El macabro hallazgo esconde una historia de marginalidad que casi todos conocen en Santa Cruz de Tenerife, pero que pocos quieren reconocer. La pensión Padrón, donde falleció la persona hace más de dos años y cuyos restos fueron hallados el miércoles, es frecuentada por toxicómanos y prostitutas que llevan a las habitaciones a sus clientes. No es la primera vez que entre las cuatro paredes de este sórdido inmueble alguien muere en circunstancias poco claras.

Así, La Opinión de Tenerife pudo hablar ayer con algunas de las personas que habitaron ese edificio en los últimos años y relataron que hace "cinco años murió otro hombre que se hospedaba allí, aunque fue de muerte natural". Pero lo rocambolesco de ese fallecimiento fue que "se avisó de su fallecimiento tres días después, eso fue así", dijo rotundamente Raquel Jiménez, una mujer que se cobijó en la pensión durante unos ocho meses.

Asegura que "Doña Choni [como todos llaman a la anciana mujer que ha llevado el negocio durante toda su vida] no sabía que se había muerto este cliente y fueron algunos de los inquilinos de aquella época quienes al saber que había muerto entraron en la habitación durante ese tiempo y lo desvalijaron por completo. Ya se dará cuenta, con esto que le estoy contando, del tipo de gente que ha vivido ahí. Algunos no podíamos alquilar una vivienda pero otras personas estaban metidas en el mundo de las drogas, y cuando estás enganchado no te das cuenta de nada más que de cómo conseguir el próximo chute. Se lo cuento porque la adicción a las drogas la he sufrido muy de cerca, créame", confiesa Raquel Jiménez.

El estupor era el sentimiento predominante ayer entre los vecinos de la capital tinerfeña y, en concreto, entre los residentes de la calle General Mola, donde se encuentra la pensión.

Raquel Jiménez y otras dos vecinas -que prefieren quedar en el anonimato- han asistido con zozobra y mucha preocupación a las últimas 24 horas después de que se conociera que al lado de su casa, en la pensión Padrón, la Policía Nacional había descubierto el pasado miércoles un esqueleto humano emparedado entre los colchones de la cama destartalada de una de las habitaciones de la tercera planta de esta casa de hospedaje.

La pensión Padrón lleva dando alojamiento a gente de toda condición económica desde hace 40 años, según confirmaron ayer Raquel junto a sus dos amigas y vecinas. De hecho, Raquel Jiménez, que vive en el 116, se alojó en el hostal con su hijo menor y afirma que "fue más o menos en la fecha en que dice el periódico que pudo morir ese hombre" y "no salgo de mi asombro porque nunca noté nada extraño", recuerda.

Sin embargo, sí que aseguró que fue testigo de que en la pensión había muerto otro hombre, a quien "desvalijaron otros inquilinos". Una de las vecinas interviene en la conversación para decir: "Ahora recuerdo que hace unos seis años vino la policía porque una chica había alquilado una habitación y al día siguiente la encontraron muerta: se había ahorcado".

Un grupo de investigadores de la Brigada de Policía Judicial del Cuerpo Nacional de Policía se ha hecho cargo de las investigaciones y fuentes policiales indicaron a La Opinión de Tenerife que las pesquisas, que están bajo secreto de sumario ordenado por la juez sustituta del Juzgado de Instrucción número 3 de Santa Cruz de Tenerife, serán bastante complicadas por el avanzado estado de descomposición en el que fueron encontrados los restos.

De momento, se está a la espera de que se produzcan los primeros resultados del examen forense que se le practica en el Instituto de Medicina Legal. Asimismo, los agentes han empezado a trabajar sobre las denuncias por desaparición de personas durante los últimos años.