Entrevista | Rafael Homet Asesor en el Ayuntamiento de Terrassa (Barcelona)

Rafael Homet: "El éxito educativo es tener expectativas de una vida digna y que valga la pena"

Rafael Homet, maestro durante 19 años y asesor en el Ayuntamiento de Terrassa, ha inaugurado las II Jornadas PROA+, que reúnen en Las Palmas de Gran Canaria a 300 docentes y equipos directivos de toda España durante tres días

Rafael Homet durante su ponencia en el Auditorio Alfredo Kraus, que inauguró las II Jornadas PROA+.

Rafael Homet durante su ponencia en el Auditorio Alfredo Kraus, que inauguró las II Jornadas PROA+. / LP/DLP.

Iván Alejandro Hernández

Iván Alejandro Hernández

Con la ponencia titulada Cooperación entre el ámbito local y las escuelas para la educación integral y el éxito educativo de todo el alumnado, Rafael Homet ha inaugurado las II Jornadas del Programa para la Orientación, Avance y Enriquecimiento Educativo (PROA+), que reúnen en la capital grancanaria a 300 docentes y equipos directivos de toda España durante tres días (10, 11 y 12 de abril). Maestro durante 19 años en una escuela de educación especial, dio el salto “desde las trincheras” a la política en 2015 de la mano de Esquerra Republicana (ERC), a la Diputación de Barcelona y al Ayuntamiento de Terrassa, donde le asignaron responsabilidades en áreas educativas. Actualmente, es asesor del municipio catalán en Proyección de la ciudad.

Tras casi 20 años como docente en una escuela de educación especial y ocho en política, ¿cómo se combinan ambos mundos?

Cuando di el salto a la política pude aprovechar y poner en contacto todo lo que venía conociendo, las necesidades que había vivido desde las trincheras de la primera línea de la escuela con las posibilidades que ofrece una administración bien financiada como era la diputación. Desde la política es muy fácil hacer flores de un día. Decir, por ejemplo, tenemos un problema con las competencias lingüísticas, pues vamos a hacer unos talleres de competencias lingüísticas con unas charlas para las familias. Esto no cambia nada. Lo que necesitamos son estructuras permanentes vinculadas al sistema y que permitan esta construcción de itinerarios educativos. Empezamos desarrollando muchos programas de cooperación con ayuntamientos y pusimos mucho énfasis en la continuidad estructural. 

¿Qué proyecto o estrategia destacaría?

Elaboramos la estrategia Educación 360, que vinculaba lo que pasa en la escuela con lo que pasa fuera desde la Diputación de Barcelona. A raíz de la construcción de itinerarios educativos, llevamos a cabo programas educativos y nos centramos, sobre todo, en las 6.000 horas de aprendizaje al final de la escolarización obligatoria, que es una diferencia que han marcado los académicos entre el alumnado que hacen actividades con aprendizajes múltiples y diversos, aunque sean desde una perspectiva lúdica, y los que salen de la escuela y no hacen nada más. Además, vimos que hay una brecha que tiene una relación muy directa con el capital social de las familias. Los hijos de las familias universitarias, tienen más posibilidades de acceder a estas actividades que si sus padres tienen solamente estudios primarios. También hay muchas familias, sobre todo aquellas con bagaje migratorio más reciente, que no perciben los servicios públicos como un servicio para ellos. Especialmente, escuelas de música, conservatorios, escuelas de arte… todo lo que tiene que ver con la creatividad, competencias tecnológicas o competencias científicas. Por lo tanto, había que saltar dos barreras: la barrera económica y la barrera cultural.

¿Cómo se desarrolla en la práctica?

En el mandato siguiente, cuando dejé de ser diputado y entré a trabajar como asesor político en el Ayuntamiento de Terrassa intentamos desarrollar todos estos aprendizajes en una ciudad de 325.000 habitantes, con pasado industrial, con una estructura social muy compleja y con un crecimiento población espectacular, que ha sufrido numerosas crisis y se ha ido reventando. Se trataba de poner al alumnado en el centro y pensar qué hace durante todo el día, fines de semana o vacaciones. No se trata tanto de conseguir que hagan actividades, como de que existan oportunidades educativas de calidad para todo el mundo. Esta construcción de oportunidades educativas para todo el mundo es donde el ámbito local tiene infinitas posibilidades, aunque tenemos un marco competencial que nos dificulta ejecutar acciones. Pero es importante que pensemos fuera del marco en todas las actuaciones lideradas desde el ayuntamiento que nos posibilitan esas actuaciones.

¿Podría poner algún ejemplo?

El ejemplo de Ismael, que es un alumno que no había tenido contacto nunca con la música. Participó en unas actividades para formar grupos de rock en el instituto, en la que el profesor del conservatorio trabajaba conjuntamente con el profesor de música. Se trataba de que cada alumno estuviera delante de un ordenador o de una consola practicando individualmente y luego, ponerlo en común con el grupo, mientras los profesores iban interactuando. Este alumno demostró unas dotes espectaculares para el piano, pero entendía que el conservatorio, que era el itinerario establecido, no era el sitio para él. Eso motivó que cambiáramos la política de acceso al conservatorio o la escuela municipal de música y montamos una posibilidad de seguir ese itinerario por otras rutas. Se trataba de generar las oportunidades y la orientación académica, de garantizar que se pudiera acoger toda la ciudadanía, no solamente un tipo determinado de perfil.

