Tráfico de drogas

Así vivía el "semiesclavo" que cultivaba droga para la mafia china en Gijón

Los tres detenidos de la nueva operación contra el tráfico de marihuana a gran escala se habían instalado en un polígono industrial

Parte de la plantación incautada por la Policía Nacional.

Parte de la plantación incautada por la Policía Nacional.

S. F. L.

Tres detenidos en 24 horas, con la huida de dos de ellos a través de los tejados mediante, y con la liberación de un hombre que trabajaba en condiciones prácticamente esclavas y "sin apenas salir" de la nave en la que tenía ordenado trabajar para cultivar marihuana. Así fue el desenlace del último golpe al narcotráfico realizado por la Policía Nacional de Gijón, dado a conocer esta semana tras levantarse el sumario de una operación realizada en junio, y que evitó la reorganización de la mafia china que ya había sido capturada en marzo, en una operación adelantada por La Nueva España, del grupo Prensa Ibérica, con cuatro arrestados. Ahora, los nuevos detalles de esta última investigación revelan que estos tres nuevos integrantes de la mafia, tras un primer intento del grupo de cultivar droga a gran escala, estaban retomando sus actividades en el polígono de Falmuria, en Carreño, así como que el empleado liberado dormía y comía en la nave "si apenas salir del recinto durante semanas".

Los agentes definían a este trabajador como un "súbdito" que ejercía las labores de jardinero en el recinto "en condiciones de semiesclavitud", y utilizan estas expresiones tras comprobar cómo eran las condiciones en las que el hombre se veía obligado a vivir. Señala el cuerpo policial que en la nave se encontraron estancias muy estrechas y con colchones tirados en el suelo que actuaban como dormitorio, así como pequeñas neveras con comida. Su sospecha es que el hombre, si no vivía en el propio polígono, se veía obligado a pasar allí días enteros, ya que bajo su responsabilidad se encontraba el mantenimiento de gran parte de la nave.

En la operación realizada en marzo los agentes también habían visto pequeñas estancias en la nave que parecían indicar que así vivían también otros empleados. En este caso, solo encontraron a este único varón y, si bien no parece haber pruebas de que el hombre hubiese sido forzado a vivir en estas condiciones, la Policía entiende que si éste no tenía redes de apoyo en la región veía aquella labor como su única manera de ganarse la vida.

Los tres acusados fueron capturados en una macrooperación que se activó el día 13 del pasado junio y que se saldó con la detención de uno de ellos dentro de la propia nave. Los otros dos lograron escapar por los tejados del recinto, pero fueron localizados y detenidos a las pocas horas, ya el día 14. Así, en apenas 24 horas, se dio por desarticulada lo que se cree que era la "reactivación de la mayor organización de origen chino dedicada al cultivo y exportación de marihuana en Gijón". La titular del Juzgado de Instrucción número 4 decretó el ingreso provisional en prisión de los tres implicados, que se suman a los cuatro –un cabecilla y tres empleados– que ya habían sido capturados en marzo. No se descartan nuevas detenciones en las próximas semanas, pero los agentes se muestran confiados en que ambos operativos hayan permitido neutralizar por completo a la organización criminal.

La banda parecía ser consciente de que los agentes gijoneses les seguían la pista. En la primera captura, que se bautizó como operación 'Cathay', el grupo se había instalado en el polígono de Promosa y el del Bankunión II, así como en un ático y un trastero ubicados en el barrio de El Natahoyo. En este caso, los traficantes traspasaron las fronteras gijonesas para desplazarse a Carreño, pero no les dio tiempo a recuperar del todo su actividad. La nave tenía ya plantadas mil plantas de marihuana "en avanzado estado de crecimiento", pero el recinto tenía capacidad para cultivar más del doble, por lo que se entiende que las labores de instalación aún estaban en marcha. Los agentes calculan que, a pleno rendimiento, la nueva nave podría haber dado una producción anual de más de 1.200 kilos de marihuana al año.

El interés de la mafia china era cultivar en el concejo marihuana a gran escala y luego vender al norte de Europa, sobre todo a Reino Unido, donde esta sustancia se paga a mejor precio. En la operación de marzo, se incautaron 3.400 plantas en diferentes estancias, un sistema que permitía que su crecimiento se desarrollase a diferentes ritmos para que la banda pudiese tener cosechas mensualmente.

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