Derechos LGTBI

Refugiada de la homofobia: "En Rusia era una 'diabólica disidente' por ser lesbiana y me podían llegar a matar"

La Fiscalía calificó de "diabólica disidente" a Anastasia, abogada y defensora de los derechos LGTBI en Rusia. Huyó por las amenazas de muerte y ahora es solicitante de asilo en España

Anastasia, una abogada defensora de derechos lgtbi rusa que se ha refugiado en España porque su vida corría peligro.

Anastasia, una abogada defensora de derechos lgtbi rusa que se ha refugiado en España porque su vida corría peligro. / Fernando Bustamante

Gonzalo Sánchez

En las repúblicas musulmanas de Rusia, como Chechenia o Daguestán, todaviá existe el "crimen de honor". "Si consideran que estas faltando al respeto a 'las tradiciones' te pueden llegar a matar y no pasa nada". Anastasia tiene 25 años y nació allí. Es abogada, lesbiana, y trabaja ayudando a las personas del colectivo lgtbi en el infierno en el que se ha convertido Rusia. Su existencia puede ser vista, hoy por hoy, como una 'ofensa a las tradiciones'.

Huyó en diciembre de 2021 para salvar la vida. La Fiscalía rusa la calificó como "diabólica disidente" y llevar el pelo corto le cerró las puertas a todos los trabajos. "Estudié mi carrera en la capital, y recuerdo que un profesor un día en clase dijo que las lesbianas estamos enfermas y nos tienen que curar con terapias", explica.

Estas terapias existen, se practican. Anastasia las ha visto y sus amigas las han vivido. "Primero te dan tranquilizantes, antidepresivos y otras drogas. Luego te pasan una película porno entre un hombre y una mujer, es obligatorio verla y anotan tu reacción. Para las mujeres lesbianas incluso existe sexo obligatorio con un hombre. Un chico entra y tiene sexo con ellas, aunque no quieran", cuenta.

Anastasia y Teresa son dos refugiadas atendidas por el CEAR.

Anastasia y Teresa son dos refugiadas atendidas por el CEAR. / Fernando Bustamante

Anastasia es una de las 7.258 personas que solicitaron refugio en la Comunitat Valenciana en el año 2022, según el último balance de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR). Lo hizo en València, la tercera provincia con más solicitantes de protección internacional de Epaña (4.300). Ni ella, ni el resto, migraron por motivos económicos, para buscar trabajo, o por cambiar de aires ni por capricho. Migraron porque su vida corría serio peligro.

Guerras no declaradas

Teresa también migró recientemente. Es de Honduras, un país donde el crimen organizado tiene más poder que el estado. La Mara Salvatrucha 13 y el Barrio 18 controlan cada palmo de tierra y ahogan a la población, y su país tiene una tasa de homicidios más alta que algunos países con guerras declaradas.

Ella es ingeniera industrial, con un currículum de trabajo en empresas multinacionales bastante importantes. Llegado el momento decidió abrir un pequeño comercio por su cuenta, pero recibió una llamada de las Maras para darles 'el pase', es decir, extorsión. Pagar para que tu vida o la de tus hijos no corra peligro.

Anastasia y Teresa son dos refugiadas atendidas por el CEAR.

Anastasia y Teresa son dos refugiadas atendidas por el CEAR. / Fernando Bustamante

Decidió no pagar y empezó a recibir fotos de sus seres queridos, de su hijo entrando y saliendo del colegio acompañadas de amenazas. Cuando fue a denunciar a la policía tampoco sirvió de nada, pese a que tenía el número de teléfono y sabía qué pandilleros la estaban amenazando. "El capitán me metió a una sala y me dijo que no iban a hacer nada porque sus compañeros estaban a nómina de las maras", recuerda. Las amenazas fueron a más, hasta que cogió un avión con lo puesto para venir a España.

La violencia del crimen organizado es una de las principales razones que esgrimen los solicitantes de asilo que llegan desde Colombia, Honduras, El Salvador, o México, que representan una parte muy importante de las llegadas al país.

"Putin es un fascista"

Anastasia salió del armario desde los 12 años y desde entonces su vida cambió para siempre, con amenazas de muerte por la calle o de meterla a una terapia de reconversión. "Me han negado incluso la atención médica", explica.

Participaba hasta hace poco en una asociación de ayuda a personas del colectivo lgtbi en una de las zonas más hostiles del mundo hasta que fue declarada como "organización extranjera" y clausurada. El Gobierno aprobó dos leyes de propaganda, la primera, que impedía hablar con niños sobre cualquier tema relacionado con la homosexualidad o el colectivo, y la segunda, que impedía hacer lo propio también entre adultos.

CEAR presenta el informe con los datos de solicitudes de asilo en el año 2022.

CEAR presenta el informe con los datos de solicitudes de asilo en el año 2022. / F.Bustamante

Por si fuera poco, Anastasia también se posicionó en contra de la guerra de Ucrania (de donde son sus padres). "La Fiscaliá lo sabe todo de mi, saben que vivo en València y todo. Si vuelvo me van a meter en la cárcel o me pueden matar directamente, esa es la situación", cuenta.

En Rusia existe la censura. "No podemos ver Facebook, ni ningún medio de comunicación occidental, el Gobierno tiene bloqueado todo y por eso la mayoría de personas no saben lo que pasa realmente en Ucrania. Si te manifiestas y una cámara te reconoce puedes estar diez años en la cárcel. Es fascismo. Putin es un fascista", cuenta Anastasia.

Sin citas no hay derechos

El sistema de asilo valenciano lleva atascado desde el mes de marzo de 2022, cuando un fallo informático provocó la pérdida de todas las solicitudes de asilo a través de correo electrónico. Se estima que se perdieron unos 4.000 correos.

Informe de CEAR con los datos de las solicitudes de asilo del año 2022.

Informe de CEAR con los datos de las solicitudes de asilo del año 2022. / F.Bustamante

El atasco provocó la aparición de un mercado negro de citas de extranjería, donde los migrantes llegaban a pagar hasta 500 euros por un trámite que es gratuito. La administración solo sacaba un número determinado de citas a través de la web, pero gestorías y particulares se hacían con ellas a través de bots informáticos, y después las revendían a los migrantes.

Para confrontar a los bots, Extranjería decidió recientemente volver a cambiar el sistema, y ahora se atiende a través de varias líneas telefónicas que abren una vez a la semana y dan una media de 139 citas. Sin embargo, CEAR reclama que se refuerce el sistema y se dote de más citas para acabar con el atasco que mantiene a muchas personas en la irregularidad administrativa, sin poder trabajar o acabando en trabajos precarios y de la economía sumergida.