Ponencia de Rafael Homet en el auditorio Alfredo Kraus, durante la II Jornadas PROA+.

Ponencia de Rafael Homet en el auditorio Alfredo Kraus, durante la II Jornadas PROA+. / LP/DLP.

¿Cuesta establecer esos cambios?

Ese alumno fue la excusa que nos permitió abrir puertas y ver determinadas inercias o prejuicios que estaban erigidos desde hace tiempo. Los cambios educativos son muy lentos. Lo que se hace ahora tendrá efecto cuando ya no estés ahí. Y romper las inercias es extraordinariamente complicado. Un ejemplo vivo, con una persona con nombre y apellidos, nos permite hacer los cambios para que la estructura sea más permeable. El objetivo siempre es que la composición social de cualquier servicio público educativo sea la misma que la de su entorno. Si tienes un servicio público educativo en el que todos los alumnos responden a los perfiles socioeconómicos más bajos de la sociedad o al revés, te estás equivocando. Un hospital sería un buen ejemplo: en principio, es para todo el mundo. El servicio público educativo debe estar pensado, diseñado y fomentado para toda la sociedad y que represente la realidad social de su entorno. Al fin y al cabo, todo esto lo hacemos porque existen alumnos. No lo hacemos porque haya maestros, asesores, consejeros o concejales. Por lo tanto, tenemos que planificar qué pueden hacer los alumnos de lunes a lunes, de 8 de la mañana a 8 de la noche. Y dar oportunidades para que todo el mundo lo pueda hacer.

¿Qué papel juega la administración local?

Estas jornadas hablan de que el proyecto educativo del Estado genera una estructura, que es el programa PROA+, que repercute en los proyectos educativos de las comunidades autónomas. Quien puede hacer de correa de transmisión y generar vínculos es la administración local, porque conoce a todos los agentes del ecosistema educativo. Y lo que tiene que hacer es facilitar que conecten y planificar. Si quieres tener un palmeral, no vas a plantar encinas. Planteado con la visión de un ecosistema educativo local, en Las Palmas de Gran Canaria, hay que programar qué competencias queremos que los alumnos tengan garantizadas y puedan continuar con su itinerario educativo.

¿Cuáles son las claves básicas para que eso pueda suceder?

Una es la visión y el liderazgo por parte de todos los actores, desde los equipos directivos de los centros educativos a las concejalías y consejerías de educación. Puedes inyectar los recursos que quieras al sistema que si no existe este factor, no va a funcionar. Esto quiere decir que haya una hoja de ruta educativa de ciudad consensuada y participada, que el docente de cuarto de primaria de tal escuela la sienta como suyo, al igual que el técnico de educación o de deportes. Siempre pongo el ejemplo de la bicicleta: si tienes dos ruedas, un manillar, un cuadro, unos pedales, una cadena y el plato, no tienes una bicicleta, tienes las piezas. La bicicleta funciona y tiene una utilidad cuando las piezas están montadas de una determinada manera y todo interacciones entre sí. El resultado lo da la capacidad de interacción entre todos los agentes, el concepto de ecosistema y el equilibrio.

¿Trabajar en equipo?

Al fin y al cabo, de lo que se trata es de crear vínculos. Durante la ponencia he citado al deportista Kílian Jornet, que corre solo por las montañas, pero dice que si él puede subir al Everest en tiempos imposibles o hacer todo lo que hace, no solo es mérito suyo, sino del fisioterapeuta, de su dietista, de la gente que le acompaña, que le diseña el material… de todo un equipo humano que trabaja para que él tenga ese éxito. Esto lo podemos extrapolar a la escuela. Cuando el docente entre en el aula, debe tener la preparación y el apoyo de un entorno que facilite que la interacción con el alumnado pueda acompañar hacia el éxito educativo. Es la importancia del trabajo en equipo, entendiendo el equipo de la forma más amplia posible: el apoyo de toda la sociedad y todas las instituciones con un mismo propósito.

Sala del Auditorio Alfredo Kraus durante al ponencia de Rafael Homet, que abrió las jornadas PROA+.

Sala del Auditorio Alfredo Kraus durante la ponencia de Rafael Homet, que abrió las jornadas PROA+. / LP/DLP.

A su juicio, ¿cuál debe ser el propósito principal?

Durante la ponencia he recordado que la escuela tradicional está diseñada en la revolución industrial y es muy rígida en horarios y en tiempos. Se creó a imagen y semejanza de la fábrica, que era lo más moderno del momento. En la época de internet y de las relaciones, esto ya no es así. Sí es verdad que hay un alumnado al que le funciona, pero hay otros a los que no les llama la mesa, la silla y el papel para construir su itinerario educativo, necesitan moverse, interactuar, crear… Los tiempos han cambiado, la sociedad es mucho más compleja y la respuesta educativa debe ser mucho más amplia para llegar al éxito educativo, que no se debe confundir nunca con el éxito escolar. El éxito educativo es terminar los estudios postobligatorios, tener expectativas de una vida digna y que valga la pena vivir y trazar itinerarios educativos y vitales que permitan la realización personal.

¿Estamos en esa fase?

Aún no estamos aquí, todavía tenemos muchos itinerarios que se rompen antes de tiempo y no por causas individuales, sino por causas estructurales. Cuando sabemos que un perfil determinado del alumnado tiene muchas más posibilidades de abandonar, la culpa no es del alumno, sino del sistema que no sabe dar respuesta a ese tipo de perfil. No son alumnos vagos.