Los detenidos en un barco con tres toneladas de cocaína en Canarias deberán pagar 240 millones

Se les imponen nueve años de prisión a cada uno de los procesados al atribuirles un delito contra la salud pública con circunstancias de notaria importancia y extrema gravedad por la cantidad incautada, uso de buque y pertenencia a redes internacionales y organización criminal

La Audiencia Nacional ha condenado a penas de nueve años de prisión a los cinco detenidos en una operación en la que la Guardia Civil incautó tres toneladas de cocaína en una embarcación que se encontraba cerca de Canarias, y les obliga a pagar 240 millones de euros de indemnización.

Se les imponen nueve años de prisión a cada uno de los procesados al atribuirles un delito contra la salud pública con circunstancias de notaria importancia y extrema gravedad por la cantidad incautada, uso de buque y pertenencia a redes internacionales y organización criminal.

Una vez que hayan cumplido los primeros cinco años se acuerda su expulsión del territorio nacional al que no podrán volver en diez años y se ordena el decomiso de la nave, teléfonos móviles, equipos informáticos y demás efectos intervenidos.

Los hechos tuvieron lugar en el mes de abril del año pasado cuando los detenidos se concertaron, según el auto judicial, para transportar desde un punto geográfico aún no determinado de Sudamérica, la sustancia intervenida para introducirla en Europa.

Para ello utilizaron un barco pesquero de 20,50 metros, con el pabellón de Camerún que llevaba el nombre de ATK-1.

Una vez recibidas determinadas informaciones policiales sobre una operación de tráfico de cocaína a gran escala, en el momento en el que navegaban a 300 millas náuticas al sur de Canarias, la embarcación fue interceptada por Vigilancia Aduanera y tras comprobar la documentación se procedió a su abordaje e inspección.

Fue entonces cuando se detectó que transportaban gran cantidad de fardos en el tanque de combustible de los usados habitualmente para esconder droga y dado el mal estado del barco y para garantizar la seguridad de los agentes se procedió a realizar un reportaje fotográfico siendo en el puerto cuando se extrajo y contabilizó el cargamento.

La tripulación estaba compuesta por cuatro hombres de origen turco y uno de Georgia de los que uno ejercía de capitán, dos eran marineros, uno hacía de segundo capitán y otro de jefe de máquinas que fueron detenidos en cuanto llegaron a tierra firme.

Vigilancia Aduanera realizó las tareas para llevarlo al o se observó que el pesquero se encontraba en un estado calificado de “precario” con graves problemas en los motores y un más que probable riesgo de incendio si seguían funcionando.

Todo ello unido al mal estado de la mar complicaba “enormemente” tanto la navegación del patrullero como el arrastre del pesquero, por lo que se optó por dirigirse a Gran Canaria para evitar el oleaje y el fuerte viento.

En el registro se intervinieron cuatrocientos euros, 1.500 dólares, varios móviles, una libreta con anotaciones para el encriptado de las comunicaciones, dos ordenadores portátiles, trece cámaras de vigilancia repartidas por toda la embarcación y un dispositivo GPS.

En el tanque estaban depositados los 95 sacos de arpillera de color blanco con la cocaína que pesaba casi tres toneladas con una pureza del 96% y un valor que hubiese alcanzado en el mercado ilícito 127 millones de euros.