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Investigadores de la ULPGC cuestionan la eficacia de las ayudas a los hidrocarburos

El estudio revela que el subsidio de 20 céntimos supuso un beneficio extra de 723 millones para las petroleras y una pérdida de 925 millones para los consumidores

Colas en la gasolinera Petroprix, en Gran Canaria.

Colas en la gasolinera Petroprix, en Gran Canaria. / Andrés Cruz

María Jesús Hernández

María Jesús Hernández

Las petroleras fueron las grandes beneficiadas de la reducción de 20 céntimos en el precio final de los hidrocarburos en las estaciones de servicio en España entre abril y diciembre de 2022. Una ayuda implantada para favorecer al consumidor y que sin embargo culminó con un sobre beneficio de 723 millones para las empresas, un retorno de 202 millones al Estado y, a los consumidores no les llegó en torno a unos 925 millones de euros de los más de 4.200 que utilizó el Gobierno para esta política. Esta es la principal conclusión del análisis realizado por los profesores de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) Juan Luis Jiménez y José Manuel Cazorla-Artiles y por Jordi Perdiguero de la Universidad Autónoma de Barcelona, publicado en el blog especializado Nada es gratis bajo el título ¿Cuánto dinero perdieron los españoles por culpa del subsidio de 20 céntimos a los combustibles? Las conclusiones ponen en duda la eficacia del subsidio a los carburantes.

«En este trabajo lo que hicimos fue, tras finalizar el subsidio en diciembre 2022, comparar estadísticamente la evolución de los precios en España antes, durante y después de la medida, frente a la evolución de aquellos países en los que no había habido ningún tipo de ayuda. Lo primero que encontramos es que, durante el subsidio, los precios del diésel aumentaron de media unos 6 céntimos durante todo el periodo; y lo segundo, que cuando acabó el subsidio el comportamiento del precio del diésel volvió a ser similar al de aquellos países donde no había ayudas, es decir, el problema fue el subsidio», indicó Juan Luis Jiménez, doctor en Economía de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.

Sube el precio del diesel

La clave está en que, las petroleras, al saber que una parte del dinero que el consumidor pagaba por cada litro de combustible, lo estaba subsidiando el Estado, subieron los precios del diésel, -la gasolina se mantuvo igual-. Al subir 6 céntimos de media el combustible, en lugar de llegar 20 céntimos a los consumidores, llegaron sólo 14, -lo que supuso una pérdida de 925 millones de euros para el consumidor y una ganancia extra de 723 para la empresa-.

Para llegar a esta conclusión, los investigadores analizaron los datos de las estadísticas de consumo petrolíferos y vieron cuantos millones de litros de diésel, se habían consumido en España entre abril y diciembre 2022, y así calcularon, por una parte, cuántos millones se habían apropiado las petroleras por aumentar los precios -«hablamos de millones por encima de sus beneficios, es decir, un sobre beneficio»; y, por otra, cuánto dinero había retornado al Estado de los más de 4.200 millones que utilizó para esta política -«porque al aumentar el precio del IVA en Península que está en función del precio, también aumentan los ingresos»-, de forma que para el Estado los ingresos superiores vía IVA ascendieron a 202 millones. «Se suponía que los 20 céntimos deberían ir íntegros al consumidor pero no llegaron, sólo 14. Lo más grave, no es el dinero que vuelve al Estado, porque luego se supone que lo redistribuye correctamente, lo que preocupa es que el subsidio fue lo que generó que aumentasen los precios y, por tanto, las petroleras tuvieran un sobre beneficio. Se ha gastado dinero público para subsidiar aún más a las petrolera».

La industria subió 6 céntimos de euro el diésel y eso redujo la retribución al cliente de 20 a 14 céntimos

El estudio, que actualmente está en fase de evaluación para ser publicado académicamente, concluye que el subsidio de los carburantes tuvo pros y contras. «En la parte positiva, posiblemente redujo algunas décimas el Índice de Precios al Consumo (IPC) y aumentó ingresos públicos porque el aumento del precio supuso una mayor recaudación del IVA».

El profesor, doctor en Economía, de la ULPGC, Juan Luis Jiménez.

El profesor, doctor en Economía, de la ULPGC, Juan Luis Jiménez. / Juan Castro

Respecto a la parte negativa, los autores del artículo señalan, por un lado, que dicha medida puede haber generado un mayor consumo y, por ende, una mayor contaminación; y además, benefició en mayor medida a las rentas más altas -«una medida regresiva en un país donde el 73% de los hogares más pobres no consumen combustible»-. También estiman que se utilizaron en torno a 5.000 millones de euros «con un importante coste de oportunidad de los fondos públicos en tiempos de inflación»; que los consumidores pagaron el diésel casi 6 céntimos más caro entre abril y diciembre de 2022 por culpa del subsidio; y que las empresas petroleras se apropiaron del 17% (723 millones) del coste total de la medida.

«Todos estos elementos negativos hacen que pongamos muy en duda, que la política haya sido positiva para el conjunto de la sociedad. En definitiva, se trata de una medida de política económica que, aunque puede ser parcialmente efectiva en la contención del IPC, tiene un destacable coste económico y un impacto redistributivo nada trivial».

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