Feminismo
Más allá de Ayuso: "El tabú del aborto espontáneo empieza a romperse"
Los sanitarios reclaman más medios para la salud mental y emocional de las mujeres que sufren una interrupción del embarazo
Elisenda Colell
"Cuando una mujer se queda embarazada, hay una norma social no escrita que dice que hasta los tres meses no se lo puedes decir a nadie. Es una forma muy sibilina de decir que si hay un aborto no lo tiene que saber nadie, que te lo quedes para ti. Es evidente que hay un tabú sobre el aborto espontáneo, aunque en los últimos años se está rompiendo", reflexiona Alba Martínez, médica de familia del CAP Passeig de Sant Joan de Barcelona.
Este martes la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha hecho público que ha sufrido un aborto espontáneo a las ocho semanas de embarazo. Una hecho que afecta al 20% de gestantes. Sin embargo, la decisión de hacerlo público demuestra que el tabú del aborto se va agrietando, según confirman los sanitarios, aunque señalan que aún hay muchos retos pendientes sobre este asunto.
Cambio generacional
El doctor Francisco Carmona empezó a trabajar como ginecólogo del Hospital Clínic en 1991. "Me acuerdo de que en aquella época, cuando una mujer perdía al bebé, si había habido problemas, se lo intentábamos esconder. Y si el feto era ya de cierto tamaño no se lo enseñábamos, pensábamos que era lo mejor para ellas", sigue el doctor. Hoy, en el hospital, el escenario es radicalmente distinto. Han creado unas 'cunas frías' donde las mujeres pueden ver el cuerpo de los bebés que han nacido sin vida, y se pueden despedir de ellos. "Debemos escuchar a la mujer de forma individualizada, tenemos protocolos para atenderlas; más allá de las complicaciones físicas debemos pensar también en las emocionales", cuenta.
Según Carmona, en los últimos años, la ola empoderadora del feminismo ha ayudado a romper muchos de estos tabús, especialmente en relación al duelo perinatal, es decir, el duelo de las madres que pierden sus hijos antes de nacer. "Tengo la sensación de que está cambiando el tabú, la gente habla más abiertamente", sigue Carmona, que insiste que una pérdida es igual de importante en cualquier momento de la gestación.
Secuelas emocionales
También apunta lo mismo la doctora Eva Huguet, doctora de la Mútua de Terrassa y miembro de la Societat Catalana d'Obstetrícia i Ginecologia de l'Acadèmia de Ciències Mèdiques de Catalunya. "Es el truncamiento de un deseo o una ilusión que puede tener una historia detrás", señala Huguet. "Yo creo que las mujeres, si saben que están embarazadas, sangran y notan dolor van al médico: el tema es que seguramente algunas se arman de valor y van a trabajar en lugar de pedir la baja", sostiene. "Antes lo relativizábamos mucho: las mujeres eran más jóvenes, quizá ya tenían otros hijos y pensábamos que no era grave", cuenta Huguet.
Es lo mismo que detecta la doctora Martínez en su consulta. "Cada vez pasa menos, pero nos encontramos con mujeres que presentan un malestar fisico que no tiene ningún motivo aparente, o incluso crisis de ansiedad o cuadros de depresión, y luego vemos que hace uno o dos años habían tenido un aborto espontáneo. Muchas no saben que pueden pedir la baja por este motivo o prefieren esconderlo y hacer como si nada", añade. Martínez relata que las mujeres en situación de pobreza y precariedad laboral son más proclives a ello. "No se pueden permitir dejar de trabajar, parar y descansar", sigue.
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