Una investigación descubre nuevos focos aborígenes del Primer Milenio

Una investigación por parte de un equipo que dirige el catedrático de Protohistoria de la ULPGC, Pablo Atoche Peña, ha encontrado nuevos focos de asentamientos aborígenes del Primer Milenio en la isla Lanzarote que se unen a los que ya se conocían en Tenerife o La Graciosa. Atoche explicará este descubrimiento en su conferencia La colonización protohistórica del archipiélago canario a la luz de los hallazgos arqueológicos en Lanzarote: Los elementos de importación en el contexto material indígena que tendrá lugar hoy viernes, a las 18.30 horas, en la Real Sociedad Económica de Amigos del País. Se trata de la tercera sesión del seminario Canarias en el contexto de la Antigüedad tardía.

Por el momento, su equipo tiene unas 60 dotaciones que confirman una antigüedad del poblamiento en torno al Primer Milenio Antes de la Era, en torno a los años 900 o 1.000 en Lanzarote, «y luego hay una serie de elementos que vienen a confirmar que hay una relación entre la población aborigen que coloniza las islas con las grandes culturas que se desarrollan en el entorno africano», señala el experto. Pablo Atoche Peña lleva más de 30 años trabajando en los poblamientos en Canarias y en estos momentos trabaja con un equipo de la Universidad que incluye profesionales de diferentes ramas e instituciones, además de realizar trabajos con alumnos de Grado de las facultades de Geografía e Historia y el programa de doctorado Islas Atlánticas en el que colaboran cuatro universidades. «Tenemos resultados finales en varias líneas de trabajo relacionados con aspectos genéticos que afectan a la cabaña ganadera y elementos nuevos que han ido apareciendo a raíz de las excavaciones en Lanzarote donde hemos centrado el trabajo básicamente porque la investigación siempre ha señalado a esta isla como la primera que se pobló con lo que tiene la cronología más antigua». 

Las investigaciones muestran las presencias de pueblos púnicos  y romanos. «El poblamiento es un fenómenos continuado, y no está en un momento determinado, y durante ese fenómeno las poblaciones que están en las islas no permanecen aisladas sino que están continuamente en contacto con sus entornos», aclara. «Han aparecidos una serie de elementos materiales que confirman ese tipo de contactos. Se mantiene que es un poblamiento norteafricano, y se trata de un proceso bastante más antiguo por lo que habrá que empezar a reflexionar sobre por qué esa gente llega por sus propios medios en esas fechas tan antiguas, con qué motivo», añade.

Planteamiento

Este planteamiento, que se lleva realizando desde hace bastantes años, está corroborado porque en La Graciosa y Lanzarote se han encontrado elementos subacuáticos de ánforas romanas, ánforas púnicas, fenicias, etc. «Hay una línea d interpretación en la que se pone en evidencia los contactos. Y nosotros comprobamos mediante pruebas arqueológicas si eso era o no era cierto», subraya Atoche.

La cultura fenicio-púnica en las poblaciones aborígenes está presente sobre todo con elementos de tipo religiosos, «pero la evidencia es tan abundante como la etapa romana». Esto tampoco es tan extraño si tenemos en cuenta que los fenicios y los púnicos estuvieron en el norte de África desde el 1.100 antes de la Era produciendo un fenómeno de culturalización y fusión en el ámbito indígena. «Por eso no es extraño que si los poblamientos vienen del norte de África hubiera elementos culturales que habían llegado a Canarias». 

El experto destaca que, aunque estos datos eran conocidos en otras islas «no sabíamos nada para Lanzarote». Pero en estas excavaciones están apareciendo cuestiones obvias que están relacionadas con las estructuras habitacionales, los elementos económicos asociados con los pobladores y con grandes agriculturas en Lanzarote, donde además no se tenía constancia de la presencia de cereales. «Estas excavaciones muestran que esas actividades agrícolas eran de trigo y cebada», añade.

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