Más de 100.000 personas en Canarias tienen déficit de vitamina D

Se trata de una hormona esencial para la mineralización de los huesos v La mejor forma de favorecer su síntesis es a través de la exposición solar

Un grupo de personas toma el sol en Playa del Inglés, Gran Canaria.

Un grupo de personas toma el sol en Playa del Inglés, Gran Canaria. / José Carlos Guerra

A pesar de poder disfrutar de más de 3.000 horas de sol a lo largo del año, una parte de la población del Archipiélago presenta déficit de vitamina D. Se trata de un compuesto que se puede obtener a través de la dieta y de distintos suplementos, si bien la mejor fuente es la exposición a la luz solar. Según los datos que maneja la Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias, en la actualidad hay 101.763 personas en las Islas afectadas por la carencia de esta sustancia, que en realidad es una hormona que desempeña un papel esencial en la absorción del calcio y la mineralización de los huesos.

Ahora bien, ¿cómo se explica que en un territorio tan cálido se produzca esta situación? El catedrático de Medicina de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) Manuel Sosa es contundente al respecto. «Las obligaciones del día a día impiden a muchas personas exponerse 10 minutos al sol antes de las 11.00 horas o después de las 17.00, que es el tiempo que debe estar la piel sin protección. A esto se suma el desconocimiento que existe sobre la importancia que tiene esta hormona», valora el experto. Esta última circunstancia es la responsable de que en el conjunto estatal haya unos niveles más bajos que en los países nórdicos, donde ante la ausencia de sol, las autoridades fortifican los alimentos con este nutriente para mantener unos parámetros óptimos. 

Asociación y no causalidad

Y es que la vitamina D es, en palabras del doctor Sosa, «el aceite que engrasa los motores». De hecho, contribuye con el buen funcionamiento de todos los órganos, y todas las células poseen receptores de esta hormona. «Se ha hablado mucho de que los parámetros bajos favorecen el desarrollo de algunas enfermedades. Sin embargo, no se puede afirmar que exista una causalidad, sino una asociación», advierte. 

Pero, ¿cuál es el valor que indica que existen unos niveles óptimos? Tal y como informa el facultativo, para determinar esto es necesario medir en sangre un metabolito de la vitamina D que se denomina 25-hidroxicolecalciferol (25HCC). «Lo ideal es que las reservas se sitúen por encima de los 30 nanogramos por mililitro de sangre –ng/ml–. Por debajo de esta marca existiría una insuficiencia, y si es inferior a los 20ng/ml una deficiencia», anota. El siguiente cuadro es la deficiencia severa, que acontece cuando el valor se sitúa por debajo de los 10 ng/ml. 

Los expertos recomiendan tomar 10 minutos el sol antes de las 11.00 o después de las 17.00 horas

Existen muy pocos alimentos ricos en esta vitamina. El aceite de hígado de bacalao es el que presenta una mayor concentración. «En España, la legislación prohíbe fortificar los productos con esta vitamina. Por tanto, no se puede obtener la cantidad suficiente a través de la alimentación y lo mejor es exponerse al sol en los tramos horarios indicados», recalca el catedrático de la ULPGC. 

Hay que señalar que los suplementos solo pueden irrumpir en la dieta cuando estén pautados por un profesional, ya que entrañan el riesgo de sufrir una hipervitaminosis. Los principales candidatos son los ancianos, pues con el paso de los años, la piel va perdiendo la capacidad de sintetizar la vitamina D, lo que se traduce en una mayor debilidad muscular y en un mayor riesgo a sufrir caídas. «Los huesos se vuelven más frágiles y hay más posibilidades de sufrir fracturas. Por eso, hay que poner el foco de atención en este grupo poblacional», concluye Manuel Sosa. 

Una opinión que comparte el doctor René de Lamar, responsable del servicio de Geriatría del Hospital Perpetuo Socorro. «No podemos mirar de forma pasiva un déficit de vitamina D en un adulto mayor sin incidir sobre él», agrega el especialista del citado centro de la capital grancanaria. «Sabemos que estamos ante una hormona que tiene influencia en la cognición, la inmunidad y en el recambio mineral óseo. Tanto es así, que a día de hoy no se concibe el manejo de ninguna enfermedad neurológica cuando existen niveles bajos de vitamina D», resalta. 

