Discapacidad

Personas con discapacidad celebran la reforma de la Constitución: "Es más que cambiar una palabra, primero somos personas"

Aplauden el avance que permitirá eliminar el término "disminuido": "No tenemos que soportar ser vejados", reivindican

El delegado territorial de ONCE, Fernando Iglesias.

El delegado territorial de ONCE, Fernando Iglesias. / SANTIAGO GARCÍA VILLEGAS

Sira Rumbo Ortega

Estaba previsto que Oliver llegara al mundo en Malta, donde residían entonces sus padres. Él, descendiente de Casar de Cáceres y ella, gallega, pero la pandemia lo trastocó todo. El cierre del tráfico aéreo y las limitaciones de movilidad llevaron a los jóvenes y primerizos progenitores a plantearse preparar el parto en España. Y decidieron que Cáceres era un buen lugar. Así que se mudaron al municipio cacereño del que procede Víctor Talavero y allí nació el pequeño, que ahora tiene casi 3 años. La idea era regresar a Malta después del permiso de paternidad y maternidad, pero nada fue como esperaban: Oliver, contra todo pronóstico, nació con síndrome de Down. Ya en Malta las pruebas que detectan este tipo de situaciones habían dado un riesgo intermedio, pero nadie le había prestado importancia.

Fue un shock: "El nacimiento fue el peor momento de mi vida. Tienes unas expectativas de tu niño y nunca piensas en que pueda nacer con esas características", recuerda. Fue algo parecido a pasar un luto: "Tu niño, el que tú esperabas, no está. Hay otro. Pero cuando pasa ese luto pasas la barrera del rechazo y ahora es todo lo contrario, lo quieres como a nada", reconoce. Oliver ahora es un niño feliz, sano, va a la guardería, juega y está socialmente integrado: "Está más integrado él que yo", bromea Talavero.

"No tiene sentido que en el siglo en el que estamos ese término siguiera existiendo"

Víctor Talavero

— PADRE DE UN NIÑO CON SÍNDROME DE DOWN

Tiene hasta un perfil de Instagram, creado por sus padres, en el que muestran su día a día: "Es un niño que hace cosas de niños, no es un disminuido, tiene una condición genética", manifiesta su progenitor. Por eso esta semana ha sido importante. La eliminación del término disminuido del artículo 49 de la Constitución aprobada este pasado jueves por todos los partidos salvo Vox, que votó en contra, ha sido para ellos un logro. En dicho documento todavía se hablaba de "disminuidos físicos, sensoriales y psíquicos". Ahora se sustituirá por "personas con discapacidad". Llega tarde, sí, más en un país con más de 4 millones de personas con discapacidad, casi una de cada diez, pero están satisfechos: "Es un cambio vital. No tiene sentido que en el siglo en el que estamos siguiera existiendo. Imaginemos que, en cualquier otro ámbito, para referirnos a cualquier persona tuviéramos que hacerlo con un término ofensivo", argumenta.

Hay otros términos

La misma opinión comparte Sonia Silva, discapacitada visual desde el nacimiento y fisioterapeuta en Cocemfe, un centro que atiende también a personas con discapacidad. "Todo lo que se haga para eliminar estos términos está bien. Es un término muy despectivo por eso es un reconocimiento, un avance en la manera de dirigirse a la persona con discapacidad", sostiene. A ella también le gustaría que se hiciera lo mismo con otros, como "minusválido", presente todavía también en los documentos de organismos públicos. Aunque reconoce, no obstante, que la sociedad ha avanzado mucho en inclusión: "Antes a las personas con discapacidad se les trataba de manera despectiva, no solo se nos llamaba disminuido, también tullido, lisiado,... Quizá la intención no era ofender pero es que los términos por sí solos ya son ofensivos", argumenta.

Sonia Silva, discapacitada visual y fisioterapeuta en Cocemfe. EPE

"Es muy despectivo, por eso es un reconocimiento, un avance en la forma de dirigirse a nosotros"

Sonia Silva

— DISCAPACITADA VISUAL

"Es más que cambiar una palabra porque las palabras son pensamientos y los pensamientos son obras", dice el delegado territorial de ONCE en Extremadura, Fernando Iglesias. Él tenía solo 6 años cuando se aprobó la Constitución y ya entonces le parecía "denigrante": "Es una palabra que nunca tenía que haberse puesto, no somos disminuidos ni minusválidos, somos personas que tenemos una discapacidad. No tenemos que soportar ser vejados, yo soy una persona ciega, pero de ciego a cegato va mucho; el lenguaje es importante", subraya Iglesias.

Víctor Talavero, con su hijo Oliver.EPE

"Es una palabra que nunca tenía que haberse puesto, no somos disminuidos ni minusválidos"

Fernando Iglesias

— DELEGADO TERRITORIAL DE ONCE EN EXTREMADURA

Todos celebran que esta semana se haya conseguido un logro histórico pero también son conscientes de que queda mucho por hacer por las personas con discapacidad; entre ellas, el empleo: "La tasa está 40 puntos por debajo que la de las personas sin discapacidad", apunta Iglesias. A lo que se suma la violencia de género en mujeres con discapacidad; la importancia de reconocer el tipo de discapacidad y desarrollar programas específicos o la accesibilidad: "Todavía se dan casos de personas que no pueden salir de sus casas o que, si quieren hacerlo, tienen que subir y bajar la silla de ruedas a pulso porque no tienen un ascensor y no les dan soluciones. O incluso el transporte público, que no está preparado", reprocha Silva. 

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