Inga Nuke sobrevive nueve días en una caseta y sin saber que la buscaban

La mujer de 51 años, que estaba desaparecida desde el 29 de julio, fue hallada en El Picacho

«Estamos en estado de shock», aseguran sus familiares

Localizada Inga Nunke en Gran Canaria

Televisión Canaria

Nadie se explica lo ocurrido. Ni los familiares, que se temían lo peor, ni la propia Inga Nuke, la mujer de 51 años que desde el pasado 29 de julio desapareció de su casa en el barrio de Las Mesas y que en la mañana de ayer encontraron unos vecinos de Arucas en una zona próxima a Los Picachos cuando se acercó a ellos para pedirles agua. Había sobrevivido los últimos nueve días en una especie de caseta y a base de pedir a los vecinos, desconociendo por completo que era buscada por decenas de personas y completamente desorientada. Anoche durmió con los suyos a la espera de la valoración de un profesional y después de denunciar un presunto caso de violencia de género.

Todo en esta historia es rocambolesco, desde la desaparición hasta su hallazgo. Todo se inició el pasado 29 de julio cuando, según denuncian los familiares, la actual pareja de Nuke la echó de su casa impidiéndole que se llevara sus pertenencias, entre ellas su teléfono móvil y su documentación. Su hija mayor Elina cuenta que al día siguiente volvió con unas heridas en el brazo para pedirle a su compañero sentimental que le diera sus objetos personales, pero que éste no hizo nada. «Lo grave es que la vi con los cortes y la dejó ir, ni llamó a la ambulancia», apuntó.

A los dos días, la familia interpuso una denuncia ante la Policía Nacional al no tener noticias suyas. La información que daba el cartel de su desaparición difundido por SOS Desaparecidos indicaba que medía 1,65 metros, era de complexión delgada, pelo rubio y corto, y ojos azules. Asimismo, se señalaba que vestía un pantalón pirata de color gris con líneas de colores y camiseta a rayas rosa y blanca. Y añadía que era de nacionalidad letona, pero que hablaba un español perfecto.

Su familia, entre los que también se encontraba su compañero sentimental, comenzaron a rastrear sobre todo la zona de Tamaraceite. Conforme pasaban los días, el temor a no encontrarla con vida crecía. Por sus cabezas pasó de todo, que se pudiera haber quitado la vida o que alguien la hubiese matado porque no había ninguna pista que apuntara a que siguiera con vida, además con el antecedente de que se le había visto con heridas en uno de sus brazos.

Una de las organizaciones que más se movió para la búsqueda fue el Giors Canarias, especializada en los rastreos de personas. Estos peinaron parte de la capital grancanaria, aunque siempre con el mismo resultado. Hasta que esta mañana una llamada alertó a su Elina: unos vecinos encontraron a Inga en la zona conocida como Las Montañas, cerca de El Picacho de Arucas, en buen estado de salud. Había ido a pedirles agua y esta dio aviso a la Guardia Civil, que acudió al lugar. Habían pasado nueve días desde su desaparición. «Estamos en estado de shock», reconoció Elina horas después de por teléfono. «Es un milagro», añadió Octavio, su pareja.

¿Cómo pudo sobrevivir esos nueve días? Esa es la gran pregunta. Según fuentes consultadas de la Guardia Civil y la Policía Nacional, que finalmente se hizo cargo del caso al denunciarse su desaparición en una comisaría de la capital grancanaria, se dedicó a dormir en una caseta que tenía por la zona donde fue encontrada y además pidió a los vecinos para así alimentarse. En cualquier caso, los agentes están a la espera de tomarle una declaración más exhaustiva porque apenas habló de lo ocurrido al encontrarse visiblemente aturdida.

Durante su estancia en las dependencias de la Guardia Civil, la mujer aseguró que había sido agredida por su expareja, un hecho que fue recogido en una denuncia como presunta víctima de violencia de género a la espera de certificar su declaración en los próximos días. El caso queda ahora en manos de la Policía Nacional, que cierra una desaparición que apuntaba a trágica y que acabó con final feliz.