Por esta razón, el doctor insiste en la necesidad de mantener unos parámetros adecuados. «Cuando hay una deficiencia, se produce una pérdida de la densidad mineral ósea y de la calidad de los huesos. Todo esto incrementa el riesgo a padecer osteoporosis», alerta.

Problema mundial

Pero el Archipiélago no es la única comunidad afectada por la falta de esta vitamina. De hecho, el problema se extrapola a todo el territorio nacional e, incluso, a nivel mundial. En una revisión sistémica en todo el mundo, se comprobó que más del 80% de la población tenía insuficiencia, casi el 40% de los afectados deficiencia y el 10% deficiencia grave

«Cuando medimos la vitamina D, lo que en realidad se mide es el nivel de calcidiol o 25- hidroxivitamina D. La medición de la concentración total de 25-‐hidroxivitamina D circulante constituye un biomarcador robusto y fiable del estatus nutricional del sistema endocrino de la vitamina», apostilla el doctor José Manuel Quesada, miembro del grupo de Metabolismo Mineral Óseo de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) y profesor Honorífico de la Universidad de Córdoba

Los productos químicos de uso común, entre las causas asociadas a la carencia

Entonces, ¿cuáles son las causas que están detrás de este déficit? Existen varias, pero recientemente, una investigación ha puesto una nueva circunstancia sobre la mesa. «Hemos comprobado, junto con el profesor Priego Capote del laboratorio de Química Analítica de la Universidad de Córdoba, que hay pacientes con déficit de vitamina D, incluso severo, que presentan niveles elevados de calcidiol sulfatado, que no se identifican en los análisis habituales. Es probable que esto se deba a la acción de sulfatasas inespecíficas estimuladas por xenobióticos como los bisfenoles –sustancias químicas sintéticas que se utilizan para muchas cosas, desde recipientes de plástico y metal para alimentos, hasta tuberías, botellas de agua reutilizables y otros envases– », cuenta. 

Aunque el déficit de calcidiol afecta a toda la población, los grupos más vulnerables los conforman los ancianos, las mujeres embarazadas, lactantes y posmenopáusicas, las personas con exposición solar restringida por cualquier causa, los obesos, los pacientes malnutridos o que presentan malabsorción, y aquellos que se han sometido a una cirugía bariátrica. Al listado se suman los que reciben tratamiento con corticoides o antiepilépticos y las personas fumadoras. 

De acuerdo con el profesor, la deficiencia no solo se asocia con el raquitismo, la osteomalacia y la osteoporosis, también con un mayor riesgo de padecer patologías cardiovasculares, inmunológicas, autoinmunes, dermatológicas y oncológicas, entre otras. «Hay que tener claro que no se trata de una consecuencia causal inmediata, sino de un factor contribuyente que actúa durante años. Los ensayos clínicos han logrado demostrar que el tratamiento disminuye el riesgo de sufrir enfermedades autoinmunes» , puntualiza. 

Desde la SEEN, se desarrollan acciones centradas en la divulgación para trasladar a la población el conocimiento del sistema endocrino de la vitamina D, a través de asociaciones de pacientes y otros programas formativos. 

Más nivel en países nórdicos

Hace unos años, la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) desarrolló un estudio que contó con la participación del alumnado de Medicina. ¿El objetivo? Medir sus niveles de vitamina D en sangre. «Pensábamos que eran unos candidatos idóneos. Eran personas jóvenes y sanas, vivían en Canarias y podían exponerse al sol en cualquier momento», explica el doctor Manuel Sosa, catedrático de Medicina de la citada institución educativa. «Nos sorprendió mucho que la mayoría tuviera unos niveles muy bajos. Esto es lo que se conoce como la paradoja de la vitamina D, ya que en sitios en los que apenas sale el sol durante el año se encuentran concentraciones más altas», apostilla el experto, que cita como ejemplo a países como Suecia, Noruega, Islandia o Dinamarca.| Y.M.