La Audiencia de Zaragoza limita a 30 años de cárcel la pena a la banda del Badoo

El recurso aceptado reduce la vida entre rejas de Hedangeline Candy Arrieta y Mohamed Achraf, los acusados, a cuatro años

Hedangeline Candy Arrieta, Mohamed Achraf y José Antonio Meléndez, los tres integrantes de la banda del Badoo.

Hedangeline Candy Arrieta, Mohamed Achraf y José Antonio Meléndez, los tres integrantes de la banda del Badoo. / EL PERIÓDICO

A. T. B.

Hedangeline Candy Arrieta y Mohamed Achraf fueron condenados a 34 años de cárcel por secuestrar, robar, torturar y asesinar a un vecino de Getxo (Vizcaya), José Antonio Delgado, alias Josetxu, con el que habían concertado una cita a tavés de Badoo, una red social permite a los usuarios conectar con otras personas, en Luceni (Zaragoza). Ahora los magistrados de la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Zaragoza han aceptado el recurso presentado por la abogada defensora de los acusados, Carmen Sánchez Herrero, por el que solicitaba que las penas impuestas –25 años por asesinato, 6 por detención ilegal y 3 por estafa– se sumen y «se fije como máximo de cumplimiento en 30 años de prisión». Así, su vida entre rejas se ve reducida a partir de ahora en cuatro años.

Precisamente, el artículo 76.1 del Código Penal recoge que, cuando los procesados hayan sido condenados a más de 30 años de cárcel, sea por dos o más delitos y uno de ellos esté castigado con una pena superior a los 20 años, «el límite máximo de cumplimiento será de 30 años». La condena cumple todos los requisitos: la pena total impuesta es de 34 años, fueron condenados por tres delitos y uno de ellos, el de asesinato, imponía a ambos 25 años de cárcel. El ministerio fiscal no se opuso al informe.

Tanto Hedangeline como Mohamed habían afrontado una pena máxima de 35 años a petición de la acusación particular, ejercida por la penalista bilbaína, Estefanía Rojo, en nombre de la familia de Josetxu. Por su parte, la fiscala, Ana Díez, pidió 32 años así como una indemnización de 276.843 euros para los familiares (padres, hijo y dos hermanos) del informático asesinado.

Un jurado popular, presidido por el magistrado Mauricio Murillo, probó su culpabilidad al considerar que agredieron a Josetxu al negarse este último a proporcionarle sus claves bancarias. Después de esta tortura a base de golpes en cabeza y tórax, cavaron ina fosa en el Barranco del Lobo de Pedrola y le enterraron vivo en un más que probable estado límite de agonía.