La entrañable conversación entre una madre de Canarias y su hijo con cáncer

"Yo ya no me pierdo un achuchón de mis hijos. Ni de mis hijos, ni de mis padres, ni de la gente que quiero", afirma Sandra

La entrañable conversación entre una madre de Canarias y su hijo con cáncer

E. S. G.

La grancanaria Sandra Marrero lleva años contra el linfoma de Hodgkin de su hijo, que le enseñó el valor de la vida. Llevó a su hijo al pediatra por un dolor de cuello, creyendo que tenía una contractura muscular. Sin embargo, el niño sufría un linfoma de Hodgkin, un tipo de cáncer que afecta al tejido linfático. "Para nosotros fue un shock tremendo, la vida nos cambió completamente", explicó a los micrófonos de Hoy poy Hoy de SER Canarias.

"La vida te cambia totalmente, hay que pedir una baja laboral y prácticamente vivir en el hospital", añade. Muchos padres se ven obligados a dejar su trabajo y la mayoría de los niños tienen que abandonar las clases y su entorno de amigos mientras enfrentan la enfermedad. "Los hermanos son los grandes olvidados, que se quedan solos al cuidado de la familia mientras los padres acompañan al niño que lucha contra la enfermedad", explicó.

 "Es muy difícil, aunque ellos tienen una capacidad diferente a la nuestra y afrontan la enfermedad de manera distinta. Los primeros meses de tratamiento nosotros no éramos personas, y él no perdía su sentido del humor y su forma de ser", explicó Sandra sobre cómo tuvo que decirle a su hijo con catorce años que tenía cáncer.

"Llegó un momento en que me dijo: mami, no llores más", explica. "No estés triste, cuando te pongas triste acuérdate de mi contando chistes, riendo", añade.

"Cuando llegamos a la planta me sorprendió ver a todos esos niños que nunca pierden la sonrisa y la alegría", explicó la madre, que se dio cuenta que los niños viven el momento presente: aunque estén enfermos, viven el presente y afrontan la enfermedad de otra manera. "Tienen el superpoder de vivir el momento y disfrutarlo aunque lo estén pasando mal", añade Sandra.

"El cáncer nos enseña a priorizar lo que es realmente importante en la vida. Yo ya no me pierdo un achuchón de mis hijos. Ni de mis hijos, ni de mis padres, ni de la gente que quiero. Es lo que nos vamos a llevar de aquí", explica la madre de este pequeño valiente.

Su hijo tiene hoy dieciocho años y el cáncer está en remisión. Gracias a la Fundación Pequeño Valiente han vivido el proceso en compañía de otras familias, con apoyo psicológico y emocional.