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Uno de los planetas más pequeños del universo conocido está a cuatro años luz

El Instituto de Astrofísica de Canarias logra, por primera vez, identificar un planeta con un cuarto de la masa de la Tierra en nuestro vecino estelar, Próxima Centauri

Representación artística del paisaje desde el nuevo subplaneta descubierto, Próxima d. | | GABRIEL PÉREZ DÍAZ, SMM (IAC)

Uno de los planetas más pequeños hallados fuera del Sistema Solar se encuentra a tan solo cuatro años luz de la Tierra. Este diminuto cuerpo celeste se encuentra en nuestro sistema estelar vecino, Próxima Centauri, y su descubrimiento ha sido un hito por dos aspectos. Este hallazgo ha engrosado el número de planetas que rodean a la estrella Alfa Centauri, demostrando que las estructuras astronómicas como nuestro sistema solar son comunes en el universo. Pero también porque nunca se había logrado observar con tanta precisión un planeta tan pequeño a través de la técnica de la velocidad radial.

Han sido los investigadores del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) - junto a un equipo internacional de astrónomos- los que han realizado este importante descubrimiento gracias al instrumento Expresso, ubicado en el Very Large Telescope (VLT), en Chile. El nuevo planeta descubierto, Próxima d, gira alrededor de esta estrella, a una distancia de unos cuatro millones de kilómetros, por lo que solo necesita solo cinco días para completar una órbita. "Es similar a Mercurio, aunque más pequeño", explica el investigador del IAC y primer autor del trabajo en el que se detectó la primera evidencia del nuevo planeta, Alejandro Suárez Mascareño, aunque destaca que, en este caso, el planeta se encuentra a menos de una décima parte de la distancia que existe entre Mercurio y el Sol.

Se trata del tercer planeta detectado en Alfa Centauri, lo que motiva a pensar que los sistemas multiplanetarios son más comunes de lo que se pensaba. "Este descubrimiento muestra que nuestro vecindario más cercano está lleno de interesantes mundos, al alcance de futuros estudios y exploraciones", explica João Faria, investigador del Instituto de Astrofísica e Ciências do Espaço, de Portugal, y autor principal del estudio.

Próxima d acompaña a dos planetas ya conocidos en el sistema: Próxima b, con una masa similar a la Tierra, que da una vuelta a la estrella cada 11 días y se encuentra en la zona habitable y Próxima c, que se encuentra en una órbita de 5 años alrededor de la estrella. Próxima b fue el primer planeta que se halló en este conjunto estelar. "La primera vez que se habló de él fue en 2016, pero para aquel entonces la señal que se había obtenido era muy ruidosa", destaca Suárez. Esto fue lo que provocó que durante años se debatiera sobre si la existencia de ese planeta tan parecido a la Tierra en el sistema estelar vecino. 

Es la primera vez que se observa con tanta precisión un planeta pequeño con la técnica de la velocidad radial

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Pocos años después empezó un "largo proceso" que consolidó el trabajo que hoy presenta el equipo del IAC. Los investigadores tenían la encomienda de descubrir si Próxima b existía de verdad. Para dar respuesta a este enigma, los investigadores utilizarían los instrumentos astrofísicos de nueva generación que están dotados de una mayor resolución. Durante sus pesquisas, los investigadores no solo ratificaron la existencia de este planeta gemelo a la Tierra, también encontraron una señal "pequeñita", como recuerda Suárez.

Sin embargo, las dificultades intrínsecas para poder caracterizar un objeto celeste de un tamaño tan reducido no fueron suficientes como para amedrentar al grupo de investigación. Fue entonces cuando comenzó una nueva campaña con el objetivo de conocer si dicha señal "era un planeta o una fluctuación natural de la estrella". Ocho meses de mediciones continuas después, llegó el descubrimiento de este subplaneta.

Lo más difícil para los investigadores fue poder identificar una señal tan débil como la que emitía este pequeño astro. "Supuso todo un reto, pero también una oportunidad que no podíamos dejar escapar", resalta Suárez. Los investigadores utilizaron la técnica de la velocidad radial, que hasta el momento no había sido capaz de detectar un planeta tan pequeño pues, hasta ahora, no se contaba con instrumentos lo suficientemente potentes como para lograrlo.

Esta técnica se basa en medir las variaciones en la estrella debido a la gravedad que ejerce sobre ella el planeta. Con apenas un cuarto de la masa de la Tierra, el efecto de Próxima d sobre su estrella es tan pequeño que la velocidad de Próxima Centauri tan solo varia unos 40 centímetros por segundo.

Este descubrimiento abre las puertas a poder desvelar cuáles son los planetas más pequeños que nos rodean. Asimismo, en menos de diez años, con la instalación del Telescopio Extremadamente Grande (ELT), con un diámetro de 39 metros, se podrá llegar incluso a conocer la composición de la atmósfera de estos planetas de un tamaño más reducido.

"Se trata de un hito importantísimo", señala Jonay González Hernández, científico del IAC y miembro del equipo. Y añade: "Demuestra que la técnica de velocidad radial tiene el potencial de descubrir la población de planetas de baja masa del entorno de nuestro sistema solar".

Además de los investigadores Alejandro Suárez Mascareño y Jonay González Hernández, desde el IAC también han colaborado en esta publicación los investigadores del IAC Rafael Rebolo, codirector del proyecto ESPRESSO, y Enric Pallé.

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