Avalancha en una fiesta de Nochebuena en Tenerife que multiplicó por 10 el aforo permitido

"Pensábamos que no íbamos a salir de la avalancha": asistentes a la fiesta de Nochebuena de Santa Cruz relatan "el miedo" que vivieron

Avalancha en una fiesta de Nochebuena en Santa Cruz de Tenerife

C. A. C.

Los asistentes a la fiesta Univerzzo de Nochebuena que se celebró en la noche del 24 de diciembre en la Sala Dubai de Santa Cruz de Tenerife no pensaban lo que podía suceder al comprar la entrada. A la llegada al local, se encontraron con una aglomeración de personas que "no era normal", como demuestran las imágenes que se han difundido en redes sociales. Y es que según los datos que maneja el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, el aforo se multiplicó por diez: estaba permitido el acceso a 150 personas pero se vendieron 1.500 entradas.

La aglomeración obligó a la Policía Local a desalojar la fiesta, pero el agobio y el nerviosismo ya se habían apoderado de los asistentes, incluso una joven tuvo que ser atendida por un desvanecimiento. Algunos de los asistentes relatan haber sentido "miedo" e incluso hay quien explica que pensaban que "no íbamos a salir de la avalancha".

Los testimonios

Silvia Gutiérrez

La de Silvia Gutiérrez, y la de muchos otros jóvenes que fueron a la fiesta, no fue la noche que esperaban. De hecho, el evento se había vendido como una fiesta "exclusiva en el centro de Santa Cruz", que terminó celebrándose en el Polígono del Mayorazgo. "Pasamos mucho miedo. Pensábamos que no íbamos a salir de la avalancha de gente que quería entrar", afirma la joven.

Para Silvia Gutiérrez, la avalancha se provocó por el escaso horario de acceso al local, ya que solo tenían entre las once y media de la noche y la una de la madrugada para entrar a la fiesta, por lo que la mayor parte de los asistentes se concentró a la misma hora en la puerta. "La gente se puso nerviosa... Y de repente comenzaron los empujones y la desesperación", asegura, por lo que desde que pudo "escapar" decidió marcharse.

Christian Hernández

Christian Hernández fue otro de los asistentes a la fiesta Univerzzo. El joven ya había ido a fiestas anteriores que "habían estado bien, sin ningún problema, organizadas por jóvenes de Santa Cruz", pero "esta vez se les fue de las manos". Él presenció el desmayo de un trabajador de un local contiguo. "No ocurrió algo más grave de milagro", asegura. Junto a sus amigos llegaron al lugar sobre la una de la mañana y la organización les prohibió entrar pese a tener entrada.

"Las entradas se vendieron a través del Instagram @univerzzzo". Se planteó como una fiesta "exclusiva", con la novedad de que hasta el mismo día no se desveló a los clientes dónde era el lugar de celebración. La etiqueta era traje para ellos y vestido negro de cóctel para ellas.

Hernández pagó 19 euros por su entrada, aunque este no era el precio único, ya que se pusieron a la venta en diferentes tandas de 12, 19, 25 y 30 euros.

Carlos Esparza

Carlos Esparza es uno de los asistentes que ha difundido las imágenes de lo sucedido en la fiesta de Nochebuena en la Sala Dubai. Acudió a la fiesta porque no consiguió vender su entrada y prefería acompañar a sus hermanas un rato. Aunque el plan era irse temprano porque está recién operado de apendicitis. "Cuando estábamos en la puerta ya era un punto de no retorno por toda la gente que se acumuló y cuando me quise ir ya empezó a entrar la gente empujando y formando una avalancha", explica.

Además, señala que había "muchísima gente que había pagado su entrada y les dijeron que se iban a quedar fuera por el aforo". Su reacción más inmediata fue meterse rápido hacia la parte más alta, que era el ropero, y le preguntó a un trabajador si se podía quedar ahí con él hasta que se calmara la cosa. El joven le explicó la situación y lo dejaron sin ningún problema. "Una vez ahí ocurrió otra avalancha de gente algo más descontrolada".

Según cuenta el joven, también llegó a ver a alguna chica llorando o agobiada. En su caso, estuvo en el ropero entre las 01:40 y las 03:00 horas, aproximadamente, y esperó a sus hermanas para llevarlas a casa algo más de 20 minutos, lo que se tardó en evacuar el interior del local.