El titular del Juzgado de Instrucción número 4 de Arona, Nelson Díaz Frías, emitió el pasado diez de mayo una orden nacional de búsqueda, detención y personación contra Deyan Valentinov Deyanov, presunto asesino de la ciudadana inglesa Jennifer Mills Westley. El auto fue emitido tan sólo tres días antes de que se cometiera la decapitación y tenía validez hasta el 10 de mayo de 2014. El Juzgado pretendía que el ciudadano búlgaro fuera reconocido por el médico forense dentro de una causa abierta por lesiones al destrozar la dentadura a un vecino con el que se encaró. El magistrado desconocía el domicilio del presunto asesino y se limitaba a señalar que se encontraba en la avenida Juan Alfonso Bautista. El ciudadano búlgaro tenía que comparecer cíclicamente ante el Juzgado, trámite con el que no cumplía.

Además un informe elaborado por la policía local de Arona alertó en el mes de febrero de que Deyanov presentaba desequilibrios mentales. En aquella ocasión el detenido confesó a los agentes que era "el profeta de dios en la tierra", lo que arrojaba serias dudas su estado mental. Deyan padecía paranoia y esquizofrenia además de exhibir en numerosas ocasiones comportamientos violentos. Por ello, fue objeto de varias detenciones por parte de la policía nacional y local aunque siempre volvió a quedar en libertad.

Detención

En concreto la policía local de Arona lo detuvo por amenazas e insultos en el pasado mes de febrero pero según el concejal de Seguridad Ciudadana, Manuel Reverón, "no sabemos lo que pasó después. Nosotros cumplimos con nuestra obligación y lo pusimos en manos de la policía nacional y del juez. Lo que ocurrió luego no lo sabemos. Ellos tenían que haber actuado y así se hubiera evitado el desgraciado suceso que hemos vivido en estos días". Pocas jornadas antes de que asesinara a la ciudadana británica, Deyan había protagonizado un altercado violento en el centro de diversión de Las Verónicas, donde según algunos de los presentes, dio la impresión de estar drogado. La policía, sin embargo, se limitaba en estos casos a interponer una denuncia y poco más.

Precisamente, a última hora del sábado la juez del juzgado de Instrucción nº 2 de Arona, Carmen Rosa del Pino, ordenó el ingreso en prisión provisional y sin fianza del ciudadano búlgaro imputado por el delito de asesinato. Los primeros indicios apuntan a que cometió el asesinato eligiendo al azar a la víctima y creyendo que estaba realizando un acto de justicia. De hecho cuando huyó con la cabeza en la mano, según los testigos presenciales, gritaba: "soy el justiciero de Dios".

Víctima

El cuerpo de la ciudadana británica será repatriado en estos días a su país de origen y se espera la llegada de sus familiares en las próximas horas, aunque otras informaciones apuntan a que su hija Sarah Mears podría encontrarse ya en la isla.

En estos momentos los restos mortales están depositados en el Instituto de Medicina Legal situado al lado del Hospital Universitario de Canarias (HUC) en el área metropolitana, donde se ha finalizado la autopsia. En el día de ayer los principales medios de comunicación de Inglaterra seguían haciéndose eco de la noticia. Así el Daily Telegraph informaba de que había sido ingresado a la una del mediodía de ayer en una unidad psiquiátrica desconocida. El rotativo habló con vecinos del entorno de la zona turística de Los Cristianos quienes le confesaron que el indigente se había vuelto cada vez más agresivo durante las últimas semanas, por esas fechas rompió con su novia y la madrugada antes del suceso permaneció hasta las cuatro de la mañana enfrentándose a los ciudadanos que paseaban por la céntrica avenida. El rotativo sensacionalista The Sun con una tirada de casi tres millones de ejemplares mantenía ayer abriendo su edición digital la misma crónica sobre el suceso.