La apnea obstructiva, el trastorno del sueño más frecuente en Canarias

La patología afecta a un volumen poblacional que ronda entre un 5 y un 8% - El perfil predominante es el de un varón de mediana edad que sufre obesidad

La apnea obstructiva, el trastorno del sueño más frecuente en Canarias

La apnea obstructiva, el trastorno del sueño más frecuente en Canarias / LP / DLP

Los trastornos del sueño son un conjunto de alteraciones que provocan cambios en la forma de dormir. El abanico es amplio. De hecho, algunas afecciones como el sonambulismo, la narcolepsia -ataques repentinos de sueño- o la epilepsia nocturna se enmarcan dentro del ámbito de la Neurología, mientras que otras requieren ser abordadas por especialistas en Neumología. Precisamente, en este último campo se encuentra la apnea obstructiva del sueño, que es el trastorno más frecuente entre la población del Archipiélago. «Este problema se caracteriza por producir una interrupción de la respiración mientras la persona duerme, y suele durar más de 10 segundos. Una de las características que comparten los pacientes es que roncan muy fuerte», explica la neumóloga Mónica Bengoa, que ejerce sus funciones en la Unidad del Sueño del Hospital Universitario Insular de Gran Canaria

La patología afecta a un volumen poblacional que oscila «entre un 5 y un 8%», si bien el perfil predominante es el de un varón de mediana edad y obeso, aquejado además de hipertensión o diabetes. «Estos pacientes duermen muy mal por la noche y con mucha facilidad durante el día, por lo que suelen estar muy cansados», agrega la facultativa. 

¿Qué opciones terapéuticas tienen los afectados? Tal y como detalla la especialista del citado hospital capitalino, las alternativas varían en función del tipo de apnea. Los casos más leves pueden solucionarse llevando a cabo una serie de cambios en el estilo de vida. Sin embargo, cuando es moderada o grave, el tratamiento consiste en dormir con una máquina que se llama CPAP y que genera una presión de aire continua. «Se administra a través de una mascarilla que cubre solo la nariz, o bien tanto la nariz como la boca, y que permite abrir la vía aérea superior, pues es la que se cierra durante el sueño. Por esta razón se ronca y se producen esas pausas respiratorias», detalla la experta. 

La pérdida de peso puede llegar a reducir el nivel de gravedad de la enfermedad

Las personas que sufren un problema anatómico a nivel de la vía área superior, en cambio, tienen que ser valoradas por un otorrino para evaluar la posibilidad de someterlas a una intervención. «También contamos con unos aparatos que emiten una señal vibratoria e inducen a no dormir boca arriba a aquellos pacientes que solo manifiestan apneas cuando están en esta posición», señala la sanitaria. 

Lo cierto es que a día de hoy la patología no se puede curar, salvo que sea detectada en pacientes muy jóvenes que experimenten una pérdida de peso considerable. No obstante, en el resto de colectivos, el hecho de perder peso también puede contribuir a reducir el nivel de gravedad. «Los afectados pueden pasar de sufrir una apnea obstructiva grave a una leve, lo que nos puede llevar a valorar si deben seguir utilizando la CPAP», apunta la doctora Bengoa. 

Otras recomendaciones destinadas a evitar que el trastorno se agrave pasan por no consumir alcohol por la noche ni tomar benzodiacepinas. «Hay que tener en cuenta que el alcohol favorece el cierre de la vía aérea superior porque relaja su musculatura, mientras que los ansiolíticos potencian los ronquidos y, por tanto, las apneas». 

Cabe resaltar que el hecho de no tratar la enfermedad puede traducirse en un deterioro de la calidad de vida de los pacientes. «Hablamos de personas que no pueden entrar nunca en una fase de sueño profundo, lo que puede pasar factura con el paso del tiempo y provocar también irritabilidad y alteraciones en el comportamiento», advierte la especialista. Pero esto no es todo, pues, en palabras de la doctora, «el mal control también incrementa el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares y cerebrovasculares». 

El insomnio y los problemas de ansiedad nocturna

El insomnio es un trastorno que impide conciliar el sueño o que provoca serias dificultades para mantenerlo. El desorden puede ser transitorio, pero si su presencia se dilata en el tiempo se convierte en un problema grave que afecta de forma notable a la calidad de vida de las personas que lo sufren. «Normalmente, la gran mayoría de los aquejados ha cronificado el trastorno por sufrir ansiedad nocturna», explica la doctora Mónica Bengoa. Y es que es precisamente el empeño por conciliar el sueño lo que impide dormir y el gran desencadenante de la inquietud. «Con el paso del tiempo se va creando un círculo vicioso, por lo que en la actualidad el principal tratamiento para el insomnio suele ser la terapia cognitivo-conductual», apostilla la facultativa del Hospital Insular. A través de esta estrategia que desarrollan los psicólogos, los profesionales ponen al alcance de los pacientes todas las herramientas necesarias para que aprendan a dormir y pierdan el miedo a que llegue la noche. «Algunos de los consejos que les dan es que no pongan el despertador al lado de la cama o que no utilicen dispositivos como tablets o móviles, al menos, en las dos horas previas al inicio del descanso», anota la doctora, quien además informa de que este trastorno puede acontecer «en cualquier etapa de la vida». | Y.M. 

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