Sin rastro de Yassine y Alejandro: los servicios de emergencia suspenden la búsqueda de los desaparecidos en El Confital

El Grupo de Homicidios de la Policía Nacional se hace cargo de la investigación

El operativo de rastreo, por tierra, mar y aire, ha permanecido activo once días, ampliándose hasta las costas de Tenerife, sin respuesta

La Guardia Civil realiza una "búsqueda exhaustiva" de los menores en El Confital tras mejorar el estado del mar

G. C.

Salieron a pescar la mañana del 8 de marzo, un viernes que se convirtió en fatídico. Yassine y Alejandro, dos amigos de 16 y 17 años, quedaron poco después de que saliese el sol, aprovechando que ese día no tenían instituto, y se adentraron en el terreno volcánico de El Confital. El mar, creen los investigadores, los sorprendió y se los llevó. Desde entonces, no hay rastro de los menores, pese al amplio dispositivo de rastreo que se puso en marcha para localizarlos: Guardia Civil, Policía Nacional, Policía Local, Bomberos, militares... Han sido once días de búsqueda por tierra, mar y aire. «Desde el amanecer hasta el ocaso». Once días sin una pista. Los cuerpos y fuerzas de seguridad y los servicios de emergencia han dado este martes por finalizado el operativo en La Isleta, tras peinar el norte de Gran Canaria y el sureste de Tenerife sin resultados.

A partir de ahora, el Grupo de Homicidios de la Policía Nacional, responsable de las investigaciones sobre desaparecidos, se hará cargo de las pesquisas y de cualquier avance que se pueda producir en el caso. De ser así, y hallarse indicios sobre qué les ocurrió a los adolescentes en El Confital, la búsqueda podría reactivarse. «Los investigadores consideran que se ha buscado en todas las zonas posibles, tanto en Gran Canaria como en Tenerife. Se han analizado las dos costas, con resultado negativo. Por eso, a partir de ahora la investigación se llevará a cabo como con cualquier desaparecido, pero ya no estarán 'in situ'», explican fuentes de la Policía Nacional.

En el mar, la patrullera de la Guardia Civil que todos los días peina las costas canarias se detendrá y hará hincapié en la navegación en Las Coloradas. Estará más tiempo sobre la zona en la que desaparecieron los jóvenes, por si encontrase alguna señal de su paradero.

«Desgraciadamente, han parado la búsqueda. Ahora solo queda rezar, tener fe y esperanza de que vuelvan», ha afirmado la hermana de Yassine, Hasna, tras conocer la decisión policial. «He intentado hacer todo lo posible para que sigan, pero no es fácil, y menos cuando son muchos los que arriesgan sus vidas», ha añadido, antes de concluir y agradecer a todas las personas que ayudaron en las batidas y difundieron información sobre los jóvenes.

Tras casi dos semanas, lo único que se sabe es que Yassine y Alejandro quedaron a las ocho de la mañana y llegaron hasta los acantilados de La Hondura, en el extremo norte de La Isleta, una zona compleja pero habitual entre los aficionados a la pesca. En una pequeña explanada instalaron sus mochilas y un cubo en el que iban a depositar los ejemplares obtenidos. Pero poco después de arribar se les perdió el rastro: no contestaron a mensajes ni llamadas y, lo que hizo saltar las alarmas, no se presentaron a la hora indicada (sobre las tres de la tarde) en el punto de recogida en el que los esperaba la madre de Alejandro.

Cuatro horas más tarde se puso en marcha el dispositivo de búsqueda, tras presentar la denuncia por desaparición ante la Policía Nacional, y se desataron los peores presagios. En un sitio señalado por un allegado de Alejandro, con el que había ido a pescar en otras ocasiones, los bomberos y los militares hallaron las cañas de pescar y las mochilas de los dos amigos, con los móviles con la batería prácticamente llena y los víveres intactos que habían llevado para pasar el día. Ese es el motivo por el que los investigadores creen que desaparecieron al poco tiempo de llegar a La Hondura.

El mar, un enemigo

Las primeras horas fueron cruciales en el rastreo, pero el mar, lejos de convertirse en aliado, se tornó en enemigo de los responsables del operativo. El Gobierno declaró la alerta por fenómenos costeros adversos y, en las aguas de Gran Canaria, se pronosticó, justo para el momento en que desaparecieron, mar de fondo de dos a cuatro metros de altura con fuerte marejada.

Los buzos de la Guardia Civil no pudieron sumergirse hasta la cuarta jornada, cuando el estado del mar dio una tregua. A partir de ese momento, los agentes del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) examinaron cuevas marinas de La Hondura, oquedades con más de 30 metros de longitud para descartar cualquier presencia o, mejor dicho, para hallar alguna pista. Pero el Atlántico no dio respuestas.

Los buzos de la Guardia Civil exploran nuevas cuevas para buscar a los menores desaparecidos en El Confital

G. C.

El GEAS llegó incluso a ampliar la zona de búsqueda, tras analizar las corrientes, hasta las áreas de La Catedral, La Vaca, El Becerro y Punta Gomero. No querían dejarse ningún rincón subacuático sin analizar. En total, establecieron un abanico de más de tres millas (casi cinco kilómetros) visualizando fondos de hasta 60 metros, algunos completamente a oscuras y sin visibilidad, pero no hallaron rastro de los menores.

Amplio operativo

Mientras tanto, en el faro de La Isleta se estableció desde el primer momento el puesto de mando avanzado para coordinar las tareas. Salvamento Marítimo, Unidad de Tierra del Grupo de Emergencias y Salvamento del Gobierno de Canarias (GES), Servicio de Búsqueda y Salvamento Aéreo del Ejército, patrullera Río Ara, helicóptero y GEAS de la Guardia Civil, embarcación y moto de agua de Cruz Roja... A esta lista se sumaron bomberos, Policía Local, Policía Nacional, Policía de Telde y Policía Portuaria. Estas fueron las unidades (junto a los inseparables drones) que formaron el amplio operativo.

Desde esa tarde del 8 de marzo en la que empezaron a buscar a los dos amigos, nadie ocultó la dificultad de las labores de rescate, marcadas sobre todo por dos factores: la falta de testigos (no había nadie aquella mañana en el área de La Hondura a la que llegaron los jóvenes) y las múltiples cuevas que el mar oculta bajo el punto en que se instalaron. «Es una de las zonas más complicadas, por no decir la que más», llegaron a decir responsables del dispositivo: «Debajo de la explanada donde estaban hay como unas cuevas, unos entrantes con corrientes muy fuertes». Por eso las tareas se ampliaron hasta Tenerife, tras analizar las mareas. Allí las incógnitas tampoco se despejaron. 

Tras once días, el operativo 'se levanta' de La Isleta. La patrullera Río Ara de la Guardia Civil seguirá rastreando con ahínco El Confital cada vez que llegue a la costa norte de Gran Canaria, y los agentes de Homicidios darán vueltas al caso, pendientes de un nuevo vestigio que los lleve hasta Yassine y Alejandro para poder dar, sobre todo, consuelo a dos familias destrozadas que estas semanas no separaban sus ojos de la costa de Las Coloradas pidiendo al mar un milagro.