Todos hemos oído y hemos intentando practicar eso de que "la vida hay que exprimirla al segundo y no desperdiciarla", sin embargo muchos nos quedamos en el empeño y nos olvidamos a medio camino de hacerlo. En cambio, nuestra compañera Doada, no. Ella exprimió todos y cada uno de los segundos de su vida y nos los hizo disfrutar a los que de una u otra manera los compartimos con ella. Su alegría, su sentido del humor, su energía, su belleza, su simpatía, su generosidad, su bondad,? la hacían una persona explosiva que la convertía, como manifestaba una compañera, en "nuestro cascabel".

A todo esto se suma su empatía natural para conquistar a todo el mundo y que además ejercía con maestría en su trabajo desde la Unidad de Atención Personalizada dándole a todos los que venían a hablar con ella la respuesta adecuada. Siempre supo escuchar.

No sabemos si ella en algún momento pensó como le gustaría ser recordada pero sí tenemos claro, los que la conocimos, que nos ha dejado huella y que en nuestro recuerdo siempre permanecerá una Doada sonriente .

La última lección nos la dio con su forma de enfrentar una enfermedad tan dura que finalmente ha terminado apartándola de todos los que la queríamos. En ese proceso nos siguió regalando momentos de felicidad, de risas, de bromas, de su coquetería irremediable? que hacía pensar que iba a conseguir vencer en esa lucha, porque "Nadie puede con Doada".

Somos conscientes de que estos momentos son especialmente duros para su familia, pero esperamos que estas palabras, que al mismo tiempo son un tímido homenaje de sus compañeros de la empresa, se conviertan en un pequeñísimo granito de arena para ayudarles a sobrellevar esta difícil situación y para afrontar una nueva etapa sin Doada a su lado, pero siempre en el recuerdo.

¡Hasta siempre, guapa!

Cande Ceballos, Lourdes Jorge, Rosa López, Carmina Lorenzo y Laura Otero