Canarias registra una media de 38 casos de cáncer infantil cada año

En las Islas se diagnosticaron 191 cuadros clínicos entre 2017 y 2021 - Las mejoras en las terapias y las técnicas quirúrgicas han aumentado la supervivencia

De izquierda a derecha, los doctores Kishore Melwani y Antonio Molinés, junto con la enfermera Patricia Brito y la doctora Silvia Domínguez.

De izquierda a derecha, los doctores Kishore Melwani y Antonio Molinés, junto con la enfermera Patricia Brito y la doctora Silvia Domínguez. / Juan Carlos Castro

En Canarias se diagnosticaron un total de 191 casos de cáncer infantil entre 2017 y 2021, lo que se traduce en una media anual de 38 cuadros clínicos. Así lo refleja el informe del Registro Español de Tumores Infantiles (Reti-sehop), teniendo en cuenta los datos disponibles hasta la última actualización. En el conjunto del territorio nacional, la cifra ronda el millar cada año.

La buena noticia es que los avances en los tratamientos y la mejora de los soportes han logrado incrementar la supervivencia de los menores afectados por enfermedades oncológicas. De hecho, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la tasa ya supera el 80% a los cinco años del diagnóstico, un dato que difiere en gran medida del que marcaban las estadísticas hace cinco décadas, cuando apenas alcanzaba el 20%. 

«Desde los años 70, han ido surgiendo nuevos tratamientos de forma progresiva y nuevas medidas de soporte. Hay que tener en cuenta que a veces los pacientes fallecían porque las terapias eran muy agresivas, pero ahora contamos con otras herramientas y con mejores técnicas quirúrgicas y anestésicas», señala el doctor Kishore Melwani, responsable del área de Oncología Pediátrica del Hospital Universitario Materno Infantil de Canarias. 

Este miércoles, 15 de febrero, se conmemora el Día Internacional del Cáncer Infantil. Ahora bien, ¿cuáles son las neoplasias más frecuentes entre este grupo poblacional? Tal y como informa el facultativo, las leucemias, los tumores cerebrales y los linfomas. No obstante, la investigación ha permitido avanzar más en unas enfermedades que en otras. «En el caso de la leucemia, podemos decir que los tratamientos han experimentado una gran revolución en la última década. La quimioterapia convencional ahora está apoyada por terapias que atacan a la enfermedad utilizando las células defensivas del propio organismo, como las CAR-T cells, o los anticuerpos monoclonales, que se unen a la células tumorales y las erradican», explica el doctor Antonio Molinés, hemátologo de la unidad de Oncohematología Infantil del mismo centro. 

Independientemente del tipo de tumor, el abordaje del cáncer tiene que ser multidisciplinar. Tan es así, que son muchas la especialidades que intervienen en el tratamiento. «Necesitamos contar con los bancos de sangre, con nefrólogos, intensivistas, psicólogos y otros muchos profesionales. Este trabajo cooperativo ha hecho que la atención que damos a nuestros niños vaya mejorando y que no solo aumente la supervivencia, también que disminuyan las secuelas y los efectos secundarios de los tratamientos», valora el doctor Molinés, que además pone de relieve la implicación de todos los centros del país. «Vamos de la mano a la hora de aplicar todos los protocolos nacionales e internacionales y compartimos experiencias, lo que aumenta las posibilidades de curación de los pacientes», anota. 

Los tratamientos de la leucemia han experimentado una revolución en la última década

Por lo que respecta a los métodos diagnósticos, hay que decir que también han mejorado a medida que se han ido ampliando los conocimientos sobre las enfermedades tumorales. Asimismo, los laboratorios de los centros han tenido que adaptarse a los nuevos procedimientos. «Sabemos que una parte importante de todo tumor son las mutaciones genéticas alteradas, que hacen que las células crezcan sin control. Al conocer mejor la base genética, podemos llevar un mejor seguimiento del resto del tumor que queda tras administrar un tratamiento quimioterápico, por ejemplo», resalta Antonio Molinés. «Gracias a los trastornos genéticos que se van descubriendo, somos capaces de detectar nuevos tipos de leucemia y buscar tratamientos mucho más específicos. El objetivo es que las terapias sean cada vez más personalizadas para evitar la toxicidad y mejorar la curación», agrega. 

Cabe destacar que las secuelas que pueden sufrir los niños, incluso en la edad adulta, es un asunto que inquieta a los expertos. Sin embargo, los doctores creen que lo que se está observando ahora, en realidad son los efectos de las terapias que fueron aplicadas hace décadas. «Hace 20 años, nuestro objetivo era curar al precio que fuera. Ahora, en cambio, consideramos que reducir las secuelas es tan importante como curar la enfermedad».

Por esta razón, los facultativos tratan de ser muy precisos a la hora de administrar los tratamientos. «Aunque es cierto que estas varían en función de la localización del tumor, ahora se está alertando de la presencia de secuelas psicológicas y neurocognitivas, que antes pasaban más desapercibidas. También a las cardíacas se les está dando mucha importancia. En nuestro caso, contamos con programas de atención y protocolos de seguimiento con otros especialistas para intentar detectarlas de forma precoz», apostilla el hematólogo.

La enfermería como pieza clave en los cuidados

Las enfermeras juegan un papel fundamental en el cuidado de todos los pacientes, pero en el campo de la Oncología Infantil se consolidan como figuras aún más esenciales. «Las enfermeras estamos las 24 horas al lado de la cama del paciente y de sus familiares. Muchos niños no son verdaderamente conscientes de lo que les ocurre, pero sus padres sí, lo que provoca un gran impacto en sus vidas», señala Patricia Báez, supervisora de Enfermería de la unidad de Oncología Infantil del Hospital Universitario Materno Infantil de Canarias. Tal y como explica, los menores están acompañados durante todo el día. Además, cada mañana, reciben clases y participan en talleres. «La Consejería de Educación envía a docentes para que impartan clases de Primaria y Secundaria. Por otro lado, gracias a la Fundación Mapfre, contamos con actividades de musicoterapia todos los días de la semana», informa la sanitaria. Para amenizar las tardes, diferentes asociaciones colaboran desarrollando actividades que varían en función de la franja de edad de los pacientes. «En realidad, funcionamos como un equipo», apunta. Pero, ¿es conveniente contarle a los niños lo que les está sucediendo? A juicio de Brito, todo depende de si los menores demandan o no información. «Los padres son los que mejor los conocen y saben cómo exponerles la situación. Aquí los psicólogos juegan también un papel muy importante, ya que ofrecen muchas pautas y consejos durante todo el proceso», valora. | Y.M. 

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