Capitanía Marítima de Las Palmas no concedió ayer el permiso correspondiente para entrar en el puerto de la capital grancanaria al buque mercante Arctic Sea, carguero finlandés con bandera maltesa secuestrado el pasado 28 de julio en el mar Báltico y liberado por un buque de guerra ruso un mes después junto a Cabo Verde. Además, fuentes del Ministerio de Asuntos Exteriores confirmaron a este periódico que el buque se encontraba en aguas internacionales y que la Federación Rusa le ha comunicado que "no necesita hacer escala técnica".

Según fuentes portuarias, el barco no dispone de la oportuna autorización de las autoridades marítimas para entrar en el puerto de La Luz, en donde inicialmente había pedido atracar a las 20.00 horas de ayer. El consignatario del Arctic Sea formalizó ayer su petición de atraque en el muelle grancanario durante una semana o diez días, y en su solicitud observa que a bordo viaja "gente armada", según explicaron a Efe fuentes de la Autoridad Portuaria de Las Palmas.

Tras aceptar el atraque, el puerto de Las Palmas preparó una zona restringida del muelle Primo de Rivera para el Arctic Sea, si bien después la Autoridad Portuaria conoció que el carguero no dispone de permiso para entrar, por lo que no podrá atracar hasta que lo obtenga. El buque ya tenía previsto atracar el pasado miércoles en el puerto de La Luz de la capital grancanaria, después de varios días fondeado al norte de Gran Canaria fuera de las aguas españolas, si bien varios escollos entre las autoridades implicadas en el asunto han demorado su entrada a puerto.

Según informó ayer la Fiscalía de la Federación Rusa, el último problema que había surgido era que las autoridades maltesas se negaban a hacerse cargo del mercante. Durante estos días, el Ministerio de Asuntos Exteriores ha permanecido en contacto con las embajadas de Rusia y Malta en España, puesto que el mercante tiene pabellón maltés y su armador es ruso. El Arctic Sea, con quince tripulantes a bordo, transportaba oficialmente madera desde Finlandia al puerto argelino de Bejaia, adonde debía llegar el 4 de agosto, pero la comunicación con él se perdió el 28 de julio, cuatro días después de haber sido abordado en el Báltico por una lancha.