico de Canarias (Involcan) detalló que está generada por vapor de agua. «En las erupciones volcánicas explosivas se producen ondas de choque debido a la descompresión súbita del sistema. Estas ondas de aire comprimido se propagan a través de la atmósfera y pueden viajar a velocidades superiores a la del sonido». De ahí ese hongo que se expande y desaparece en segundos.

El nuevo periodo de una erupción que se aviva, y que puede deparar nuevas bocas y fisuras e incluso el desplome del edificio principal del volcán que se está generando en Cabeza de Vaca –con miles de toneladas de material volcánico–, dejó un escenario diferente al de los primeros cuatro días: columnas de ceniza mucho más altas y densas, un penacho –columna de lava de color naranja que se eleva sobre el cráter– más ancho y alto, miles de bolas de piroclastos que caen a más distancia –y que dejaban anoche una pléyade de pequeñas nubes de humo blanco al caer sobre la ceniza volcánica acumulada alrededor del cono– y nuevos ríos de lava que anoche fluían por la pendiente. El rugido de los continuos estallidos también subió de intensidad, sembrando todavía más preocupación e incertidumbre entre los palmeros.

La lava que sale del volcán de La Palma ha cubierto ya desde que comenzó la erupción y hasta la tarde de ayer 191 hectáreas y ha destruido 420 edificaciones, además de 15,2 kilómetros de carreteras, según los últimos datos facilitados por el satélite del programa Copernicus de la Unión Europea. De este modo, las coladas ya cubren 10,6 hectáreas más que en el última actualización de la misma mañana de ayer, mientras que las edificaciones arrasadas a su paso también han aumentado en 30. El semáforo volcánico de La Palma se mantiene en rojo, con un nivel 2 de emergencia.

La colada principal de lava avanza a 0,5 metros por hora

Mientras las dos nuevas bocas en el flanco del foco principal creaba nuevas lenguas, la colada principal del volcán de La Palma que alcanzó el barrio de Todoque se mantenía prácticamente detenida, a una velocidad de 0,5 metros por hora. La otra lengua, más al sur y que se había parado, se reactivó y transportaba restos del cráter tras las últimas explosiones. Esa segunda colada, detalló el director técnico del Plan de Emergencias Volcánicas, Miguel Ángel Morcuende, avanzaba ayer tarde a unos 12 metros por hora, aunque ha llegado a picos de 33 metros por hora, y arrastra «pequeños» bloques desgajados del principal centro emisor de los cinco que siguen activos. Morcuende abundó en que una parte de esa colada «parece que coge una dirección distinta que ahora está bajo estudio, aunque se mueve muy lentamente» y, en principio, «no tiene mayor recorrido por la velocidad que tiene hasta ahora», mientras que la otra discurre por la «autovía» preexistente.

Sobre las grandes columnas de cenizas finas, el Pevolca informó de que han empezado a llegar a la isla de La Gomera, concretamente a Valle Gran Rey y la capital, San Sebastián. Ante la aparición de cenizas en otras Islas, el comité científico recomienda el uso de mascarillas quirúrgicas, así como la limpieza de azoteas en las que se acumulen capas de cenizas de varios centímetros. Las columnas de humo negro se han convertido, junto con la propia lava y la caída de piroclastos, en una de las principales amenazas de la erupción. Ayer sobrepasaban los cinco kilómetros de altura, lo que provocó las primeras incidencias importantes en el tráfico aéreo de La Palma.

La Palma, sin conexiones aéreas por la ceniza del volcán

Todas las conexiones con La Palma, las de Binter, Canaryfly e Iberia, se suspendieron a mediodía de este viernes y lo estarán, al menos, hasta esta noche, a las doce. Ayer, la incidencia afectó en total a una treintena de enlaces y dejó en tierra a cientos de pasajeros. Binter informó en un comunicado de que la última evolución de la nube de ceniza obligó a cancelar de forma temporal los vuelos con La Palma. La aerolínea canaria aseguró que «se vio obligada» a tomar esta decisión «por causas de fuerza mayor», ya que «en las últimas horas la situación de la ceniza en suspensión ha empeorado considerablemente». «La paralización de las operaciones se mantendrá hasta que las condiciones mejoren y permitan volar garantizando la seguridad. En este momento no es posible hacer una previsión de cuándo se podrán retomar los vuelos a La Palma», matizó Binter en un comunicado oficial.

Además, se han interrumpido también las conexiones con La Gomera y el aeropuerto de Tenerife sur. La compañía está atendiendo por los canales habituales las solicitudes de cambios o reembolsos que pudieran recibirse por parte de los pasajeros afectados. Asegura además que está siguiendo «en todo momento» la evolución de la situación en contacto con las autoridades aeronáuticas, «a la espera de tener confirmación de que se cumplen todas las condiciones de seguridad para retomar la operativa».

Cierre de los telescopios del Roque de los Muchachos

La ceniza también afecta a los telescopios del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) en La Palma, que han sido cerrados para evitar daños a los espejos, señaló ayer a Efe Juan Carlos Pérez, administrador del Observatorio del Roque de los Muchachos. La erupción volcánica comenzó en torno a las 15.13 horas del domingo pasado y hasta el jueves la ceniza no había afectado a los telescopios. Juan Carlos Pérez explicó que «no es muy grande» la densidad de la ceniza que ha llegado a la zona del Observatorio del Roque de los Muchachos, que está a una altitud de 2.396 metros, pero añadió que «a pesar de ello puede ser un problema para los espejos de los telescopios, sobre todo de los ópticos, que son más sensibles».

El administrador del Observatorio del Roque de los Muchachos indicó asimismo que estos días sucede algo similar a cuando hay calima y que en algunas instalaciones se aprovechará para llevar a cabo tareas técnicas. La ceniza que ha llegado al Observatorio del Roque de los Muchachos es «muy fina pero podría estropear los espejos», precisó Pérez. Los responsables del Observatorio del Roque de los Muchachos están pendientes de los cambios de viento. Juan Carlos Pérez comenta que, de momento, «el problema no reviste mayor gravedad». El Observatorio, en el municipio de Garafía, está próximo al Parque Nacional de la Caldera de Taburiente y alberga telescopios como los Cherenkov, que estudian los rayos gamma de muy alta energía, y el Gran Telescopio Canarias (Grantecan), el mayor telescopio óptico del mundo.

Derrumbe del volcán

El comité científico del Pevolca mantiene una vigilancia «constante» de la erupción. María José Blanco, directora del IGN en Canarias, advirtió anoche en rueda de prensa de que «estamos ante un proceso volcánico dinámico», por lo que no se pueden hacer conjeturas sobre su evolución. Admitió, eso sí, el «aumento brusco de la intensidad volcánica» que este viernes hizo temer que pudiera derrumbarse el volcán que está construyendo la lava en el suroeste de La Palma.